Johnson salva la primera votaci¨®n de la ley que burla el acuerdo del Brexit
Cinco ex primeros ministros y otros conservadores de peso exigen al primer ministro brit¨¢nico una rectificaci¨®n sobre el proyecto legislativo que viola cl¨¢usulas del Acuerdo de Retirada con la UE
Boris Johnson pudo comprobar este lunes que es posible ganar una votaci¨®n parlamentaria y, aun as¨ª, salir destrozado de la C¨¢mara de los Comunes. El primer ministro brit¨¢nico cont¨® con mayor¨ªa suficiente de votos (340 frente a 263 en contra) para seguir adelante con el tr¨¢mite parlamentario de la Ley del Mercado Interno del Reino Unido, que viola unilateralmente cl¨¢usulas fundamentales del Acuerdo de Retirada de la UE. Pero la revuelta interna entre los conservadores, muchos de ellos alarmados por el da?o reputacional que supondr¨¢ la decisi¨®n, se iba inflando hora tras hora. El ex primer ministro, David Cameron, se sumaba a las cr¨ªticas. En total, 30 tories se abstuvieron y dos (Roger Gale y Andrew Percy) votaron en contra.
Johnson apost¨® de nuevo en su capacidad ret¨®rica y la proverbial confianza que tiene en s¨ª mismo para intentar calmar las agitadas aguas de Westminster. Decidi¨® abrir el debate parlamentario con el que se impulsaba el tr¨¢mite en la C¨¢mara de su pol¨¦mica ley. Horas antes, hasta tres nuevas voces autorizadas de su partido le hab¨ªan advertido de los da?os que pod¨ªa provocar su ¨²ltima estratagema. ¡°Ning¨²n primer ministro puede comprometerse solemnemente con las obligaciones de un tratado mientras cruza los dedos por detr¨¢s¡±, denunciaba el exabogado general del Estado (el asesor legal jefe del Gobierno), Geoffrey Cox. Firme defensor del Brexit, aliado y condena de Theresa May cuando vigil¨® a cara de perro la legalidad de cada uno de los pasos de la ex primera ministra, y respetado por sus compa?eros de partido, el golpe de Cox doli¨® especialmente a Johnson.
Casi tanto como el de otro ex primer ministro (ya son los cinco predecesores en el cargo los que se han sumado a la batalla), David Cameron: ¡°Aprobar en el Parlamento un texto contrario a la legalidad internacional deber¨ªa ser el ¨²ltimo recurso que contempl¨¢ramos¡±, lament¨® Cameron. Igual que el exministro de Econom¨ªa, Sajid Javid, quien tambi¨¦n anunci¨® que se sumar¨ªa a la fila de las abstenciones.
¡°No podemos llegar a una situaci¨®n en la que las fronteras de nuestro propio pa¨ªs sean dictadas por un poder extranjero o por una organizaci¨®n internacional. Ning¨²n primer ministro podr¨ªa permitirlo¡±, proclam¨® Johnson en un discurso profundamente nacionalista con el que intent¨® culpar de mala fe a la Uni¨®n Europea. Downing Street asegura ahora que el Acuerdo de Retirada, presentado como un gran triunfo antes de las Elecciones Generales de diciembre de 2019 en las que el Partido Conservador arras¨®, encierra una serie de importantes ambig¨¹edades que resultaba necesario corregir con el nuevo texto legal.
El l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer, se hab¨ªa visto obligado a recluirse en su casa poco antes del debate. Un miembro de su familia hab¨ªa desarrollado s¨ªntomas de la covid-19. En su lugar, intervino Ed Miliband. Quien fuera l¨ªder fracasado del Partido Laborista hasta su dimisi¨®n en 2015 dio la impresi¨®n de que llevaba todo este tiempo prepar¨¢ndose para una intervenci¨®n en la que puso contra las cuerdas a Johnson. El primer ministro se cruz¨® de brazos, frunci¨® el ce?o y apenas pudo disimular su frustraci¨®n mientras hund¨ªa en el esca?o toda su humanidad. ¡°Nunca pens¨¦, cada vez que intervine antes desde esta tribuna, que la idea de que la legalidad internacional debe ser respetada ser¨ªa objeto de divisi¨®n en este Parlamento¡±, denunci¨® Miliband mientras demol¨ªa uno por uno los argumentos esgrimidos por el Gobierno para saltarse la legalidad.
¡°Nos dicen ahora que el Acuerdo de Retirada de la UE era ambiguo, problem¨¢tico... Me pregunto si lleg¨® a leerlo. Usted no ley¨® ese acuerdo, no ha le¨ªdo la ley que nos propone. Usted no tiene ni idea. Es el tratado que usted firm¨® y present¨® como un triunfo. Estar¨ªa bien que, por primera vez en toda su trayectoria pol¨ªtica, fuera capaz de asumir su responsabilidad¡±, le reprochaba a un primer ministro que miraba al techo con ojos desorbitados.
Johnson asegura que la nueva ley es simplemente un ¡°colch¨®n de seguridad¡±, y que su voluntad sigue siendo la de intentar alcanzar con la UE un acuerdo antes del pr¨®ximo 31 de diciembre, cuando finalice el periodo de transici¨®n. De momento, su maniobra ha irritado a Bruselas, que le ha exigido una rectificaci¨®n antes de que finalice septiembre. Pero sobre todo, en medio de la crisis descomunal que ha supuesto la pandemia del coronavirus, Johnson ha elegido volver a llevar a la C¨¢mara de los Comunes a un laberinto de interminables discusiones y rencor como el que atraves¨® a lo largo de 2019.
El primer ministro sugiere que la UE impedir¨¢ el paso de alimentos a Irlanda del Norte
A medida que han aumentado las cr¨ªticas contra el proyecto de Ley del Mercado Interno del Reino Unido, el Gobierno de Johnson ha ido cambiando los argumentos con los que intentaba justificar la estratagema legal. Hasta el punto de utilizar amenazas que ni siquiera forman parte del documento en disputa. ¡°Nos aseguran ahora que la Uni¨®n Europea no solo impondr¨¢ aranceles en los productos que viajen desde Gran Breta?a hasta Irlanda del Norte [El Reino Unido, en la terminolog¨ªa oficial, es la suma de estos dos territorios separados por el mar de Irlanda]. Podr¨ªan incluso detener de hecho el tr¨¢nsito de alimentos entre ambas partes¡±, aseguraba este domingo Johnson en las p¨¢ginas de The Daily Telegraph, su aliado incondicional en la batalla del Brexit.
Era un mensaje destinado a soliviantar al electorado euroesc¨¦ptico, que no tiene nada que ver con el nuevo proyecto de ley y que convierte un mecanismo normal de la legalidad internacional en un arma pol¨ªtica con tintes demag¨®gicos. Hasta el punto de que el portavoz laborista, Ed Miliband, cedi¨® a Johnson su tiempo de intervenci¨®n para que el primer ministro explicara a la C¨¢mara en qu¨¦ art¨ªculo de la ley debatida hab¨ªa alguna referencia al respecto. Johnson balbuce¨® un gesto de desprecio y renunci¨® a tomar la palabra.
La realidad es mucho m¨¢s t¨¦cnica y menos maquiav¨¦lica. Bajo el Acuerdo de Retirada firmado entre Londres y Bruselas el pasado enero, Irlanda del Norte seguir¨¢ formando parte del Mercado Interior de la UE. Fue la soluci¨®n acordada para no establecer nuevas fronteras entre este territorio brit¨¢nico y la Rep¨²blica de Irlanda (miembro de la Uni¨®n Europea), y evitar as¨ª poner en peligro el acuerdo de paz que puso fin a d¨¦cadas de terrorismo. Con estas premisas, cualquier producto agropecuario que el Reino Unido quisiera introducir en Irlanda del Norte, lo estar¨ªa enviando, a efectos pr¨¢cticos, al mercado interno de la Uni¨®n Europea. Y las propias normas comunitarias establecen que, ante una situaci¨®n as¨ª, debe concederse una ¡°autorizaci¨®n a tercer pa¨ªs¡± con la que queda certificado que el Reino Unido cumple con el r¨¦gimen fitosanitario exigido en la UE. Downing Street, que presume de tener unas normas de consumo iguales o hasta superiores a las comunitarias, ve mala fe detr¨¢s de la exigencia. Pero lo cierto es que hasta ahora han sido incapaces de presentar a la contraparte negociadora cu¨¢l ser¨¢ su normativa sanitaria para productos agr¨ªcolas y ganaderos en la era post Brexit. Un tecnicismo que, en circunstancias normales, ser¨ªa subsanable, se ha convertido en un nuevo argumento envenenado para resucitar en la C¨¢mara de los Comunes la batalla fratricida de los ¨²ltimos tres a?os.
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