Los argentinos miran el futuro con pocas esperanzas, envueltos en su en¨¦sima crisis econ¨®mica
La pobreza ha pasado del 35,5 al 40,9% desde el estallido de la pandemia y el PIB marc¨® un derrumbe trimestral r¨¦cord del 19,1%
¡°La situaci¨®n econ¨®mica es catastr¨®fica, la gente est¨¢ muy triste¡±, dice Luis desde detr¨¢s del mostrador de su tienda de alimento para mascotas en un barrio de clase media de Buenos Aires. Argentina est¨¢ acostumbrada a las recurrentes crisis econ¨®micas, pero la pandemia de la covid-19 ha agravado la en¨¦sima recesi¨®n que sufre el pa¨ªs, esta vez desde mitad de 2018. El Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina cay¨® un 19,1% en el segundo trimestre del a?o, el mayor desplome trimestral desde que comenzaron las series estad¨ªsticas, en 1981. Entre enero y marzo de 2002, el peor momento de la crisis del corralito que estall¨® a fines de 2001, la econom¨ªa hab¨ªa retrocedido 16,3%.
La recesi¨®n actual ha tenido un impacto dur¨ªsimo en la franja m¨¢s baja de la clase media y, por supuesto, entre los pobres. El Gobierno de Alberto Fern¨¢ndez ha protegido con leyes y subsidios el empleo formal, pero el golpe para quienes no ten¨ªan contrato ha sido duro. Numerosas empleadas dom¨¦sticas, camareros, alba?iles y empleados de comercio, entre otras profesiones con altas cifras de trabajo informal, se han quedado sin ingresos o los han visto reducidos por debajo del umbral de pobreza. El n¨²mero de personas pobres creci¨® m¨¢s de cinco puntos porcentuales en el primer semestre del a?o: del 35,5% al 40,9%. En 2017, el ¨²ltimo a?o de crecimiento de la econom¨ªa argentina, la pobreza era del 25,7%.
La pandemia se ha llevado por delante tambi¨¦n muchos negocios. Restaurantes, bares, salones de fiestas y gimnasios han bajado las persianas despu¨¦s de meses de cierre obligatorio para prevenir la propagaci¨®n de la covid-19. Otros se han reconvertido en verduler¨ªas, ferreter¨ªas y jugueter¨ªas. Es el caso del negocio que gestiona Federico Cillarroca. Han desaparecido las piscinas de bolas y los toboganes que recib¨ªan a los ni?os en este sal¨®n de cumplea?os infantiles y han puesto a la venta juguetes de todo tipo. ¡°Estamos haciendo lo posible para pasar el sacud¨®n. Seguimos pagando a los empleados, que no es poco, pero hay muchas familias que dependen de esto, animadores, camareros, maquilladoras, magos, la chica que hace las tortas, los proveedores de snacks¡ Son 20 o 30 familias, f¨¢cil¡±, dice Cillarroca.
¡°Estar en Argentina significa tener muchas crisis, con bajas y subas de consumo, bajas y subas de rentabilidad, y uno tiene que ir lidiando, tenemos alma de emprendedores. Pero esto es distinto, se cerr¨® todo. Cero ingresos y se mantuvieron los gastos¡±, lamenta Cillarroca. Lo mismo opina la encargada de un gimnasio cercano, Carolina Vielman. Reabrieron las puertas esta semana, despu¨¦s de 222 d¨ªas de clausura obligatoria, y vuelven a la actividad con menos de un tercio de los socios que ten¨ªan en marzo: han pasado de 1.400 a 400.
El subsidio que ha entregado el Gobierno para pagar parte de los sueldos a miles de empresas ha contribuido a que estas puedan pagar a los empleados, pero muchos negocios acumulan grandes deudas con el fisco o las empresas proveedoras de luz, agua y electricidad y no saben c¨®mo las saldar¨¢n. ¡°Est¨¢ todo muy tranquilo, no se vende casi nada¡±, lamenta Miriam, la due?a de una papeler¨ªa que no recuerda un momento m¨¢s dif¨ªcil en los cinco a?os que lleva con la tienda abierta.
Julio Cabrera opt¨® un camino inverso al de muchos: crecer para sobrevivir. ¡°Me agrand¨¦ porque este rubro no cerr¨® por la pandemia. Tambi¨¦n se sum¨® que ten¨ªa que abandonar el local anterior y bajar la persiana hubiese sido cerrar definitivamente y dejar de vender¡±, dice este vendedor de juguetes de 44 a?os, padre de tres hijos.
Sin acceso a los mercados de cr¨¦dito hasta que el Gobierno renegocie la deuda con el FMI, Argentina financia la paralizaci¨®n econ¨®mica de la pandemia con emisi¨®n de moneda. Solo en la primera mitad del a?o, el Banco Central emiti¨® m¨¢s de 1,35 billones de pesos para cubrir el d¨¦ficit fiscal y financiar subsidios como el Ingreso Familiar de Emergencia, distribuido a nueve millones de personas. Es tan alto el nivel de emisi¨®n, que Argentina ha debido importar 400 millones de billetes desde Brasil.
A la espera de una devaluaci¨®n
La impresi¨®n aumenta la presi¨®n inflacionaria ¡ª en septiembre se registr¨® un aumento interanual del 37% ¡ªa¨²n en este contexto de crisis y con severos controles en el mercado de cambios. El d¨®lar se vende a 83,50 pesos en el mercado oficial, en el que cada vez hay m¨¢s trabas para acceder, y a m¨¢s del doble ¡ª169 pesos por d¨®lar, pero roz¨® los 200 pesos hace una semana¡ª en el mercado paralelo. Nadie cree que la brecha cambiaria se pueda mantener tan alta, por lo que muchos temen una devaluaci¨®n que dispare a¨²n m¨¢s los precios. ¡°Yo no puedo comprar d¨®lares, as¨ª que estoqueo con mercader¨ªa¡±, dice Luis al mostrar un local por el que casi no puede moverse de tantos sacos enormes de comida para perros y gatos. ¡°El a?o pasado ya lo vimos, el peso se devalu¨® un 20% y de un d¨ªa al otro lo trasladaron a precios¡±, argumenta para justificar la compra anticipada.
¡°Hay mucha gente que quiere trabajar, pero est¨¢ todo parado por varios motivos. Uno, que las municipalidades no est¨¢n trabajando y no dan permisos de obra. Cuando trabajen, se van a encontrar una multitud de permisos y habr¨¢ un embudo ah¨ª tambi¨¦n. Despu¨¦s pasa que hay obras que se est¨¢n haciendo, pero no hay ni hierro ni hormig¨®n porque las cementeras y las f¨¢bricas de hierro no est¨¢n entregando, est¨¢n acaparando aguardando la devaluaci¨®n. Aunque quieras construir, no se puede¡±, cuenta Roberto Barcala, arquitecto por cuenta propia.
Adem¨¢s de la transformaci¨®n de muchos negocios, este arquitecto cree que la pandemia traer¨¢ tambi¨¦n importantes cambios urban¨ªsticos, como refleja el s¨²bito inter¨¦s por los countries, como llaman en Argentina a los barrios privados a las afueras de las ciudades. Numerosas oficinas del centro de la ciudad han quedado desiertas y, por el contrario, el teletrabajo ha obligado a reorganizar el interior de las casas.
El futuro inmediato inquieta a los argentinos. El aumento del precio de las materias primas ayud¨® a Argentina a salir de la crisis de 2001-2002, pero el contexto internacional es ahora muy diferente, con una recesi¨®n mundial. ¡°El a?o que viene ser¨¢ peor, tengo mucho miedo. Creo que si no tuviera familia me ir¨ªa a vivir fuera¡±, augura Luis, padre de dos hijos adolescentes. Otros, como Cabrera, el vendedor de juguetes, conf¨ªan en que el pa¨ªs se recuperar¨¢: ¡°Yo siempre para arriba, si no, cierro y me pongo a vender sanguchitos. La situaci¨®n est¨¢ muy complicada, pero soy muy optimista. El a?o que viene estaremos mejor. ?Qu¨¦ otra cosa podemos pensar? Hay que seguir de alguna manera¡±.
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