Atrapados entre las bombas y el fr¨ªo
Las ONG alertan de que los sirios huidos soportan en los campos de desplazados temperaturas y condiciones extremas
¡°Las carreteras est¨¢n saturadas de gente que huye en todo tipo de veh¨ªculos temiendo ser bombardeada por el r¨¦gimen para acabar durmiendo al raso a ocho grados bajo cero porque no pueden pagarse una tienda de campa?a¡±, resume al tel¨¦fono un exhausto Abu Ahmed, nombre ficticio de este trabajador de una ONG local de la provincia siria de Idlib, en el noroeste del pa¨ªs y fronteriza con Turqu¨ªa. ¡°Los que llegan a la frontera son repelidos a tiros por los guardas fronterizos turcos¡±, sostiene.
M¨¢s de 900.000 personas han huido ya acosadas por los bombardeos y cerca de 300 han perdido la vida en lo que va de a?o, seg¨²n la ONU. Al menos 36 eran menores. Con temperaturas de hasta 10 grados bajo cero, la organizaci¨®n Save The Children ha alertado de las ¡°condiciones extremas¡± a las que est¨¢n expuestos los m¨¢s de 290.000 menores desplazados. De ellos, asegur¨® la ONG este martes con informaci¨®n de organizaciones de la zona, nueve han muerto en los campos de desplazados ¡°por las temperaturas extremas y las horribles condiciones de vida¡±.
El m¨¢s peque?o se llamaba Ahmed Abdelwahab el Rahal, desplazado del poblado de Jan Sheijun, que ha fallecido con siete meses tras llegar al campo de Atmeh, a unos 35 kil¨®metros al norte de Idlib, en la frontera con Turqu¨ªa. ¡°Muri¨® de fr¨ªo hace una semana porque su padre, que tiene dos familias [en referencia a un hombre pol¨ªgamo], no ten¨ªa dinero para comprar combustible con el que calentar al peque?o¡±, explica Al¨ª Jalfe, responsable de comunicaci¨®n del campo.
No parece haber escapatoria para las personas que habitan este pedazo de Siria, que es la ¨²ltima comarca fuera del control del Ej¨¦rcito regular. En la provincia de Idlib viven ahora unos tres millones de personas, entre habitantes originarios de la zona y combatientes de grupos insurrectos o yihadistas que, con sus familias, abandonaron otras zonas del frente de la larga contienda civil siria. Por ello, emprender de nuevo la huida es un d¨¦j¨¤ vu para la mitad de ellos.
¡°Si no hay bombardeos, no nos iremos de Idlib¡±, asegura en una conversaci¨®n telef¨®nica desde la capital de esta provincia la profesora Um Fateh, en la treintena y madre de tres menores, y dos veces desplazada desde que en 2016 sali¨® de su ciudad natal, Alepo. ¡°En cuanto el Ej¨¦rcito se sit¨²a a unos 20 kil¨®metros de alg¨²n poblado, sus habitantes salen corriendo porque saben que es el radio en el que empiezan los bombardeos para allanar el camino¡±, prosigue. Seg¨²n la ONU, las bombas de los cazas sirios y rusos son responsables del 90% de los civiles muertos en el actual frente de combates al sur de Alepo, donde las tropas progubernamentales sirias intentan arrancar el terreno de manos de las facciones yihadistas y de grupos insurrectos salafistas respaldados por m¨¢s de 5.000 soldados turcos.
Hacia el campo de Atmeh, de los m¨¢s masificados en la zona, se han dirigido 118.000 personas en lo que va de a?o, seg¨²n el recuento que hacen los consejos locales de oposici¨®n a Damasco. All¨ª se hacinan otras 400.000 almas que en los ¨²ltimos nueve a?os han huido de otros combates. ¡°Cada tienda mide 16 metros cuadrados y ahora acoge a entre dos y tres familias. No hay sitio para m¨¢s gente¡±, dice Al¨ª Jalfe.
En la mayor crisis de desplazados desde que estall¨® la guerra en Siria (en marzo de 2011), seg¨²n la ONU, el 80% son mujeres viudas como Um Fateh, a cargo de menores. A la guerra, cuenta esta maestra que se resiste a abandonar la capital de la provincia, se suman las imposiciones de los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham, especialmente duros en el control de la vestimenta de las mujeres.
Los r¨¢pidos avances de las fuerzas leales a Damasco han permitido al presidente sirio, Bachar el Asad, recuperar el control de m¨¢s del 43% de la provincia mientras miles de personas huyen en busca de refugio de los combates. En el caos de la guerra florece tambi¨¦n el negocio de la miseria humana a manos de traficantes sirios y guardias turcos fronterizos que cobran 2.800 euros por persona para cruzar a Turqu¨ªa ¡ªlo que equivale a dos a?os de sueldo en Siria¡ª, seg¨²n diversas fuentes consultadas. Ante la escasez, los traficantes transfronterizos hacen negocio vendiendo a los desplazados sirios tiendas fabricadas en Turqu¨ªa por 175 euros ¡ªque suponen dos meses de salario¡ª. Tiendas para no morir de fr¨ªo.
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