El Papa retira los fondos a la Secretar¨ªa de Estado
Francisco atribuye los ¨²ltimos esc¨¢ndalos financieros de la Santa Sede a la mala gesti¨®n y control econ¨®mico del ¨®rgano m¨¢s poderoso del Vaticano
La todopoderosa Secretar¨ªa de Estado del Vaticano tiene tres meses para transferir todos sus fondos y replantear parte de sus funciones. Deber¨¢ traspasar cientos de millones de euros a la Administraci¨®n del Patrimonio de la Sede Apost¨®lica (APSA), el departamento designado por el Papa para gestionar el dinero que hasta ahora administraba la sala de m¨¢quinas del Vaticano. La confianza est¨¢ rota. Los ¨²ltimos esc¨¢ndalos financieros han reafirmado al Papa y a su entorno en que parte del problema se encontraba en la libertad de movimientos y la opacidad con la que ha actuado durante a?os un sector de la Secretar¨ªa de Estado. En los ¨²ltimos tiempos, Francisco ya ha limitado su ¨¢rea de influencia limando algunas de sus jurisdicciones ¡ªcomo la comunicaci¨®n¡ª o sustituyendo a hombres de peso por otros de perfiles m¨¢s neutros y menos ambiciosos.
El ¨²ltimo movimiento, directamente vinculado con los supuestos problemas de corrupci¨®n vividos recientemente, ha sido retirarle todos los fondos de los que dispon¨ªa -se estima que unos 700 millones de euros, entre inversiones y el ¨®bolo de San Pedro, que recoge las donaciones- y arrebatarle su capacidad de administraci¨®n financiera. Una decisi¨®n importante que adelgaza sustancialmente el ¨¢rea que m¨¢s cerca est¨¢ de la toma de decisiones del Papa, que dise?a estrategias y que suele amortiguar tambi¨¦n algunos golpes.
La Secretar¨ªa de Estado ha sido hist¨®ricamente el punte de mando del Vaticano. Especialmente desde la reforma en 1967 de Paolo VI, uno de los inspiradores del pontificado de Francisco. Su titular ¡ªactualmente es el cardenal Pietro Parolin¡ª es el segundo de a bordo de la Santa Sede y su personal se ocupaba hasta hoy de algunas de las funciones m¨¢s delicadas del Vaticano. El papa Francisco lo reconoce abiertamente en la carta que envi¨® el pasado 25 de agosto al propio Parolin. Sin embargo, a ra¨ªz de los ¨²ltimos acontecimientos, orden¨® que los fondos pasen a ser gestionados a partir de ahora por la Administraci¨®n del Patrimonio de la Sede Apost¨®lica ¡ªel departamento que administra el patrimonio inmobiliario del Vaticano¡ª y controlados por el dicasterio de Econom¨ªa, que dirige el espa?ol Juan Antonio Guerrero Alves, persona de gran confianza del Papa.
Francisco desposeer¨¢ tambi¨¦n a la Secretar¨ªa de Estado de todas las funciones de vigilancia sobre otros entes. Hasta ahora, este departamento flotaba por encima de los dem¨¢s y encargaba investigaciones paralelas (como la que origin¨® el despido del revisor de las cuentas, Libero Milone, acusado de espionaje). Francisco apunta, adem¨¢s, que la oficina administrativa de la Secretar¨ªa de Estado, envuelta en los ¨²ltimos esc¨¢ndalos, deber¨¢ redise?ar sus funciones ahora que no tiene competencias ni fondos, o pensar la idoneidad de su propia existencia. Adem¨¢s, el Papa se?ala en la carta que es necesario ¡°salir lo antes posible, o al menos actuar de manera tal para que se eliminen todos los riesgos para la reputaci¨®n¡± de las inversiones en el inmueble de lujo en Londres que generaron las ¨²ltimas pol¨¦micas.
La compraventa de la propiedad londinense termin¨® derivando en una investigaci¨®n sobre el uso de los fondos reservados de la Secretar¨ªa de Estado, que durante a?os gestion¨® el segundo de dicho departamento, el cardenal Angelo Becciu. El purpurado, una de las personas que mejor conoc¨ªa la fontaner¨ªa pol¨ªtica de la Santa Sede, fue despose¨ªdo de sus derechos como cardenal y destituido de su cargo como prefecto de la Congregaci¨®n para los Santos el pasado septiembre.
Los motivos originales fueron una sorpresa: seg¨²n el Vaticano, el religioso hab¨ªa favorecido a varios hermanos encargando trabajos en las nunciaturas de las que fue responsable (en Angola y Cuba) y autorizando la transferencia de unos 100.000 euros a la cooperativa de uno de ellos. Las filtraciones sobre los presuntos desmanes de Becciu fueron creciendo con el paso de los d¨ªas. Desde la creaci¨®n de una diplomacia paralela con los fondos de la Secretar¨ªa de Estado, a presuntos sobornos en Australia para que testigos clave del juicio por abusos a menores contra el cardenal George Pell testificasen en su contra. Te¨®ricamente, el dinero para todas esas supuestas operaciones sal¨ªa del mismo grifo: el que el Papa acaba de cerrar.
El coraz¨®n de la curia pierde peso
El Papa se propuso a su llegada llevar a cabo una gran reforma de la curia. Muchos de los problemas originados en los ¨²ltimos tiempos, cuando Benedicto XVI dio un paso al lado desbordado por los casos de corrupci¨®n, proced¨ªan de un viejo y opaco esquema organizativo. Especialmente en el apartado econ¨®mico, como reconoci¨® en su primera conferencia de prensa en el vuelo de regreso del viaje a R¨ªo de Janeiro, aceptando que deb¨ªa comenzar por ah¨ª.
La decisi¨®n de retirar los fondos al departamento m¨¢s poderoso del Vaticano reduce sustancialmente el poder de la Secretar¨ªa de Estado, que tiene que presentar su presupuesto. Un cambio de paradigma desde la reforma de Paolo VI, donde se especificaba que el departamento, cuyos altos cargos suelen proceder del servicio diplom¨¢tico, ten¨ªa el encargo de ayudar de cerca al Sumo Pont¨ªfice en el cuidado de la Iglesia, pero tambi¨¦n en la relaci¨®n con los dicasterios de la curia. Es decir, le otorgaba un poder por encima de los dem¨¢s ministerios que, a menudo, se sustanciaba en la independencia que, en otras cosas, le confer¨ªan los fondos retirados.
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