Los ex primeros ministros Major y Blair piden al Parlamento que frene el desaf¨ªo legal de Johnson
La ley contraria al acuerdo del Brexit ¡°cuestiona la integridad misma de nuestra naci¨®n¡±, afirman
Si el conservador logr¨® negociar con Bruselas unas ventajosas condiciones de excepcionalidad para el Reino Unido dentro de la UE, el laborista supo demostrar con creces el beneficio de usar el poder y la influencia brit¨¢nicas desde dentro de las instituciones comunitarias. John Major y Tony Blair pelearon hasta el final contra el Brexit, y lo aceptaron disciplinadamente cuando se convirti¨® en una realidad inapelable. Ambos conservan, precisamente por ello y a pesar de lo que piensen los euroesc¨¦pticos, una autoridad moral que han decidido utilizar. En una carta conjunta publicada este domingo por el diario The Times, ambos pol¨ªticos arremeten con dureza contra la ¨²ltima maniobra del Gobierno de Johnson para saltarse los compromisos jur¨ªdicos firmados entre Londres y Bruselas.
¡°Para un pa¨ªs que durante centenares de a?os ha impulsado la causa de la legalidad por todo el mundo, respetar las obligaciones que impone un tratado es tan importante como respetar las leyes internas. El principio constitucional del imperio de la ley nos obliga a tratar dichas obligaciones emanadas de una ley internacional del mismo modo que las leyes dom¨¦sticas. Ning¨²n argumento sofisticado puede justificar este comportamiento, ni tampoco puede hacerlo una interpretaci¨®n retorcida de cl¨¢usulas concretas¡±, han escrito.
El Gobierno de Johnson ha reconocido abiertamente que su proyecto de Ley del Mercado Interior del Reino Unido, con el que pretende regular el ejercicio equilibrado de las competencias de cada uno de los territorios aut¨®nomos que componen el pa¨ªs cuando el Brexit sea una realidad (el Reino Unido sali¨® de la UE el 31 de enero, pero hay un periodo de transici¨®n hasta diciembre), quiebra ¡°de un modo espec¨ªfico y limitado¡± algunas disposiciones del Acuerdo de Retirada firmado el pasado enero con la UE. En concreto, el texto afecta a lo dispuesto en el Protocolo para Irlanda del Norte. Deja en manos de los ministros la decisi¨®n de comunicar o no a Bruselas las subvenciones p¨²blicas que puedan recibir las empresas radicadas en la porci¨®n brit¨¢nica de la isla de Irlanda. Y abre claramente la posibilidad de que el intercambio de bienes entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido no se vea sometido a la preceptiva declaraci¨®n de aduanas. Bajo el acuerdo firmado con las instituciones comunitarias, ese territorio deb¨ªa seguir sometido a las reglas del Mercado Interior de la UE, para evitar tensiones que pusieran en peligro el delicado acuerdo de paz que puso fin al conflicto en la regi¨®n.
La maniobra de Johnson, aseguran sus predecesores, ¡°pone en riesgo los Acuerdos de Viernes Santo, porque niega la predictibilidad, la estabilidad pol¨ªtica y la claridad legal que son clave para mantener el delicado equilibrio entre el norte y el sur de Irlanda que ha supuesto la base fundamental del proceso de paz¡±.
Al menos 30 diputados conservadores han comenzado a poner en marcha una rebeli¨®n interna para intentar frustrar la aprobaci¨®n de la ley en la C¨¢mara de los Comunes, y algunos lores est¨¢n dispuestos adem¨¢s a enmendar el texto en su paso por la C¨¢mara alta, para imponer un retraso a los planes de Johnson que complicar¨ªa una situaci¨®n muy delicada ya en la actualidad. El periodo de transici¨®n finaliza el pr¨®ximo 31 de diciembre, y las negociaciones entre Londres y Bruselas para definir una nueva relaci¨®n comercial est¨¢n estancadas. La ¨²ltima jugada del primer ministro ha irritado enormemente a la UE, que ha amenazado a Johnson con acciones legales si no retira su proyecto de ley antes de que finalice septiembre.
¡°El resto del mundo est¨¢ observando con espanto al Reino Unido ¡ªcuya palabra siempre fue aceptada como inamovible¡ª. Las acciones de este Gobierno han supuesto una verg¨¹enza para ¨¦l mismo y para toda la naci¨®n¡±, afirman Major y Blair en un tono extremadamente duro, que concluye con una llamada a la rebeli¨®n. ¡°Esta ¨²ltima estratagema se ha vuelto en su contra y debe ser evitada de inmediato, antes de que provoque m¨¢s da?os. Y si el Gobierno es incapaz de respetar el Estado de derecho, deber¨¢ ser el Parlamento, como tribunal m¨¢ximo, el que se decida a hacerlo¡±.
En medio de la gesti¨®n de una crisis sanitaria que ha erosionado la credibilidad de Johnson, el primer ministro se ha aferrado de nuevo a la carta que m¨¢s ¨¦xitos le ha proporcionado en su carrera pol¨ªtica. ¡°No podemos dejar la potencial capacidad de fraccionar un pa¨ªs, de dividirlo, en manos de una organizaci¨®n internacional. Debemos proteger al Reino Unido ante tal desastre¡±, ha asegurado el pol¨ªtico en las p¨¢ginas de su diario aliado, The Daily Telegraph. Asegura Johnson que nunca imagin¨®, cuando firm¨® el Acuerdo de Retirada, que el comercio entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido se ver¨ªa sometido a reglas y restricciones. Pero fue eso precisamente lo que su antecesora, Theresa May, intent¨® subsanar, y que Johnson sin embargo no tuvo reparo en aceptar a cambio de lograr la victoria pol¨ªtica de un acuerdo con Bruselas. Y ahora, como el capit¨¢n Renault en Casablanca, se muestra escandalizado del juego mientras intenta quedarse con las ganancias.
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