Muere el expresidente franc¨¦s Val¨¦ry Giscard d¡¯Estaing a los 94 a?os
El exmandatario, que ha fallecido a causa del coronavirus, era uno de los ¨²ltimos supervivientes de la generaci¨®n de dirigentes que vivi¨® la Segunda Guerra Mundial
Val¨¦ry Giscard D¡¯Estaing, que el mi¨¦rcoles muri¨® a los 94 a?os, fue el primero, y quiz¨¢ el ¨²ltimo, presidente liberal de la V Rep¨²blica francesa hasta que en 2017 Emmanuel Macron lleg¨® al palacio del El¨ªseo. Como Macron, tambi¨¦n fue el m¨¢s joven en su momento. Era uno de los ¨²ltimos supervivientes de la generaci¨®n de dirigentes que vivi¨® la Segunda Guerra Mundial y conoc¨ªa en carne propia el precio del desgarro europeo. Por eso fue uno de los que, junto a su amigo el canciller alem¨¢n Helmut Schmidt, m¨¢s se empe?¨® en impulsar la construcci¨®n europea. Al mismo tiempo, fue un jefe de Estado de un solo mandato y un l¨ªder poco querido que, hasta el final de sus d¨ªas, proyect¨® una imagen de hombre aristocr¨¢tico y arrogante. La causa del fallecimiento, ocurrido en su residencia del municipio de Authon, en el centro de Francia, fue la covid-19. ¡°Conforme a su voluntad, las exequias se desarrollar¨¢n en la intimidad familiar m¨¢s estricta¡±, dijo la Fundaci¨®n Val¨¦ry Giscard D¡¯Estaing en un mensaje en la red social Twitter.
Con Giscard, presidente entre 1974 y 1981, desaparece un pol¨ªtico de otra era, un hombre que conoci¨® la guerra en su juventud, alcanz¨® la edad adulta en la posguerra, empez¨® a fajarse en el oficio bajo el general De Gaulle y, ya en el poder, puso los fundamentos de integraci¨®n econ¨®mica y la moneda ¨²nica de la UE. Con un aura de reformista de centroderecha, contribuy¨® a liberalizar la sociedad francesa con medidas como la despenalizaci¨®n del aborto. La modernizaci¨®n, sin embargo, ten¨ªa unos l¨ªmites: el presidente se neg¨® a abolir la pena de muerte, que seguir¨ªa vigente en Francia hasta la llegada al El¨ªseo del socialista Fran?ois Mitterrand. Y sus ambiciones econ¨®micas se estrellaron con las consecuencias del choque petrolero y el estancamiento que pusieron fin, durante su mandato, a tres d¨¦cadas de crecimiento ¡ªla ¨¦poca hoy recordada con nostalgia de los Treinta Gloriosos¡ª e inauguraron un periodo de desempleo end¨¦mico que todav¨ªa no ha terminado.
Giscard, que lleg¨® a la presidencia a los 48 a?os y la abandon¨® a los 55, vivi¨® varias vidas pol¨ªticas m¨¢s. Fue diputado en la Asamblea Nacional, eurodiputado en Estrasburgo y Bruselas, alcalde y presidente de regi¨®n, miembro de la Academia francesa y del Consejo Constitucional, y presidente la Convenci¨®n que, a principios de este siglo, dise?¨® una Constituci¨®n para la UE que en 2005 acabar¨ªa rechazada en un refer¨¦ndum en su propio pa¨ªs. Entretanto public¨® varios novelas, la ¨²ltima, Loin du bruit du monde (Lejos del ruido del mundo), a principios del noviembre, y otra unos a?os antes en la que novelaba un imaginario romance de un presidente con una princesa brit¨¢nica que guardaba semejanzas con Lady Di. A principios de 2020, una periodista alemana le denunci¨® por una supuesta agresi¨®n sexual durante una entrevista en 2018 en su despacho del c¨¦ntrico bulevar Saint-Germain de Par¨ªs.
De Kennedy a Luis XV: la cronista de Le Monde Fran?ois Fressoz resumi¨® as¨ª hace un tiempo la trayectoria de Giscard como presidente. Conquist¨® el palacio del El¨ªseo con una reputaci¨®n de ni?o prodigio: hijo de una familia de altos funcionarios y pol¨ªticos con ra¨ªces en la regi¨®n de Auvernia, alumno de los mejores liceos y escuelas, combatiente en 1944 con el Ej¨¦rcito franc¨¦s en Alemania y Austria, por lo que fue condecorado con la Cruz de guerra, y pol¨ªtico precoz. Pese a ser ministro de Finanzas en gobiernos gaullistas, mantuvo distancias con este movimiento y quiso encarnar un liberalismo a la francesa. En el documental sobre su campa?a presidencial victoriosa, 1974: une partie de campagne, de Raymond Depardon, aparece como un candidato moderno y tecn¨®crata, con un buscado aire kennediano. Una vez en la presidencia, y envuelto en los oropeles mon¨¢rquicos de la V Rep¨²blica, esta imagen se trunc¨® en medio de las peleas entre la derecha giscardiana y la gaullista, y finalmente con el esc¨¢ndalo por los diamantes que le regal¨® el dictador centroafricano Jean-Bedel Bokassa. Como un rey repudiado, abandon¨® a pie el El¨ªseo entre abucheos tras victoria de Mitterrand en 1981.
Al evocar, en una entrevista en octubre de 2019 con EL PA?S y otros medios, su experiencia como soldado al final de la Segunda Guerra Mundial, Val¨¦ry Giscard D¡¯Estaing dijo: ¡°La primera vez que vi alemanes fue por la mirilla de un tanque a orillas del Rin¡±. Despu¨¦s, a?adi¨®: ¡°Y unos a?os despu¨¦s trabajaba con Helmut Schmidt para construir, poco a poco, un proyecto com¨²n¡±. Era una manera de explicar que, para ¨¦l y para sus coet¨¢neos, la Uni¨®n Europea no era algo que diesen por hecho, ni una abstracci¨®n. ¡°Narciso jefe de Estado¡±, llam¨® su primer ministro Raymond Barre al hombre que presidi¨® Francia durante la transici¨®n de Espa?a a la democracia y particip¨® en las negociaciones ¡ªno siempre f¨¢ciles con Madrid¡ª para el ingreso en lo que entonces era la CEE. ¡°Hay que estar orgullosos de c¨®mo vivimos hoy en Europa¡±, dijo en la entrevista de hace un a?o ante los discursos agoreros sobre la UE. Y se despidi¨® con un consejo: ¡°Sean optimistas¡±.
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