El Sinn F¨¦in pasa de ¡®partido paria¡¯ a posible socio del Gobierno irland¨¦s
El mensaje social de su campa?a ha prevalecido sobre su oscuro pasado pol¨ªtico
El complicado sistema de recuento irland¨¦s, proporcional pero con voto transferible, hace que sean necesarios al menos un par de d¨ªas para tener una foto fija del resultado electoral. Este lunes comenzar¨¢ a estar todo m¨¢s claro, aunque la formaci¨®n de un Gobierno puede llevar meses. El ascenso generalizado del Sinn F¨¦in (SF), incluso en territorios hasta ahora inh¨®spitos para la formaci¨®n como Tipperary o Wexford, ha obligado a las dos formaciones que se han repartido hist¨®ricamente el poder, el Fianna F¨¢il (FF) y el Fine Gael (FG), a comenzar a retractarse t¨ªmidamente de su inicial rechazo a buscar una alianza con el "brazo pol¨ªtico del IRA". En el primer recuento de las circunscripciones, el Sinn F¨¦in ha dado ya se?ales de una subida que puede calificarse de hist¨®rica en la Rep¨²blica de Irlanda.
El camino hacia la "normalizaci¨®n" ha sido largo, y con altibajos. El batacazo en las ¨²ltimas elecciones municipales y europeas llev¨® a la direcci¨®n del Sinn F¨¦in a rebajar sus propias expectativas en?las generales celebradas el s¨¢bado. Solo en los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a, despu¨¦s de que un sondeo llegara a situarles en primera posici¨®n, se lo empezaron a creer. Para entonces ya era tarde. Apenas hab¨ªan presentado 40 candidatos en las 39 circunscripciones, frente a los m¨¢s de 80 del FF y del FG. El sistema de transferencia de voto les har¨¢ perder esca?os. Se ha visto en el primer conteo, cuando sus candidatos se han hecho en muchas circunscripciones con el primer esca?o sin problemas y un super¨¢vit de votos a los que la formaci¨®n ha tenido que renunciar. La direcci¨®n del SF estima que podr¨ªa haber alcanzado los 40, en un Parlamento de 160 diputados.
Aun as¨ª, llevan camino de situarse muy por encima de los 30 y superar en un 33% la cifra de 19 que ten¨ªan ahora. Todo apunta a que la formaci¨®n con m¨¢s esca?os ser¨¢ el Fianna F¨¢il, pero ni ellos ni sus rivales del?Fine Gael (hasta ahora en el Gobierno) llegar¨¢n a los 40 diputados. El primer ministro, Leo Varadkar, quien solo ha revalidado su esca?o tras pasar la prueba de cinco recuentos, sosten¨ªa al Ejecutivo con un pacto de legislatura con el FF. Entre ambas formaciones sumaban 92 esca?os, 12 por encima de la mayor¨ªa absoluta de 80 (el presidente del Parlamento no vota). A tenor del recuento en marcha, es posible que ya no lleguen entre los dos a esos 80 diputados.
Poco a poco, algunas voces t¨ªmidas comienzan a levantar al Sinn F¨¦in?la condici¨®n de apestado. La l¨ªder de la formaci¨®n, Mary Lou McDonald, ha anunciado este domingo que ya ha empezado a conversar con otros partidos minoritarios progresistas como Los Verdes, los socialdem¨®cratas, o la coalici¨®n Solidarity-PeopleBeforeProfits (Solidaridad-Gente antes que beneficios). Esa ser¨ªa su alternativa favorita de Gobierno, pero el mensaje m¨¢s evidente era para los dos partidos principales: ha llegado la hora de que se tomen en serio al Sinn F¨¦in. "No he dejado de repetir que hablar¨ªa y escuchar¨ªa a todo el mundo. Creo que eso es lo que hacen las personas adultas, y lo que exige la democracia", ha dicho.
El partido de Varadkar ha logrado salvar los muebles, y retiene su derecho a intentar formar coalici¨®n aunque el resultado final le sit¨²e por detr¨¢s del?Fianna F¨¢il en n¨²mero de esca?os. Pero m¨¢s all¨¢ de las cifras, el primer ministro es uno de los grandes perdedores de las elecciones del s¨¢bado. Ni su buen manejo del Brexit ni las cifras oficiales, que muestran una econom¨ªa con fuerte crecimiento, han convencido a los votantes. El Fine Gael todav¨ªa aspira a formar una gran coalici¨®n con su rival (a la que deber¨¢n sumar necesariamente alg¨²n apoyo externo), pero muchos de sus miembros temen que ser¨ªa el clavo final en el ata¨²d del bipartidismo.
Varadkar ha seguido expresando su rechazo a intentar una coalici¨®n con el Sinn F¨¦in, aunque ha comenzado a sugerir que ser¨¢n las respectivas pol¨ªticas propuestas por cada formaci¨®n las que determinen si un acercamiento es posible.? El l¨ªder del Fianna F¨¢il, Micha¨¦l Martin, que hac¨ªa frente a unas terceras elecciones (para sus rivales internos, su ¨²ltima oportunidad) como candidato, se at¨® en un principio de pies y manos con un doble juramento: no volver a asociarse con el?Fine Gael y no pactar nunca con el Sinn F¨¦in.
"Creo que el mensaje de nuestro electorado ha sido bastante claro. Nos han dicho que debemos hablar con todos los dem¨¢s partidos, e incluso con los candidatos independientes, para intentar formar un Gobierno. Y yo respaldo que hablemos con el Sinn F¨¦in, con el Fine Gael y con los dem¨¢s", ha dicho John McGuinness, un hist¨®rico diputado del Fianna F¨¢il en abierta rivalidad con el actual l¨ªder.
El propio Martin, al final de la primera jornada de recuento, comenzaba a recular. Tambi¨¦n ¨¦l pon¨ªa el ¨¦nfasis en las pol¨ªticas a la hora de contemplar un Gobierno de coalici¨®n. "Debe ser coherente, sostenible y capaz de cumplir lo que promete. Hay asuntos muy serios que no pueden ser tratados ligeramente durante la euforia de un d¨ªa electoral, con toda la tensi¨®n, inter¨¦s y excitaci¨®n que conlleva", dijo este domingo.
La paradoja del?Fianna F¨¢il es que, a pesar de que toda una generaci¨®n de electores ya no ve la diferencia entre ambas formaciones, este partido siempre se ha visto a s¨ª mismo en el centro izquierda y cercano a las preocupaciones de la clase trabajadora. Ya ha surgido un debate interno sobre la conveniencia de tender un puente con el Sinn F¨¦in. Porque han sido precisamente las cuestiones sociales ¡ªen especial, la carest¨ªa de la vivienda y el anuncio de subir la edad de jubilaci¨®n a los 67 a?os¡ª?las que han dado alas al partido hist¨®ricamente vinculado con el IRA, que ha recabado apoyo no solo entre los j¨®venes, sino tambi¨¦n entre los mayores de 50 a?os que ven peligrar sus pensiones.
Sus hist¨®ricos v¨ªnculos con la organizaci¨®n terrorista no han pesado en el ¨¢nimo de muchos votantes. Las acusaciones de "radical", casi bolivariano, de los otros partidos han soliviantado a los ciudadanos que exigen un cambio. Y el desprecio anticipado al negarles antes de tiempo un sitio en la mesa de negociaci¨®n ha sido interpretado como una se?al de arrogancia que ha empujado a muchos votantes a decidirse finalmente por marcar en la papeleta el nombre del candidato del Sinn F¨¦in.
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