Tras la pista del contagio de Macron
El muy activo presidente franc¨¦s pudo contraer el virus de la covid-19 en la cumbre de la UE de la semana pasada en Bruselas, seg¨²n su ministro de Sanidad
Emmanuel Macron ha dado positivo en la covid-19 y el interrogante, en Francia, es doble. ?D¨®nde contrajo el virus? ?Y a qui¨¦n ha podido contagiar? Las hip¨®tesis proliferan y en las cadenas de televisi¨®n se reproducen gr¨¢ficos con los encuentros del presidente de la Rep¨²blica francesa en la ¨²ltima semana en los que se ve qui¨¦n se sent¨® a su lado, a qu¨¦ distancia y con qu¨¦ medidas de seguridad.
Dos encuentros centran las especulaciones. El primero es la cumbre de la Uni¨®n Europea del 10 y 11 de diciembre junto a 24 de sus 26 colegas. El segundo es un almuerzo y una cena que mantuvo en el palacio del El¨ªseo, sede y residencia presidencial en Par¨ªs, el martes y el mi¨¦rcoles respectivamente, antes de dar positivo el jueves. La cumbre de la UE concentra las sospechas como el lugar donde Macron se pudo contagiar. Las comidas en el El¨ªseo, y en particular la cena, que se prolong¨® hasta pasada la medianoche, podr¨ªa haberse convertido en un foco de contaminaci¨®n.
¡°El jefe del Estado no se contamin¨® durante un almuerzo o una cena en el El¨ªseo, sino, al parecer, y por lo que se escucha, posiblemente en el curso de un Consejo Europeo hace cuatro o cinco d¨ªas en Bruselas, con jefes de Estado en una cena de trabajo, creo, organizada en una habitaci¨®n espaciosa¡±, dijo el jueves el ministro franc¨¦s de Sanidad, Olivier V¨¦ran, en la cadena de televisi¨®n France 5.
Otro de los asistentes a la cumbre, el primer ministro eslovaco, Igor Matovic, dio positivo. Y otros, desde el espa?ol Pedro S¨¢nchez al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se aislaron de forma cautelar, aunque dieron negativo en las pruebas de la covid-19.
Macron, despu¨¦s de saber que hab¨ªa contra¨ªdo el coronavirus, decidi¨® trasladarse a la residencia presidencial de La Laterne, en Versalles, donde pasa muchos fines de semana. Su esposa, Brigitte Macron, de 67 a?os, al no presentar s¨ªntomas y haber dado negativo en un test reciente, se qued¨® en Par¨ªs.
El presidente envi¨® este viernes un mensaje de tres minutos y 22 segundos por las redes sociales. Se encontraba en un despacho de La Laterne y visiblemente era ¨¦l mismo quien se filmaba. Vestido con un jersey de cuello alto negro, mostraba signos de cansancio en el rostro y en la voz.
¡°Estoy bien. Tengo los mismos s¨ªntomas que ayer. Es decir, cansancio, dolor de cabeza, una tos seca, como centenares de miles de ustedes que han tenido que vivir este virus o que lo viven hoy¡±, dijo Macron. ¡°Les informar¨¦ cada d¨ªa sobre la evoluci¨®n de la enfermedad, de este virus. Normalmente, no hay motivo para que esto evolucione mal, pero soy objeto de vigilancia m¨¦dica y les dar¨¦ cuenta de ello de manera totalmente transparente¡±, a?adi¨®.
La menci¨®n de la transparencia no es casual, en un pa¨ªs en el que, hist¨®ricamente, los presidentes han protegido espacios amplios de su vida. El caso m¨¢s notorio es el del socialista Fran?ois Mitterrand, que durante buena parte de su presidencia, entre 1981 y 1995, escondi¨® el c¨¢ncer que padec¨ªa.
¡°Estoy protegido, vigilo, respeto los gestos-barrera, las distancias, me pongo la m¨¢scara, me lavo con gel hidroalcoh¨®lico de manera regular¡±, explic¨® el presidente. ¡°Y, pese a todo, he atrapado el virus. Sin duda, en un momento de negligencia, un momento de mala suerte tambi¨¦n¡±.
El mensaje era pedag¨®gico, pero tambi¨¦n pretend¨ªa subrayar que, si hubo negligencia, no fue voluntaria. Las cr¨ªticas al presidente, precisamente, se?alan a un posible doble rasero entre las normas que se impone a los franceses y el cumplimiento de sus dirigentes. Se centran en el almuerzo del martes con los jefes de los grupos en la Asamblea Nacional, y la cena el mi¨¦rcoles con dirigentes de la mayor¨ªa parlamentaria presidencial. Ambas se desarrollaron en la espaciosa sala de fiestas del El¨ªseo. Y eran encuentros de trabajo, es decir, en principio justificados, pese a las restricciones por la pandemia. Pero es probable que all¨ª se bajase la guardia. Al contrario que en las reuniones formales, en las que los participantes mantienen la mascarilla puesta en todo momento, en las comidas resulta m¨¢s complicado.
¡°Intentemos, cuando invitemos a amigos, no ser m¨¢s de seis en la mesa¡±, dijo Macron en octubre. Desde entonces, no ha dejado de repetir la recomendaci¨®n, que tambi¨¦n vale para Nochebuena. En el almuerzo participaron 12 personas. En la cena, 11.
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