Una renta b¨¢sica, pero solo para alemanes
Los ultraderechistas de Alternativa para Alemania, en plena ca¨ªda de su popularidad, estudian establecer un ingreso ciudadano que excluya a los inmigrantes
¡°No estamos ayudando suficientemente a los pobres, especialmente a las familias y a los jubilados. Tenemos que fortalecer nuestro sistema social¡±. Semejantes afirmaciones no proceden de ning¨²n partido de la izquierda alemana, sino que las ha pronunciado Ren¨¦ Springer, un diputado de Alternativa para Alemania (AfD), el partido de ultraderecha, que ahora estudia la idea de abrazar una suerte de renta b¨¢sica. Eso s¨ª, solo para alemanes.
Este nuevo impulso social se produce en un momento de crisis interna y luchas intestinas de un partido que no levanta cabeza en las encuestas desde el inicio de la pandemia. Se enmarca adem¨¢s en la contradicci¨®n en la que habita una formaci¨®n que aspira a ser de masas mientras experimenta una deriva radical que le impide dejar de ser un partido de minor¨ªas.
Los alemanes han primado en la pandemia la buena gesti¨®n de los partidos del Gobierno frente a la ret¨®rica de otros como AfD, que han perdido parte de su conexi¨®n con el electorado con la desaparici¨®n de la agenda pol¨ªtica de temas como la inmigraci¨®n. En el partido, sin embargo, conf¨ªan en que cuando pase la pandemia ser¨¢n capaces de capitalizar la frustraci¨®n de una ciudadan¨ªa asolada por la recesi¨®n econ¨®mica. ¡°El coronavirus ha acelerado la necesidad de una reforma del sistema social¡±, explica Springer en una cafeter¨ªa de Berl¨ªn, portavoz de pol¨ªticas sociales de AfD y autor de la propuesta de renta b¨¢sica. ¡°En el partido, la mayor¨ªa sabemos que tenemos que acentuar nuestro perfil social¡±, a?ade.
Est¨¢ previsto que la idea de Springer de introducir proyectos pilotos de renta b¨¢sica se someta a debate en el pr¨®ximo congreso del partido, que se celebrar¨¢ a finales de noviembre. ¡°Es un planteamiento interesante, digno de discusi¨®n¡±, indic¨® recientemente el col¨ªder de la formaci¨®n, J?rg Meuthen, al Frankfurter Allgemeine Zeitung, mientras otros sectores no ven con buenos ojos la medida.
¡°Para evitar el abuso de la inmigraci¨®n en nuestro sistema de seguridad social, el proyecto debe ser para los alemanes, no para los extranjeros¡±, detalla el diputado, aunque enseguida matiza que una persona que demuestre su integraci¨®n en el pa¨ªs, despu¨¦s de 10 a?os sin cobrar subsidios p¨²blicos y sin antecedentes penales, podr¨ªa optar tambi¨¦n a la ayuda. El ingreso no ser¨ªa transferible a quien viva en otro pa¨ªs, como es el caso de las jubilaciones. Hace tiempo que la renta b¨¢sica dej¨® de ser una idea marginal para ser defendida desde distintos campos pol¨ªticos. La defensa desde la ultraderecha es, sin embargo, especialmente significativa.
La idea es que quienes menos ganen reciban m¨¢s, a partir de una base equivalente al subsidio m¨ªnimo actual de 500 euros. Se realizar¨ªa a trav¨¦s del llamado impuesto negativo, en el que quien m¨¢s ingresa, menos ayuda recibe y al rev¨¦s. Springer cree que hay que desvincular la obtenci¨®n de ese dinero de la carrera laboral, porque cree que tener que aceptar trabajos que te proponga la oficina de empleo supone ¡°un ataque a la dignidad". "La motivaci¨®n para trabajar en un sitio a la fuerza es evidentemente muy peque?a. Todos los estudios y experiencias muestran que [la renta b¨¢sica] es la mejor soluci¨®n para los problemas sociales¡±, a?ade. Adem¨¢s del subsidio, defienden un incremento de la ayuda por hijo, de hasta 500 euros por cada descendiente, frente a los cerca de 200 actuales. En su opini¨®n, este sistema permite reducir la burocracia frente a la multiplicaci¨®n de servicios sociales.
AfD se inspira en el modelo de Dieter Althaus, exjefe del Gobierno conservador de la CDU en Turingia, que propuso el llamado ¡°dinero solidario ciudadano¡±. El economista suizo Thomas Straubhaar es otra de las fuentes de inspiraci¨®n de la que bebe ahora AfD, aunque la ra¨ªz de la idea se sit¨²a en el c¨¦lebre impuesto negativo de Milton Friedman.
El congreso de noviembre se celebrar¨¢ en plena crisis del partido de ultraderecha, que tiene una intenci¨®n de voto que ronda el 11%, por debajo del resultado obtenido en 2017 en las elecciones generales, cuando entraron por primera vez al Bundestag con el 12,6% de los votos. La ca¨ªda es especialmente pronunciada en el Este del pa¨ªs, su basti¨®n tradicional. Una encuesta reciente de Kantar reflejaba una ca¨ªda de AfD de la primera a la tercera posici¨®n ¨Cdel 24% hasta el 18%- en el Este. Propuestas como la de la renta b¨¢sica, con un papel protagonista del Estado, gustan especialmente a la poblaci¨®n oriental del pa¨ªs, seg¨²n las encuestas internas del partido.
Es ah¨ª donde adem¨¢s cobra mayor protagonismo el ala m¨¢s radical del partido. En todo el pa¨ªs, varias agrupaciones regionales de AfD se encuentran divididas y enfrentadas entre los considerados moderados frente a los llamados radicales, unido a espectaculares tensiones personales. ¡°Hay importantes fricciones en AfD en las subdivisiones regionales del partido¡±, asegura Gideon Botsch, profesor de la Universidad de Potsdam.
El intento por conquistar el centro con programas sociales se vuelve m¨¢s necesario que nunca ante el proceso de radicalizaci¨®n que atraviesa el partido a ojos de los expertos y de las autoridades alemanas. ¡°AfD no ha dejado de radicalizarse. El problema es que siguen apoy¨¢ndose en extremistas de derechas porque son los que tienen experiencia como activistas pol¨ªticos, est¨¢n unidos y tienen una fuerte determinaci¨®n y por eso ganan poder en el partido¡±, estimaba recientemente Botsch.
El partido encadena adem¨¢s diversos esc¨¢ndalos desde hace semanas. Primero fue el tira y afloja en agosto, en torno a la expulsi¨®n de Andreas Kalbitz, un miembro del partido y exmilitante neonazi, que acab¨® en los tribunales y con un diputado regional en el hospital con el bazo roto de un pu?etazo. Despu¨¦s, la expulsi¨®n del portavoz federal Christian L¨¹th, que habl¨® en una conversaci¨®n off the record de ¡°disparar¡± y ¡°gasear¡± a los inmigrantes. El ¨²ltimo episodio ha sucedido esta misma semana en Baviera, donde se libra una lucha por el poder intestina y en un aparente arranque de ira, una de sus l¨ªderes, Katrin Ebner-Steiner, parti¨® un panel de plexigl¨¢s contra la covid-19, y un compa?ero result¨® herido.
El ala radical sigue viva
Como era previsible, el anuncio la pasada primavera de que el ala radical de AfD, Der Fl¨¹gel, se disolv¨ªa, no ha resultado en un debilitamiento de la corriente m¨¢s ultra. La c¨²pula del partido hab¨ªa ordenado la disoluci¨®n despu¨¦s de que los servicios secretos internos alemanes sometieran a la corriente a vigilancia por su extremismo.
La oficina federal para la protecci¨®n de la Constituci¨®n (los servicios secretos internos) ha concluido esta semana que ¡°muchos simpatizantes del ala extremista est¨¢n luchando por ganar m¨¢s influencia en el partido pese a que Der Fl¨¹gel supuestamente se ha disuelto¡±, dijo Thomas Haldenwag, al frente de la Oficina a la prensa alemana (BfV, por sus siglas en alem¨¢n). ¡°La influencia de Der Fl¨¹gel est¨¢ creciendo¡±, a?adi¨®. Prueba de ello es que puede que formalmente la agrupaci¨®n se haya disuelto, pero su figura m¨¢s poderosa y emblem¨¢tica, Bjorn H?cke, sigue moviendo los hilos con mucha eficiencia.
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