El fallido pulso saud¨ª contra Hariri provoca una inesperada unidad en L¨ªbano
El retorno del primer ministro liban¨¦s genera un ins¨®lito statu quo pactado por facciones libanesas y sin el tradicional tutelaje regional
Una vez m¨¢s L¨ªbano ha demostrado una resistencia pol¨ªtica nata y ha probado que no hay pron¨®sticos que valgan para este diminuto pero complejo pa¨ªs. El pasado 4 de noviembre, el primer ministro, Saad Hariri, dimiti¨® por sorpresa en un discurso televisado desde Arabia Saud¨ª, alegando temer por su vida y arremetiendo contra la injerencia iran¨ª en los asuntos libaneses, para despu¨¦s sumirse en un desconcertante mutismo. Considerado como reh¨¦n de las autoridades de Riad, tanto por su pueblo como por el Gobierno que encabezaba, Hariri regres¨® 18 d¨ªas despu¨¦s a Beirut para retomar su cargo. Transcurridas varias semanas desde su regreso, el mandatario liban¨¦s aparece visiblemente empoderado tras lograr frenar la crisis pol¨ªtica que se fraguaba en L¨ªbano y liderar un inesperado acercamiento entre los dos principales bloques pol¨ªticos locales.
El presidente liban¨¦s, el cristiano Michel Aoun, e incluso el partido-milicia chi¨ª Hezbol¨¢, acusaron a Arabia Saud¨ª de mantener retenido al mandatario liban¨¦s, quien extra?amente y a pesar de su posici¨®n mantiene doble nacionalidad libano-saud¨ª. Los lazos pol¨ªticos, empresariales y familiares de Hariri y de su padre, el asesinado primer ministro Rafik, con los saud¨ªes siempre han sido estrechas. Indignados por lo que han calificado de golpe saud¨ª, detractores y seguidores de Hariri se lanzaron a las calles exigiendo su regreso/liberaci¨®n.
?Qu¨¦ pas¨® en Riad?
Lo que le ocurri¨® al primer ministro en su improvisado viaje a la capital saud¨ª parece quedarse all¨ª. ¡°Me lo guardo para m¨ª¡±, respondi¨® un esquivo Hariri durante una entrevista con la cadena francesa CNews. ¡°No hemos de olvidar que tanto su fortuna como su familia est¨¢n en Arabia Saud¨ª¡±, dice al tel¨¦fono Karim Makdisi, profesor de la Universidad Americana de Beirut. ¡°Hariri depende al 100% a nivel personal y pol¨ªtico de Riad por lo que Mohamed Bin Salm¨¢n (el heredero, conocido como MBS) ha podido someterle a semejante bullying¡±, acota.
¡°El trato otorgado a Hariri fue agresivo e insultante¡±, cuenta un importante hombre de negocios liban¨¦s con empresas en Riad que exige permanecer en el anonimato. Seg¨²n este empresario, Hariri fue despojado de su tel¨¦fono m¨®vil al llegar al aeropuerto para luego ser zarandeado y escoltado por un equipo de Blackwater (exmarines estadounidenses contratados por la casa real saud¨ª) a su residencia de la capital saud¨ª, donde permaneci¨® en arresto domiciliario.
La coyuntura regional
¡°No hay una sola explicaci¨®n, sino un c¨²mulo de coyunturas regionales¡±, explica Yazar el Saadi, investigador sirio-canadiense en Beirut, en referencia al muy activo heredero saud¨ª, que intenta concentrar poder en Arabia Saud¨ª. Y ello, a trav¨¦s de una pol¨ªtica regional y local m¨¢s agresiva, que ha llevado a la monarqu¨ªa saud¨ª a enfangarse en una guerra en Yemen, fracasar en su injerencia en la guerra siria y a la confrontaci¨®n con Qatar.En la regi¨®n, la potencia chi¨ª iran¨ª sigue siendo su mayor enemigo mientras que MBS ha optado por un acercamiento hacia Israel.
Un d¨ªa antes de volar a Riad y posteriormente dimitir desde all¨ª, Hariri declar¨® sentirse optimista tras reunirse con una delegaci¨®n iran¨ª en Beirut. Para numerosos analistas esta reuni¨®n supuso la gota que colm¨® la paciencia de MBS. ¡°En L¨ªbano, Saad Hariri ha dejado de ser el caballo de apuestas saud¨ª. Y MBS no ha logrado imponer otro l¨ªder sun¨ª por lo que es posible que Hariri acabe buscando nuevos apoyos alternativos regionales cambiando el juego pol¨ªtico en L¨ªbano¡±, apunta al Saadi.
El contexto saud¨ª
Internamente, el heredero saud¨ª ha lanzado una campa?a anticorrupci¨®n con el arresto de pr¨ªncipes y empresarios. La fortuna de Saad Hariri (valorada en unos 1.300 millones de euros) est¨¢ mayormente ligada a la empresa Ogero Saud¨ª, hoy en bancarrota. ¡°El arresto de Hariri est¨¢ en parte relacionado con los asuntos de corrupci¨®n, pero MBS no ha sabido calcular las consecuencias de sus acciones cuando al humillar a Hariri ha humillado a L¨ªbano al completo provocando el efecto contrario¡±, dice el profesor Makdisi.
A las presiones de Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, improvis¨® un viaje a Riad para reunirse con el heredero y tratar el asunto, y de Estados Unidos vertidas sobre las autoridades saud¨ªes, se sum¨® la espont¨¢nea protesta de miles de libaneses en Beirut. ¡°Una de las consecuencias de Riad ha sido visibilizar la genuina base social de Hariri, desmarc¨¢ndose del tradicional clientelismo que rige las relaciones entre los partidos pol¨ªticos y sus bases sociales en este pa¨ªs¡±, opina en conversaci¨®n telef¨®nica Maya Yahia, directora del Centro Carnegie de Beirut. En consecuencia, seg¨²n esta experta, Hariri ha salido consagrado como s¨ªmbolo de estabilidad, lo que le ha permitido ganar peso pol¨ªtico y avanzar en propuestas como la disociaci¨®n regional.
Hariri y Hezbol¨¢ salen reforzados de la crisis
Durante los 18 d¨ªas que permaneci¨® en Riad, Hariri pas¨® de v¨ªctima a aclamado l¨ªder en su pa¨ªs. ¡°Es el momento para que Hariri forje su propia identidad pol¨ªtica desligada de la de su padre [Rafik] y de Riad. Tiene ante s¨ª una oportunidad ¨²nica de cuyo ¨¦xito o fracaso depende su futuro¡±, analiza Makdisi. A su retorno, Hariri ha logrado empujar a todas fuerzas pol¨ªticas a un pacto de disociaci¨®n regional para preservar la estabilidad nacional. Reforzar las instituciones para debilitar los partidos se ha convertido en el nuevo objetivo de Hariri.
La crisis engendrada por su dimisi¨®n ha provocado otros dos efectos inesperados en la pol¨ªtica interna. A nivel micro parece haber pospuesto la crisis interna del partido El Futuro ¡ªliderado por Hariri y el de mayor representaci¨®n sun¨ª en el pa¨ªs¡ª que se vio acentuada durante su ausencia. Por un lado, los halcones del partido respaldan la f¨¦rrea pol¨ªtica de MBS contra Hezbol¨¢, mientras que el ala m¨¢s moderada, encarnada por Hariri, es partidaria del di¨¢logo.
A nivel macro, la ausencia de Hariri ha provocado un inesperado acercamiento entre los dos principales bloques que se enfrentan en la arena pol¨ªtica: La alianza entre el presidente Aoun y el l¨ªder de Hezbol¨¢, Has¨¢n Nasral¨¢, denominada 8 de marzo y respaldada por Ir¨¢n, y el 14 de marzo, con el movimiento El Futuro de Hariri a la cabeza y hasta ahora avalado por Arabia Saud¨ª. ¡°Hezbol¨¢ no quiere un nuevo vac¨ªo pol¨ªtico [el pa¨ªs qued¨® hace unos a?os hu¨¦rfano de presidente durante m¨¢s de dos a?os por falta de cu¨®rum pol¨ªtico]. Necesitan a Hariri, as¨ª que ahora han de hacer concesiones y negociar¡±, dice el profesor Makdisi, quien valora que el partido-milicia chi¨ª tambi¨¦n ha salido reforzado de la crisis con el apoyo a Hariri.
Hezbol¨¢ no ha tardado en adaptar su ret¨®rica a la nueva pol¨ªtica de disociaci¨®n regional exigida por Hariri al anunciar su retirada de Irak, negar toda presencia de sus milicianos en Yemen y advertir del retorno de su brazo armado a los confines libaneses y, con ello, a sus or¨ªgenes como resistencia frente a Israel.
Por primera vez en d¨¦cadas, no han sido Teher¨¢n y Riad quienes han negociado y dictado la salida de la crisis libanesa como ocurriera en diciembre de 2016. La crisis desatada por Arabia Saud¨ª ha tenido el efecto inverso, estimulando un genuino pacto interno entre las diferentes fuerzas pol¨ªticas libanesas del que tanto Hezbol¨¢ como la persona de Saad Hariri han salido reforzados. Las elecciones parlamentarias previstas para el mes de mayo ¡ªlas primeras que se celebren en nueve a?os¡ª habr¨¢n de poner a prueba la entereza de este ins¨®lito statu quo made in Lebanon.
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