Los portugueses, enganchados a la ¡®raspadinha¡¯

Cada portugu¨¦s se gast¨® el pasado a?o 160 euros en raspadinhas, un juego de premio instant¨¢neo que consiste en raspar los n¨²meros o s¨ªmbolos ocultos de un boleto. Los espa?oles, por ejemplo, gastaron 14 euros en el mismo juego. La fiebre de la raspadinha, creada en 2010, se est¨¢ convirtiendo en una epidemia nacional, seg¨²n un estudio de dos m¨¦dicos del Hospital de Braga publicado esta semana en la revista The Lancet Psychiatry.

El estudio de los doctores Daniela Valverde y Pedro Morgado,?Scratching the surface of a neglected threat: huge growth of Instant Lottery in Portugal se hace eco del aumento de consultas en el hospital portugu¨¦s por causa de la adicci¨®n a este juego de la suerte que no necesita ninguna sabidur¨ªa, es instant¨¢neo y barato. Los boletos cuestan de uno a diez euros, en consonancia a la cuant¨ªa de los premios que se pueden conseguir. El vicio, adem¨¢s, es omnipresente, los boletos se venden en quioscos, estancos, papeler¨ªas, bares¡­porque para ellos tambi¨¦n supone una fuente de ingresos extra.

La responsabilidad de este juego recae en la Santa Casa de Misericordia, la instituci¨®n caritativa m¨¢s importante del pa¨ªs, que tiene el monopolio del juego en Portugal. La Santa Casa ¡ªtambi¨¦n la primera propietaria de inmuebles¡ª ha creado la raspadinha y, a la vez, una l¨ªnea telef¨®nica de apoyo para curar a los adictos, que se han duplicado en los dos ¨²ltimos a?os, a la misma velocidad que la recaudaci¨®n del juego. El servicio recibi¨® en 2016, 76 llamadas pidiendo apoyo psicol¨®gico, en 2018 fueron ya 135. La Santa Casa se lleva hasta el 44% del premio para financiar sus actividades sociales, algunas de ellas relacionadas con la adicci¨®n al juego creado por ella misma.

La raspandinha le supone a la Santa Casa el 51% de toda la recaudaci¨®n de los juegos que administra, m¨¢s de 1.600 millones de euros. Muy atr¨¢s queda la recaudaci¨®n por Euromillones (805 millones de euros) y la loter¨ªa cl¨¢sica (46 millones), pese a que antiguamente se llegaron a instalar loteros con d¨¦cimos importados de la loter¨ªa navide?a espa?ola.

Aunque este rasca-rasca instant¨¢neo exist¨ªa desde 1995, fue hace 10 a?os, con el cambio de nombre y un redise?o de los boletos que la raspadinha comenz¨® a captar la adicci¨®n de los jugadores portugueses. Los autores del estudio critican la falta de regulaci¨®n para este tipo de juego, que consideran muy adictivo por sus caracter¨ªsticas y piden una limitaci¨®n en la venta de los boletos.