Macron acepta revisar la pol¨¦mica ley de seguridad tras las protestas
El presidente impulsar¨¢ cambios en la polic¨ªa tras las recientes im¨¢genes de violencia
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, busca una salida al embrollo que ¨¦l mismo, sus ministros y sus diputados han causado con la llamada ley de seguridad global. Macron desea una revisi¨®n de la ley y de su art¨ªculo m¨¢s pol¨¦mico, el 24, que limita la difusi¨®n de im¨¢genes de polic¨ªas y gendarmes y que atenta contra la libertad de informaci¨®n, seg¨²n denunciaron el s¨¢bado decenas de miles de franceses que se manifestaron por toda Francia. El dirigente intenta evitar que el malestar social se enquiste y acabe provocando una crisis pol¨ªtica en medio de una crisis sanitaria y econ¨®mica. Quiere introducir cambios en los m¨¦todos de formaci¨®n y de liderazgo de las fuerzas del orden tras los repetidos episodios de violencia conocidos, precisamente, gracias a los v¨ªdeos cuya difusi¨®n el art¨ªculo 24 pretende restringir.
A la vista de las masivas protestas, Macron intenta limitar los da?os y evitar una crisis pol¨ªtica que se sumar¨ªa a la econ¨®mica y sanitaria que vive Francia y que, al contrario que estas dos ¨²ltimas, es producto de los errores de c¨¢lculo y de gesti¨®n del propio presidente y de su Gobierno. Macron ha convocado este lunes en el palacio del El¨ªseo al primer ministro, Jean Castex, a los ministros del Interior y de Justicia, G¨¦rald Darmanin y ?ric Dupond-Moretti, y a los l¨ªderes de la mayor¨ªa presidencial en la Asamblea Nacional, para leerles la cartilla y poner orden a una situaci¨®n que amenaza con escap¨¢rsele de las manos.
¡°Propondremos una nueva redacci¨®n completa del art¨ªculo 24¡±, declar¨® tras la reuni¨®n Christophe Castaner, jefe de La Rep¨²blica en Marcha (LREM), el partido de Macron. El art¨ªculo expone a un a?o de prisi¨®n y a 45.000 euros de multa a quien difunda, ¡°con el objetivo de atentar contra su integridad f¨ªsica o ps¨ªquica¡±, im¨¢genes del rostro de un agente de las fuerzas del orden. El temor es que la ambig¨¹edad a la hora de interpretar si las im¨¢genes publicadas tienen intenci¨®n mal¨¦vola d¨¦ pie a una restricci¨®n del derecho a documentar los abusos de los funcionarios policiales.
Las palabras de Castaner no significan que el art¨ªculo vaya a suprimirse, como pide parte de la oposici¨®n, pero son una admisi¨®n de responsabilidad: los mismos diputados que ahora lo reescribir¨¢n lo apoyaron el 21 de noviembre por una mayor¨ªa abrumadora. Y esta no ser¨ªa la primera revisi¨®n del texto.
El 19 de noviembre ¡ªcuando, desde sindicatos de periodistas hasta la Defensora del Pueblo, alertaban de los peligros de ley para la libertad de expresi¨®n¡ª Castex ya pact¨® con los diputados una enmienda destinada a asegurar que el derecho a la informaci¨®n se preservar¨ªa. La primera revisi¨®n no sirvi¨® de mucho.
El texto, despu¨¦s de aprobarse en la Asamblea Nacional, pas¨® al Senado, que lo examinar¨¢ en enero. Pero el clamor contra el art¨ªculo 24 sigui¨® en aumento. Se reforz¨® tras la evacuaci¨®n violenta, el lunes 23 por la noche, de un campo de inmigrantes en la c¨¦ntrica plaza de la Rep¨²blica, en Par¨ªs. Y estall¨® tras difundirse, el jueves 26, un v¨ªdeo en el que se ve¨ªa a tres polic¨ªas apaleando sin motivo a un productor de m¨²sica negro, Michel Zecler, en su estudio parisino. ¡°Las im¨¢genes que hemos visto todos de la agresi¨®n a Michel Zecler son inaceptables. Nos averg¨¹enzan a todos¡±, escribi¨® Macron en Facebook. La indignaci¨®n era transversal y alcanzaba al propio El¨ªseo.
A?os de denuncias
Los episodios de violencia policial actuaron como un electrochoque con un efecto doble. Primero, por las actuaciones violentas y arbitrarias de las fuerzas del orden, denunciadas desde hace a?os pero raramente documentadas con la crudeza de la pasada semana. Y segundo, por la evidencia de que muchas de estas actuaciones nunca se llegar¨ªan a conocer, y sus responsables no ser¨ªan castigados, si no fuese por las c¨¢maras y por el derecho a difundir las im¨¢genes.
Castex dijo que crear¨ªa una comisi¨®n independiente ¡°encargada de proponer una nueva redacci¨®n del art¨ªculo 24¡±. Era la segunda revisi¨®n anunciada en una semana, pero dur¨® poco. Los jefes de LREM y los aliados de Macron en la Asamblea Nacional se sublevaron contra lo que consideraban una intromisi¨®n del poder ejecutivo en el legislativo.
El descontento de los diputados macronistas, raramente cr¨ªticos en p¨²blico con el Gobierno, era cada vez m¨¢s manifiesto. Acusaban a Castex de despreciarles. Y al ministro del Interior de haber sembrado la confusi¨®n sobre la ley que ¨¦l mismo hab¨ªa impulsado declarando, por ejemplo, que esta prohibir¨ªa grabar a la polic¨ªa ¡ªcosa que no dice¡ª o que forzar¨ªa a los periodistas a acreditarse para cubrir las manifestaciones.
Las protestas masivas del s¨¢bado ¡ªmayoritariamente pac¨ªficas, pero que acabaron con 98 polic¨ªas y gendarmes heridos¡ª evidenciaron que la ley puede convertirse en un problema grave para Macron. Un problema legislativo, pero tambi¨¦n social, si la desconfianza entre una parte de la poblaci¨®n y la polic¨ªa se instala de forma duradera.
La primera respuesta es la voluntad de los diputados macronistas de ¡°reescribir completamente¡± el art¨ªculo 24, la tercera revisi¨®n anunciada en menos de 15 d¨ªas. Castaner no revel¨® en qu¨¦ consistir¨¢n los cambios. La segunda respuesta de Macron consisti¨® en encargar a Darmanin, debilitado por sus excesos ret¨®ricos, que bajase el tono y propusiese reformas en las fuerzas del orden.
Ante la comisi¨®n de Asuntos Judiciales de la Asamblea Nacional, el ministro del Interior se?al¨® deficiencias en la formaci¨®n de los polic¨ªas y gendarmes, carencias en el equipamiento y errores en el mando. Durante a?os, los responsables franceses se han negado a reconocer que la ¡°violencia policial¡± fuese una realidad: se trataba de casos aislados, manzanas podridas, en ning¨²n caso un problema sist¨¦mico. Darmanin ha admitido la existencia este lunes de ¡°problemas estructurales¡±.
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