La defensa de los ¡®villanos¡¯ del ¡®caso Lava Jato¡¯
Un grupo de abogados penalistas se?ala que la operaci¨®n es el embri¨®n de los atropellos democr¨¢ticos registrados en Brasil en 2020
Mientras Brasil se deslumbraba en 2014 con una investigaci¨®n policial en la estatal Petrobras que ocupaba cada d¨ªa los peri¨®dicos y telediarios, un grupo de abogados penalistas observaba at¨®nito cada paso que daba esa operaci¨®n. Empezaba el caso Lava Jato, y las acciones de los polic¨ªas federales que llamaban a la puerta de los poderosos para que rindieran cuentas de sus cr¨ªmenes ante la Justicia hip...
Mientras Brasil se deslumbraba en 2014 con una investigaci¨®n policial en la estatal Petrobras que ocupaba cada d¨ªa los peri¨®dicos y telediarios, un grupo de abogados penalistas observaba at¨®nito cada paso que daba esa operaci¨®n. Empezaba el caso Lava Jato, y las acciones de los polic¨ªas federales que llamaban a la puerta de los poderosos para que rindieran cuentas de sus cr¨ªmenes ante la Justicia hipnotizaban a los brasile?os. El caso Lava Jato estaba en boca de todos. La idea de meter en la c¨¢rcel a corruptos ricos era una gozada para un pa¨ªs que, desde su fundaci¨®n, no tiene ning¨²n tipo de ¨¦tica con los bienes p¨²blicos.
En esta lucha del bien contra el mal, les correspondi¨® a estos abogados defender a los villanos de la historia. Ejecutivos y pol¨ªticos que delataban y eran delatados por, supuestamente, haber movido millones bajo mano. El caso Lava Jato lo lider¨® un grupo de fiscales j¨®venes e intr¨¦pidos y un juez listo para satisfacer el anhelo popular. Sergio Moro despert¨® la furia por m¨¢s justicia en el pa¨ªs. El entonces juez se convirti¨® en libro antes incluso de mostrar resultados. Despu¨¦s se convirti¨® en el tema de una serie de Netflix, gan¨® premios, su imagen ocupaba vallas publicitarias, lo homenajearon en el Carnaval de Olinda y en la Avenida Paulista.
El grupo de abogados estaba acorralado en 2014. La operaci¨®n aportaba elementos incre¨ªbles a los medios de comunicaci¨®n. Escuchas, audios filtrados, historias de amantes, traiciones entre antiguos aliados. Uno de los hechos m¨¢s destacados fue la filtraci¨®n, en mayo de 2016, de una grabaci¨®n de Sergio Machado, expresidente de Transpetro, una subsidiaria de Petrobras, en la que hablaba con el exministro de Dilma Rousseff, Romero Juc¨¢. En esa conversaci¨®n se tramaba el impeachment de Rousseff y la creaci¨®n de ¡°un gran acuerdo nacional¡±, en palabras de Machado, ¡°con el Supremo y todo¡±, como afirm¨® Juc¨¢, para detener la Lava Jato, que hasta entonces hab¨ªa masacrado al Partido de los Trabajadores. Brasil conoci¨® los detalles de esa conversaci¨®n por el micr¨®fono que llevaba Machado. Quer¨ªa librarse de la c¨¢rcel y, para ello, ten¨ªa que conseguir informaci¨®n comprometedora de sus antiguos colegas para los fiscales con los que negociaba una reducci¨®n de sentencia.
Una operaci¨®n sin detractores
Este fue solo un episodio de las m¨¢s de 70 operaciones de la Lava Jato en sus seis a?os de existencia si hablamos apenas de Brasil (la megainvestigaci¨®n ha alargado sus brazos a otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, poniendo contra la pared a la clase pol¨ªtica de todos los lugares por donde ha pasado). En ese ¨¦xtasis, la defensa de los ejecutivos y pol¨ªticos considerados corruptos ten¨ªa poco que hacer. Sin duda, quer¨ªan impedir la revoluci¨®n que estaba provocando el caso Lava Jato. La opini¨®n sobre la operaci¨®n era un¨¢nime, no hab¨ªa nadie que pudiera ir en contra.
En el Brasil de 2020, las cosas son muy diferentes. El grupo de abogados que hoy se llama Prerrogativas se ha hecho fuerte y ahora son ellos quienes arrinconan la operaci¨®n responsable de m¨¢s de 500 acusaciones y 253 condenas al menos hasta marzo, cuando la Lava Jato cumpli¨® seis a?os. Sus debates, a menudo transmitidos en directo, atraen a la comunidad jur¨ªdica, incluidos los magistrados del Tribunal Supremo, como Gilmar Mendes y Antonio Dias Toffoli, y el fiscal general de la Rep¨²blica, Augusto Aras. Este ¨²ltimo caus¨® un gran revuelo al cuestionar la operaci¨®n a finales de julio, durante una transmisi¨®n en directo. Aras critic¨® una supuesta ¡°caja de secretos¡± de los fiscales con datos de m¨¢s de 38.000 personas. En aquel momento, Prerrogativas logr¨® unir p¨²blicamente a la izquierda y a la derecha contra la operaci¨®n.
Para Prerrogativas, que actualmente tiene casi 1.000 abogados, el caso Lava Jato cre¨® un caldo de cultivo autoritario que normaliz¨® los atropellos, que se multiplicaron con el actual Gobierno. ¡°Hubo un ataque sistem¨¢tico al Derecho y a los tribunales superiores que se atrevieron a discrepar de esta competencia¡±, afirma el abogado Fabio Tofic. ¡°Se empez¨® a gestar el embri¨®n de una agresi¨®n contra el propio sistema, de un ataque a las instituciones, en este caso, al propio Poder Judicial¡±, a?ade.
El exjuez y ahora tambi¨¦n exministro de Justicia Sergio Moro habr¨ªa sido una pieza clave del tablero, colaborando con los retrocesos democr¨¢ticos y debilitando consensos legales para priorizar la muerte pol¨ªtica de la izquierda. Un hecho inexorable juega a favor de esta narrativa. El mismo togado que juzg¨® casos importantes, especialmente el caso en el que fue condenado el expresidente Lula da Silva, se puso a trabajar para el Gobierno de Jair Bolsonaro, tras un episodio que dej¨® indignados incluso a algunos miembros del caso Lava Jato. En v¨ªsperas de las elecciones presidenciales, el entonces juez Moro hizo p¨²blica la declaraci¨®n del exministro Antonio Palocci, en la que hac¨ªa una serie de acusaciones sobre supuestas comisiones ilegales que varias empresas habr¨ªan pagado al Partido de los Trabajadores.
Incluso con el sentimiento anti-PT corriendo suelto por Brasil, los pol¨ªticos lo consideraron que la declaraci¨®n perjudicar¨ªa la campa?a del excandidato del partido de Lula, Fernando Haddad. El resto de la historia es conocido. Palocci sali¨® de la prisi¨®n en noviembre de 2018 tras pagar una multa millonaria y Moro asumi¨® el cargo de ministro de Justicia el 1 de enero del a?o siguiente.
Seis meses despu¨¦s, el medio The Intercept Brasil publicar¨ªa la Vaza Jato, una serie de conversaciones filtradas en la aplicaci¨®n de mensajer¨ªa Telegram sobre las acciones, decisiones y posiciones de los fiscales de la operaci¨®n Lava Jato. Los reportajes, realizados en colaboraci¨®n con EL PA?S, confirmar¨ªan muchas de las cr¨ªticas que los abogados hac¨ªan desde 2014, incluyendo ataques indebidos al Supremo. Tambi¨¦n demostraron la proximidad del juez y los fiscales, un pecado capital en el Derecho. Y se supo que los propios fiscales no daban fe de lo que Palocci expuso en su declaraci¨®n, que sigue dando que hablar. Esta semana, la Polic¨ªa Federal ha declarado que no hay ninguna prueba que demuestre la existencia de una supuesta cuenta millonaria del partido administrada por el banco BTG.
Aunque la acusaci¨®n de Palocci no hab¨ªa sido la responsable del arresto de Lula en abril de 2018, contribuy¨® a la fama de cueva de ladrones que ten¨ªa el partido. Por otro lado, la conclusi¨®n de la Polic¨ªa Federal eleva la temperatura de un juicio en el Supremo: el de la supuesta imparcialidad de Moro en sus juicios, solicitado por la defensa del expresidente Lula. Lo lleva la Segunda Sala del Supremo y la sentencia todav¨ªa est¨¢ pendiente, porque dos magistrados est¨¢n a favor de la tesis de la defensa y otros dos, en contra. El decano Celso de Mello, que est¨¢ de baja, debe dar el voto de calidad. El grupo Prerrogativas ha echado m¨¢s le?a a la hoguera con la publicaci¨®n de O livro das suspei??es (El libro de las sospechas), donde analiza las decisiones del exjuez y exministro.
Los abogados refuerzan sus argumentos sobre los excesos de la Lava Jato. ¡°Lo que distingue a la barbarie del Estado de Derecho es que no se castiga a las personas de cualquier manera¡±, dice el abogado Alberto Toron, que lleva el caso del diputado socialdem¨®crata A¨¦cio Neves y defendi¨® al expresidente del Banco de Brasil, Aldemir Bendine. El Estado, afirma, debe seguir los rituales del proceso, las reglas de la Constituci¨®n que delimitan el poder punitivo de los agentes p¨²blicos. ¡°Cuando esto se rompe, se produce una violencia, una ruptura del rito que deber¨ªa seguirse; a esto lo llamamos, de una manera muy general, ruptura en el proceso legal, una conquista de la civilizaci¨®n desde 1.215¡±, a?ade Toron.
Pero, ?qu¨¦ pueden reclamar estos abogados si el caso Lava Jato jug¨® un papel importante en Brasil, incluso recuper¨® 4.000 millones de reales malversados de empresas, de los cuales 3.000 se desviaron de Petrobras? ¡°En ning¨²n momento minimizamos la gravedad de los hechos que la operaci¨®n identific¨®¡±, dice Juliano Breda, que defendi¨® a las constructoras Andrade Guti¨¦rrez y OEA y a cuatro ministros de los Gobiernos del PT. ¡°Es absolutamente necesario establecer como premisa en cualquier debate sobre los excesos y abusos de la Lava Jato que no hay duda sobre la gravedad de los actos de corrupci¨®n que se identificaron¡±, a?ade.
Dora Cavalcanti, que defendi¨® al empresario Marcelo Odebrecht, dice que sobrepasar los l¨ªmites con los miembros de la ¨¦lite no mejora la vida de los m¨¢s vulnerables. ¡°Es obvio que intentar discutir la pol¨ªtica criminal mirando a la parte de la poblaci¨®n que fue afectada por la Lava Jato no tiene ning¨²n sentido¡±, dice Cavalcanti. Arrestar a los ricos, sin embargo, dice Cavalcanti, no implica un sistema menos violento para quienes no pueden permitirse abogados caros. ¡°Esto es totalmente ilusorio, hay que fortalecer el derecho a la defensa, el conjunto de garant¨ªas para beneficiar a toda la poblaci¨®n¡±, advierte. Fundadora del Instituto de Defensa del Derecho a la Defensa (IDDD), la abogada ve con buenos ojos este momento en el que los tribunales superiores ¡°est¨¢n finalmente reexaminando algunos casos¡± para aprender de los errores del pasado.