Maduro se hace con el control del Parlamento en Venezuela, con una abstenci¨®n del 70%
La renovaci¨®n de la Asamblea Nacional, con unas elecciones envueltas en acusaciones de fraude, sin respaldo internacional ni participaci¨®n de la oposici¨®n, evidencia la voluntad del chavismo de ampliar cuotas de poder
El chavismo ha ganado con comodidad unas elecciones parlamentarias marcadas por la abstenci¨®n, las acusaciones de fraude, el rechazo internacional y el vac¨ªo opositor, que no present¨® candidatos. Pasada la medianoche en Caracas, el Consejo Nacional Electoral (CNE), un ente al que el antichavismo acusa de presunta parcialidad, anunci¨® que los candidatos que responden a Nicol¨¢s Maduro obtuvieron el 67,6% de los votos emitidos, unos 3.558.320. La abstenci¨®n, clave para evaluar la legitimidad de la elecci¨®n, fue del 70%. ¡°Hemos tenido una tremenda victoria electoral¡±, dijo el presidente tras el primer reporte. El resultado asegura al Gran Polo Patri¨®tico, la coalici¨®n de partidos aliados que acompa?a al oficialista Partido Socialista de Venezuela, aproximadamente 240 de los 277 esca?os en elecci¨®n. Bastante m¨¢s atr¨¢s, con el 18% en total, quedaron los partidos opositores que decidieron asistir a la cita. Destacaron la facci¨®n disidente de Acci¨®n Democr¨¢tica, Cambiemos, de Timoteo Zambrano; Avanzada Progresista, liderado por Henri Falc¨®n; y la formaci¨®n El Cambio, conducida por Javier Bertucci.
Las elecciones fueron boicoteadas por las organizaciones opositoras m¨¢s grandes, lideradas por Juan Guaid¨®, reconocido como presidente interino de Venezuela por unos 60 pa¨ªses, entre ellos Espa?a. Esas fuerzas opositoras denunciaron la ausencia de garant¨ªas y transparencia. Y gran parte de la comunidad internacional consider¨® los comicios fraudulentos. Estados Unidos, la Uni¨®n Europea, Canad¨¢, Colombia y Brasil ya emitieron declaraciones que niegan la legitimidad de los resultados.
La desmovilizaci¨®n y la ausencia de personas en los centros de votaci¨®n durante el domingo fueron tan evidentes que ocasionaron nerviosismo en el chavismo, y tocaron la propia f¨¦rula pol¨ªtico-militar que habitualmente se organiza para arrastrar sus votos en cada consulta. Cerca del cierre de la jornada, informes privados y c¨¢lculos de periodistas con cifras filtradas del ente electoral atestiguaban una abstenci¨®n que oscilaba entre el 80% y el 85%, superior a la que revelaban las cifras oficiales. Sobre la tarde circularon audios, que terminaron siendo virales, en los cuales gobernadores, dirigentes comunales y coordinadores pol¨ªticos del Gobierno reprochaban a los activistas no haber movilizado m¨¢s votantes. Ya entrada la noche, cuando los centros electorales estaban vac¨ªos, el Gobierno retras¨® la hora de cierre para dar tiempo al desplazamiento de gente desde las zonas de la denominada Misi¨®n Vivienda, urbanismos de inter¨¦s social construidos por el chavismo en estos a?os.
Pese a todos esos elementos, Maduro se ha felicitado por el resultado. ¡°?Felices madrugadas de victoria!¡±, ha escrito el dirigente en su cuenta de Twitter este lunes. ¡°Tenemos una nueva Asamblea Nacional, hemos tenido una tremenda y gigantesca victoria¡±. La mayor¨ªa de los dirigentes oficialistas, sin embargo, han sido renuentes a comentar los resultados. Mientras que el l¨ªder opositor Juan Guaid¨®, no tuvo piedad: ¡°La dictadura se evidencia. Luego del chantaje, el secuestro de partidos, censura, fabricar resultados, infundir terror; anuncian lo dicho: un fraude con 30%. No le son suficientes ni para mostrarse en p¨²blico¡±.
Venezuela vive en una campa?a electoral permanente desde la llegada de Hugo Ch¨¢vez al poder. El argumento central del expresidente y despu¨¦s del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro para defender su permanencia en el poder frente a las presiones ha sido la aprobaci¨®n popular en 22 de los 24 comicios celebrados en poco m¨¢s de 20 a?os. Como las ¨²ltimas elecciones, esta tambi¨¦n encerraba una paradoja. En lugar de dirimir una disputa pol¨ªtica, la votaci¨®n evidenci¨® una fractura, que es institucional pero sobre todo social, y profundiz¨® la brecha entre el r¨¦gimen bolivariano y la mayor¨ªa de la oposici¨®n, que rechaz¨® participar en medio de acusaciones de fraude.
La jornada marc¨® una nueva fase de la grave crisis que sufre el pa¨ªs sudamericano. Juan Guaid¨® y los partidos que le apoyan perder¨¢n el control del Parlamento que controlaban desde las elecciones legislativas de 2015. El l¨ªder opositor lanz¨® en enero de 2019 su desaf¨ªo a Maduro proclam¨¢ndose jefe de Estado interino precisamente en virtud de su cargo de jefe de la Asamblea Nacional. Como tal obtuvo el reconocimiento de m¨¢s de 60 pa¨ªses, con Estados Unidos y Colombia a la cabeza. Sin embargo, ese efecto, que ya ten¨ªa una carga principalmente simb¨®lica, se va a desvanecer desde el punto de vista institucional el pr¨®ximo 5 de enero, cuando tomen posesi¨®n los diputados electos este domingo. Entre ellos no hab¨ªa ning¨²n dirigente antichavista con capacidad para competir con el cartel encabezado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Este sector lleg¨® a un acuerdo con el Gobierno y decidi¨® concurrir a diferencia de los fieles a Guaid¨®, que no confiaban en el ¨¢rbitro, el CNE, y cuyas formaciones fueron intervenidas, inhabilitadas y hostigadas por el Tribunal Supremo.
¡°Nace una nueva Asamblea Nacional, nace una nueva esperanza, un gran cambio. Fueron cinco a?os nefastos, de fracaso. Ellos pidieron y trajeron las sanciones econ¨®micas¡±, proclam¨® Maduro en una conferencia de prensa celebrada el domingo despu¨¦s de que votara. Y responsabiliz¨® abiertamente a Guaid¨® y a los expresidentes del Parlamento Julio Borges y Henry Ramos Allup. ¡°Tienen nombres, apellidos y rostros los responsables del fracaso¡±, insisti¨®. Pero si estas elecciones suponen una victoria para el chavismo, una m¨¢s, su celebraci¨®n est¨¢ lejos de resolver el problema de fondo.
La sociedad venezolana no est¨¢ solo polarizada o dividida. La brecha va mucho m¨¢s all¨¢ y la desconfianza en los representantes pol¨ªticos alcanza tanto al Gobierno como a la oposici¨®n, seg¨²n recogi¨® recientemente la firma Datan¨¢lisis. El hartazgo es probablemente unos de los sentimientos m¨¢s transversales en Venezuela. A eso se a?ade una profunda emergencia econ¨®mica que quiz¨¢ el r¨¦gimen logre maquillar en algunos sectores de Caracas, para que el que llegue del exterior pueda llevarse una imagen favorable.
Al filo de la medianoche, Guaid¨® acus¨® al Gobierno de ¡°fabricar resultados¡±. ¡°Ahora saben que est¨¢ en jaque hasta su esquema de control social, muchos no cayeron en el chantaje y la mentira¡±. Aunque la c¨²pula del r¨¦gimen mostr¨® desinter¨¦s por las presiones internacionales, todos estaban pendientes de las primeras reacciones. ¡°Nosotros somos tercos y no han podido ni podr¨¢n con nosotros¡±, hab¨ªa enfatizado el sucesor de Hugo Ch¨¢vez en referencia a las sanciones al sector petrolero.
Ni la Administraci¨®n de Donald Trump, la primera valedora de Guaid¨®, logr¨® resultados reales en su intento de derrocar al Gobierno. Ni los intentos de di¨¢logo ensayados por la Uni¨®n Europea o Noruega llegaron a buen puerto. Caracas sabe, sin embargo, que necesita interlocutores internacionales que vayan m¨¢s all¨¢ de Rusia, Ir¨¢n, Turqu¨ªa o China, sus aliados habituales. El expresidente del Gobierno espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, quien particip¨® en una misi¨®n de observaci¨®n, pidi¨® a Bruselas que reconsidere su decisi¨®n de no reconocer el nuevo Parlamento y reflexione sobre las sanciones. El chavismo conf¨ªa, pese a todo, en que Europa relaje las presiones y que la pr¨®xima Administraci¨®n estadounidense de Joe Biden cambie de estrategia. Si no lo hacen, seguir¨¢ resistiendo como hasta ahora. Pero el conflicto va m¨¢s all¨¢: Venezuela est¨¢ fracturada, en las instituciones y en la calle. Y la recomposici¨®n de un pa¨ªs donde puedan darse las condiciones para una competici¨®n electoral normal todav¨ªa no est¨¢ en el horizonte.
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