Donald Trump, cinco a?os lanzando palabras que matan

Nunca sabremos si era verdad aquello que dijo Donald Trump de que pod¨ªa pegarle un tiro a alguien en medio de la Quinta Avenida sin que le pasara nada. No lo ha hecho. Pero s¨ª lo han hecho otros por ¨¦l, alentados por una ret¨®rica violenta sin l¨ªmites, de permanente divisi¨®n y confrontaci¨®n de unos ciudadanos contra otros. B¨¢sicamente, entre los norteamericanos que ¨¦l considera los suyos y los dem¨¢s, que son enemigos. Esta espiral de incitaci¨®n t¨¢cita o expl¨ªcita a la violencia no ha hecho m¨¢s que acelerarse con el paso de los a?os, hasta culminar en el asalto de un grupo de alucinados que no arras¨® la C¨¢mara de Representantes porque se encontraron una pistola en la cara cuando iban a derribar la puerta.

Han pasado cinco a?os y medio desde que, en los primeros diez minutos de su campa?a para ser presidente, dijo que los inmigrantes mexicanos eran en su mayor¨ªa violadores y narcotraficantes. Fue el primer grupo demonizado y violentado con las palabras. Los latinos en Estados Unidos empezaron a sufrir insultos y vejaciones en su vida diaria que no hab¨ªan visto antes por parte de compatriotas que de un d¨ªa para otro se sintieron con derecho a expresar su racismo. A?os despu¨¦s, un joven enloquecido con la idea de que hab¨ªa una invasi¨®n de mexicanos en Texas mat¨® a 23 personas a tiros junto a la frontera.

Estados Unidos ha vivido en el mandato de Trump episodios de violencia contra la prensa, contra activistas de izquierdas o contra representantes electos, hasta culminar en el asalto a la sede de la democracia, este mi¨¦rcoles. Todos tienen un denominador com¨²n: han sido incitados por palabras del propio jefe del Estado, asesorado por lun¨¢ticos de la conspiraci¨®n y admirador de dictadores sin escr¨²pulos. Estos son algunos ejemplos de la violencia incitada por Trump.

23 febrero 2016. ¡°Me gustar¨ªa pegarle un pu?etazo¡±.

La campa?a presidencial de Trump fue un circo que creci¨® de manera exponencial avivado por la cobertura de los medios y un p¨²blico deseoso de marcha. Para cuando llegaron las primarias, Trump era capaz de meter a miles de personas en un recinto para escuchar sus bravuconadas, corear ¡°que se construya el muro¡± y pedir el encarcelamiento de Hillary Clinton como si fuera un juego. Tambi¨¦n empez¨® a ser habitual que aparecieran manifestantes en sus m¨ªtines. En uno de ellos, en Las Vegas, mientras la seguridad del recinto sacaba a un manifestante, dijo: ¡°Me gustar¨ªa pegarle un pu?etazo en la cara¡±. ¡°En los viejos tiempos, lo habr¨ªan sacado en una camilla¡±, a?adi¨®. La violencia acab¨® siendo habitual cuando aparec¨ªan manifestantes en m¨ªtines de Trump.

12 agosto 2017. ¡°Buena gente en los dos lados¡±

La manifestaci¨®n neonazi de Charlottesville, Virginia, donde se dieron cita todos los grupos ultraderechistas del Internet marginal que despertaron gracias al ascenso de Trump, fue el signo m¨¢s grave para el pa¨ªs de que el presidente sent¨ªa cercan¨ªa por ese mundo y ve¨ªa la naci¨®n dividida en trincheras. La violencia en Charlottesville llev¨® al asesinato de una mujer que se manifestaba contra los ultraderechistas. Fue atropellada a prop¨®sito. Ante un pa¨ªs horrorizado por la violencia y las im¨¢genes de los supremacistas con antorchas, el presidente dijo que era culpa de los dos bandos y que hab¨ªa ¡°buena gente en los dos lados¡±. Las redes ultraderechistas entendieron la reacci¨®n de Trump como una condonaci¨®n de su actividad.

28 junio de 2018. Los enemigos del pueblo, asesinados

Trump sobrepas¨® todos los l¨ªmites de los ataques a la prensa cuando en 2017 dijo que eran ¡°el enemigo del pueblo¡±, una expresi¨®n que recuerda a aut¨®cratas de todo signo. Llevaba tiempo llamando a la prensa ¡°mentirosa¡± y minando la credibilidad de los medios entre sus seguidores. Hubo m¨²ltiples advertencias de que se estaba incitando a la violencia contra la prensa. En junio de 2018, un hombre entr¨® armado en el peri¨®dico local Capital Gazette, en Annapolis, Virginia, y abri¨® fuego. Murieron cinco personas. El asesino ten¨ªa una disputa personal con el peri¨®dico.

22 octubre 2018. Bombas para Obama y Clinton

En el mundo de los iluminados que sienten que Trump les llama a recuperar su pa¨ªs a la fuerza y eliminar a sus enemigos destaca Cesar Sayoc, un hombre que viv¨ªa en una furgoneta en Florida y que envi¨® 16 bombas caseras a personajes como Barack Obama, Hillary Clinton y George Soros. La furgoneta de Sayoc, totalmente forrada de fotos de Trump, se convirti¨® en un s¨ªmbolo de la locura instigada por el presidente.

3 de agosto de 2019. Frenar a tiros la ¡°invasi¨®n¡± de inmigrantes

Durante toda su presidencia, Trump ha alimentado la idea de que la frontera sur del pa¨ªs es un lugar sin ley y fuera de control por donde cruzan hordas de criminales. La relaci¨®n entre inmigraci¨®n y crimen ha sido constante en sus pol¨ªticas. Un hombre de 21 a?os del norte de Texas obsesionado con las redes sociales donde se mueve la ultraderecha condujo hasta El Paso, en la frontera, y abri¨® fuego en un supermercado Walmart. Asesin¨® a 23 personas. En sus mensajes en las redes sociales hablaba de la ¡°invasi¨®n hispana¡±. Fue el mayor ataque reciente contra la comunidad hispana.

29 de mayo 2020. Trump llama a la violencia contra las manifestaciones antirracistas

El asesinato de George Floyd, un hombre negro, a manos de un polic¨ªa blanco en Minneapolis desat¨® el pasado verano la mayor ola de protestas antirracistas desde los a?os 60. Ante un pa¨ªs horrorizado y con un amplio consenso sobre la necesidad de reformar los protocolos policiales, el presidente no hizo intento de llamar a la calma. En vez de eso, advirti¨® de las consecuencias de que hubiera violencia. En un tuit dijo: ¡°Cuando empiezan los saqueos, empiezan los tiros¡±.

1 de junio 2020. A golpes para hacerse una foto

Las manifestaciones por George Floyd llegaron a la puerta de la Casa Blanca, donde permanecieron d¨ªas. Al enterarse de que los manifestantes hab¨ªan prendido fuego a una iglesia hist¨®rica del centro de Washington, Trump decidi¨® utilizar a la Guardia Nacional para despejar violentamente la manifestaci¨®n. La demostraci¨®n de fuerza no era por ninguna amenaza concreta, sino para poder salir andando de la Casa Blanca y hacerse una foto sosteniendo la Biblia frente a la iglesia da?ada.

31 agosto 2020. Trump justifica los disparos de sus seguidores en Kenosha

El episodio de violencia m¨¢s grave de las manifestaciones por George Floyd se vivi¨® en Kenosha, Wisconsin. Un menor de edad llamado Kyle Rittenhouse, obsesionado con las fuerzas de seguridad y partidario de Trump, acudi¨® all¨ª armado con un fusil de asalto para ayudar por su cuenta a mantener el orden. En una trifulca, mat¨® a dos personas e hiri¨® a otras dos. Trump justific¨® su acci¨®n ante los periodistas como defensa propia: ¡°Parece que corr¨ªa gran peligro¡±. Despu¨¦s, alab¨® a la polic¨ªa por matar a tiros a un activista de izquierdas al que buscaban por la muerte de un partidario de Trump en los sucesos de Kenosha.

29 de septiembre 2020. ¡°Dad un paso atr¨¢s y permaneced a la espera¡±

La manera en que Trump contemporiza e inspira a la ultraderecha violenta norteamericana fue tema de discusi¨®n en el primer debate de las elecciones presidenciales, en el que Trump se comport¨® como un mat¨®n interrumpi¨¦ndolo constantemente. Cuando se le pidi¨® que condenara a las claras el supremacismo blanco, titube¨®. Se le mencion¨® de forma expresa a los Proud Boys, un grupo que se presenta en manifestaciones por todo el pa¨ªs. En vez de condenarlos, dijo: ¡°Dad un paso atr¨¢s y permaneced a la espera¡±, dejando claro que esperaba el apoyo de estos grupos violentos tras las elecciones.

8 de octubre 2020. Se?ala a la gobernadora de Michigan

Despu¨¦s de que seis miembros de una milicia de Michigan fueran detenidos y acusados de preparar el secuestro de la gobernadora dem¨®crata, Gretchen Whitmer, Trump no la apoy¨®. Trump estuvo meses atacando a Whitmer y poni¨¦ndola como ejemplo del supuesto intento de los gobernadores dem¨®cratas de hundirle imponieno restricciones para contener la pandemia de covid-19. Al d¨ªa siguiente de las detenciones, Trump sigui¨® atacando a Whitmer.