La peripecia de seis adolescentes que quisieron llegar solos a Australia y naufragaron
Un empresario malague?o recre¨® con uno de ellos la aventura de un grupo de j¨®venes que en 1965 encallaron en una isla desierta y sobrevivieron solos durante 18 meses
En cat¨¢logo de destinos paradis¨ªacos de ?lvaro Cerezo, un emprendedor andaluz que organiza viajes de vacaciones a islas desiertas, faltaba un inh¨®spito y remoto destino del Pac¨ªfico, Ata. El lugar es conocido en los pa¨ªses de Ocean¨ªa por un suceso ocurrido hace 55 a?os. En 1965, seis adolescentes del Reino de Tonga se propusieron llegar hasta Australia en un barco que no les pertenec¨ªa, naufragaron y sobrevivieron 15 meses antes de ser rescatados por un barco australiano.?La aventura fue noticia de primera p¨¢gina en los diarios de la regi¨®n, pero nunca trascendi¨® a otros pa¨ªses.
Cerezo, que se declara un experto en historias de supervivientes, se propuso conocer a alguno de los n¨¢ufragos. Desde una isla de Indonesia y a trav¨¦s de Whatsapp, cuenta que en 2015 viaj¨® a Nuku¡¯alofa, la capital de Tonga, con la esperanza de encontrar a alguno de los traviesos muchachos que hab¨ªan cogido sin permiso un barco para viajar a Australia y terminaron varando sin vela y sin tim¨®n en las aguas de Ata, una isla situada a unas cien millas marinas de su origen.
Y as¨ª conoci¨® al ¨²nico sobreviviente que a¨²n resid¨ªa en Tonga: un campesino sexagenario, Kolo Fekitoa, que le explic¨® la haza?a. Adem¨¢s, se mostr¨® dispuesto a volver a la isla solo para recrear la aventura que hab¨ªa vivido de joven.
Cerezo gestion¨® los permisos con el gobierno de Tonga y consigui¨® un barco pesquero que los dejar¨ªa frente a la costa de Ata y los recoger¨ªa despu¨¦s de 10 d¨ªas. Cuando llegaron, y con ayuda de una barca, descargaron en la isla 30 litros de agua, medicinas para Kolo, c¨¢maras y un aparato radioel¨¦ctrico: una radiobaliza que se activa en caso de siniestro y que enviar¨ªa una se?al a la marina neozelandesa en caso de emergencia.
Una vez all¨ª, Cerezo pudo entender porqu¨¦ Kolo y sus compa?eros de aventura no tuvieron problema en sobrevivir en una naturaleza similar a la de muchas de las casi 180 islas del archipi¨¦lago de Tonga. Trepar a un cocotero, desplumar aves para asar, extraer agua de ciertos ¨¢rboles y tejer techos con hojas no eran labores extra?as para un ni?o tongano promedio de la ¨¦poca.?
Kolo le cont¨® que ¨¦l y los otros cinco muchachos encontraron utensilios usados por los antiguos habitantes de la isla, organizaron torneos de b¨¢dminton, compusieron canciones, lloraron, rezaron y resolvieron las disputas personales pidiendo a uno de los antagonistas que se alejase del resto del grupo uno o dos d¨ªas. La?ant¨ªtesis perfecta de El se?or de las moscas, el cl¨¢sico juvenil de William Golding en el que un grupo de ni?os brit¨¢nicos atrapados en una isla caen en una espiral de violencia descarnada que solo termina cuando aparecen los adultos para rescatarlos.?
Nada menos que 18 meses despu¨¦s de su llegada a la isla, un capit¨¢n australiano se acerc¨® intrigado por las manchas negras de las hogueras en una isla que supon¨ªa deshabitada. Divis¨® a seis muchachos desnudos que nadaban a gran velocidad hacia su barco, dispuestos a abordarla. Estuvo a punto de dispararles cuando en un ingl¨¦s fluido se identificaron como estudiantes del instituto de secundaria St. Andrew de la capital tongana.
El inter¨¦s de Cerezo por la historia lo impuls¨® a viajar hasta Australia para entrevistar al capit¨¢n y a otros dos sobrevivientes compa?eros de Kolo, que falleci¨® en 2017, y, de paso, donar al museo de Historia de Nueva Zelanda una vasija hallada en Ata, porque en Tonga no exist¨ªa un espacio para conservaci¨®n del patrimonio.
En 2018 el escritor alem¨¢n Rutger Bregman contact¨® al empresario para pedirle informaci¨®n sobre Ata. Quer¨ªa incluir el episodio en un libro sobre la bondad intr¨ªnseca del ser humano, Humankind ("Humanidad"), obra que?acaba de aparecer en ingl¨¦s. Adem¨¢s, Cerezo ha publicado en su p¨¢gina web y en YouTube fragmentos de un futuro documental que narra su aventura con Kolo y ya ha empezado a recibir miles de visitas y mensajes emocionados de los nietos de Kolo. Tambi¨¦n, de productoras internacionales que se ofrecen para completar una historia destinada a los grandes canales de aventuras.
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