La pandemia desata agravios regionales que se vuelven contra Johnson
El ¡®norte laborista¡¯, conquistado por los conservadores en diciembre, se rebela contra las nuevas restricciones
La segunda ola del coronavirus ha afectado con mucha m¨¢s fuerza al norte y centro de Inglaterra que al resto del pa¨ªs. El Gobierno de Boris Johnson prepara medidas de distanciamiento social especialmente duras para ciudades como Liverpool, Manchester o Newcastle, que incluir¨ªan el cierre de bares o restaurantes y una nueva amenaza de ruina econ¨®mica. La estrategia local elegida para contener la pandemia se ceba en m¨¢s de diez millones de habitantes que viven detr¨¢s del llamado muro rojo, los tradicionales feudos laboristas con los que Johnson forj¨® una nueva mayor¨ªa conservadora el pasado diciembre. La sensaci¨®n de agravio comparativo respecto a Londres, o al acaudalado sur ingl¨¦s, se ha vuelto contra el Gobierno. Johnson gan¨® unas elecciones con la promesa de volcarse en un norte abandonado. A cambio, se propone ahora aislarlo del resto.
La incidencia acumulada (IA), de positivos (n¨²mero medio de casos por cada 100.000 habitantes en la ¨²ltima semana) se mueve ya en las regiones del norte de Inglaterra en una horquilla de 1.300-1.550. La ciudad de Manchester tiene una IA de 2.100; Liverpool, de 2.000; Newcastle, de casi 1.800. Este jueves se ha sabido que m¨¢s de 1.000 alumnos de la universidad de esta ¨²ltima ciudad dieron positivo solo la semana pasada. La capital, Londres, que ve incrementarse a diario las cifras, todav¨ªa sigue por detr¨¢s, con 650.
El Gobierno anunciar¨¢ el pr¨®ximo lunes un nuevo sistema de confinamiento con tres niveles de severidad, pero los ministros de Johnson siguen discutiendo a estas alturas los umbrales de incidencia del virus que determinar¨¢n cada uno de esos niveles o el grado de flexibilidad que se puede permitir. Hay argumentos pol¨ªticos, econ¨®micos y sanitarios en juego a la hora de dise?ar una respuesta firme ante la segunda ola que evite un nuevo cierre generalizado de colegios y empresas. El ministro de Econom¨ªa, Rishi Sunak, debe perfilar un nuevo plan de ayudas laborales para todos los trabajadores que de nuevo ser¨¢n devueltos a sus casas despu¨¦s de apenas tres meses de desescalada y vuelta a la normalidad. Y toda esta improvisaci¨®n, les reprochan los alcaldes de las regiones del norte y la oposici¨®n laborista, sin discutir apropiadamente con los afectados. ¡°Con las nuevas medidas adoptadas, estamos presenciando un aumento de la brecha ya existente entre el norte y el sur de Inglaterra¡±, ha denunciado el alcalde laborista de Liverpool, Steve Rotheram. ¡°Por decirlo claramente, el norte no deber¨ªa ser el tubo de ensayo en el que el Gobierno haga sus experimentos¡±. ¡°Sin discutir nada, sin consultar nada. Millones de vidas afectadas por los ¡®ordeno y mando¡¯ del Gobierno. Es pr¨¢cticamente imposible negociar nada con ellos¡±, protestaba el alcalde de Manchester, Andy Burnham.
El pasado 23 de marzo, Johnson se dirigi¨® a la naci¨®n con un mensaje muy simple y solidario: ¡°Deben permanecer en sus casas¡±. Londres era entonces el centro de la pandemia, mientras algunas zonas del sur de Inglaterra apenas registraban positivos. La popularidad del primer ministro, y el apoyo que tuvo de los ciudadanos, era muy alta. Su propio ingreso en la UCI afectado por la covid-19, una gesti¨®n tard¨ªa y err¨¢tica frente a la pandemia y la pr¨¢ctica hibernaci¨®n de la econom¨ªa brit¨¢nica durante tres meses han cambiado la situaci¨®n. ¡°Nos encontramos en un momento muy peligroso en el curso de esta pandemia¡±, ha advertido este jueves el ministro de Sanidad, Matt Hancock. ¡°Me preocupa mucho el aumento en el n¨²mero de casos, especialmente en el noroeste y noreste de Inglaterra, as¨ª como en zonas de Gales, Escocia o Irlanda del Norte¡±.
El l¨ªder de la oposici¨®n, Keir Starmer, ha aprovechado al vuelo una decisi¨®n del Gobierno de Johnson, que a su gran impopularidad suma su dudosa eficacia. El Gobierno ha impuesto un ¡°toque de queda¡± en todos los restaurantes y pubs del pa¨ªs, que deben cerrar sus puertas a las diez de la noche. El resultado ha sido que las calles aleda?as se llenen de clientes a partir de esa hora (en algunos casos prolongando la fiesta con alcohol comprado en supermercados), y que muchos diputados conservadores amenacen con rebelarse contra una medida que consideran poco explicada y demoledora para muchas econom¨ªas locales. Starmer ha presionado a Johnson para que presente las pruebas cient¨ªficas que sostienen la potencial eficacia de esa medida, pero de momento mantendr¨¢ su apoyo al Gobierno y respaldar¨¢ las nuevas restricciones en la votaci¨®n parlamentaria de la pr¨®xima semana. Johnson ha podido respirar tranquilo, porque la suma de la oposici¨®n a las decenas de conservadores rebeldes que han surgido en los ¨²ltimos d¨ªas hubiera supuesto una humillante derrota para Downing Street.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, volvi¨® a adelantarse al Gobierno central al anunciar la prohibici¨®n de venta de alcohol en bares y restaurantes durante dos semanas, y el cierre completo de los establecimientos en las regiones m¨¢s afectadas por el virus. La comunidad cient¨ªfica ha comenzado a presionar al primer ministro para que siga el ejemplo de Sturgeon e imponga medidas homog¨¦neas en todo el pa¨ªs, ante la evidencia de que la pandemia se ha comenzado a extender de modo imparable. En las ¨²ltimas 24 horas, el n¨²mero de contagiados ha sido de 17.540, casi 3.500 m¨¢s que el d¨ªa anterior. Johnson se encuentra ahora entre la espada y la pared: perder a los votantes del muro rojo o imponer un nuevo confinamiento nacional.
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