Filipinas afianza su giro hacia China al socavar su alianza militar con EE UU
Manila anula el acuerdo que permite la presencia de tropas de EE UU en Filipinas y brinda a China la oportunidad de fortalecer su posici¨®n en la regi¨®n
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, que desde su llegada al poder en 2016 ha proclamado su intenci¨®n de acercarse a China y romper d¨¦cadas de alianza militar con EE UU, ha pasado a la acci¨®n. Manila ha decidido anular el Acuerdo de Fuerzas Visitantes (VFA, por sus siglas en ingl¨¦s), que permite la presencia de tropas de EE UU en Filipinas, lo que menoscaba la capacidad de defensa del archipi¨¦lago asi¨¢tico y brinda a China la oportunidad de fortalecer su posici¨®n en la regi¨®n, escenario de un pulso de poder entre las dos potencias mundiales.
El anuncio, comunicado el martes a la Embajada de EE UU en Manila, no fue una sorpresa. Duterte hab¨ªa advertido que enterrar¨ªa el VFA si Washington manten¨ªa su decisi¨®n de denegar el visado al senador Ronald dela Rosa, exjefe de la Polic¨ªa Nacional y art¨ªfice de su violenta guerra contra las drogas. El presidente filipino no tolera las cr¨ªticas de EE UU a su controvertida campa?a, y lleva tiempo buscando socios que no se inmiscuyan tanto en sus asuntos internos.
China, y en menor medida Rusia, son sus candidatos ideales: en cuatro a?os, Duterte se ha reunido ocho veces con su par chino, Xi Jinping, y en octubre visit¨® a su ¡°¨ªdolo¡± Vlad¨ªmir Putin por segunda vez. En cambio, alardea de que rechazar¨ªa una invitaci¨®n a la Casa Blanca.
¡°Su decisi¨®n de revocar el VFA se debe en parte a su acercamiento a China, pero tambi¨¦n hay que leerla en clave interna: es m¨¢s pol¨ªtica que estrat¨¦gica¡±, considera Charmaine Willoughby, profesora de la Universidad de La Salle, en Manila.
Estrat¨¦gica o no, la resoluci¨®n de Duterte, que hasta ahora no hab¨ªa pasado de la ret¨®rica, ha consternado incluso a miembros de su propio Ejecutivo. La alianza militar con EE UU es la columna vertebral de la seguridad filipina, y para muchos observadores supone un contrapeso clave a la expansi¨®n naval de la segunda econom¨ªa mundial en el mar de China meridional, por el que circula el 30% del comercio global y que se cree que alberga importantes yacimientos de gas y petr¨®leo.
¡°La retirada del VFA merma la seguridad de Filipinas en un momento en el que China infringe activamente los derechos mar¨ªtimos de este pa¨ªs¡±, asegura Malcolm Cook, del Instituto de Estudios del Sureste Asi¨¢tico (Iseas). Pek¨ªn, que reclama la pr¨¢ctica totalidad del mar de China Meridional, lleva a?os construyendo islas artificiales e instalaciones militares en zonas disputadas con Filipinas, Malasia, Brun¨¦i, Vietnam y Taiw¨¢n.
Al contrario que su predecesor, Benigno Aquino, que llev¨® la disputa por las islas Spratly a La Haya y gan¨® un fallo contra China, Duterte ha optado por relativizar el conflicto e ignorar el laudo. El presidente cree que puede obtener m¨¢s acerc¨¢ndose a Pek¨ªn, y tambi¨¦n a Mosc¨². China y Filipinas han establecido un comit¨¦ intergubernamental para dirimir los asuntos del mar de China Meridional, y buscan la exploraci¨®n conjunta de gas y petr¨®leo en esas aguas. Mientras, Duterte persigue un acuerdo sobre defensa y comercio con Rusia.
Pero el mandatario filipino est¨¢ jugando con fuego. La ruptura del VFA, firmado en 1998, deja a Filipinas m¨¢s expuesto en caso de conflicto o crisis. Sin el pacto, cuya suspensi¨®n entrar¨¢ en vigor en 180 d¨ªas si no hay cambios, queda en entredicho la futura celebraci¨®n de las maniobras militares conjuntas entre Filipinas y EE UU. Estos ejercicios de entrenamiento son una ocasi¨®n esencial para Filipinas de modernizar sus fuerzas armadas, mientras EE UU los aprovecha para sacar m¨²sculo militar en la regi¨®n frente a China, que siempre las ha considerado una provocaci¨®n.
Gracias al VFA, EE UU ha ayudado r¨¢pidamente a Filipinas en momentos de crisis: en 2013, por ejemplo, despleg¨® casi 8.000 militares para asistir al archipi¨¦lago tras la devastaci¨®n provocada por el tif¨®n Haiyan. Aunque las relaciones militares entre EE UU y su antigua colonia (1898-1946) siguen protegidas por el Tratado de Defensa Mutua de 1951, la ruptura del VFA hace tambalear los cimientos de la alianza militar y despierta las dudas sobre la supervivencia a corto plazo de otro acuerdo. Este pacto, firmado en 2014, permite a EE UU tener desplegados unos 250 efectivos en la isla meridional de Mindanao para combatir a fuerzas islamistas.
¡°Es Filipinas, no Estados Unidos, el gran perdedor de esta decisi¨®n. Y China el principal ganador¡±, a?ade Koh.
China lo sabe, y lleva a?os intentado fortalecer los lazos militares con el que hasta ahora ha sido el principal aliado de Washington en el sureste asi¨¢tico. Pek¨ªn ha planteado la posibilidad de realizar ejercicios militares conjuntos, una oferta hasta ahora ignorada por Manila; ha ofrecido a Filipinas pr¨¦stamos de bajo inter¨¦s para comprar equipamiento militar; y ha invertido en la remodelaci¨®n de la base a¨¦rea de Clark, entre otras iniciativas.
Trump resta importancia a la decisi¨®n
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rest¨® importancia a la decisi¨®n de Filipinas, en l¨ªnea con su prop¨®sito de repatriar a los efectivos militares desplazados desde hace d¨¦cadas en el exterior. Una reacci¨®n aplaudida por Rodrigo Duterte que dese¨® la reelecci¨®n de Trump. ¡°Es un buen mandatario, merece ser reelegido¡±, dijo su portavoz. Con todo, China no tiene tan f¨¢cil aumentar su influencia en Filipinas. Primero, por la diferencia de capacidad militar con EE UU. Luego, porque ¡°aunque Duterte se est¨¦ decantando por China, el sentir popular, incluso de parte del Gobierno, es todav¨ªa mucho m¨¢s proestadounidense que chino¡±, subraya la analista de La Salle.
El presidente filipino a¨²n podr¨ªa echarse atr¨¢s en los pr¨®ximos meses, pero tambi¨¦n podr¨ªa optar por el escenario m¨¢s radical: la ruptura total de la alianza militar con Estados Unidos. ¡°Para ser coherente con su postura, todos los tratados deben terminarse¡±, advirti¨® su portavoz. Aunque Duterte no es precisamente conocido por su consistencia.
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