Los negociadores de Colombia defienden el papel de Cuba en los procesos de paz
Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo reprochan al Gobierno de Iv¨¢n Duque plegarse al programa ideol¨®gico de la Administraci¨®n Trump, que design¨® a la isla como patrocinador del terrorismo
La designaci¨®n de Cuba como un ¡°Estado patrocinador del terrorismo¡±, una de las ¨²ltimas movidas de la Administraci¨®n de Donald Trump, ha tenido repercusi¨®n en la pol¨ªtica de Colombia. Washington ha justificado los pasos previos a su decisi¨®n en un reiterativo reclamo del Gobierno de Iv¨¢n Duque, que resiente que La Habana se haya negado a extraditar a un grupo de comandantes del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), la ¨²ltima guerrilla activa en el pa¨ªs andino. Lo que est¨¢ en juego no es solamente un eventual acercamiento con el ELN o las relaciones de Estados Unidos con Cuba, ¡°sino la posibilidad misma de llevar a cabo negociaciones de paz¡±, han advertido este viernes Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, los arquitectos del hist¨®rico acuerdo con las FARC, al defender el papel de la isla como garante.
El deterioro de las relaciones entre Colombia y Cuba se remonta al fin del di¨¢logo con el ELN luego del atentado contra una escuela de cadetes en Bogot¨¢ que caus¨® 22 muertos, en enero de 2019, cuando Duque cumpl¨ªa su primer semestre en el poder. La isla alberg¨® el proceso, como ya lo hab¨ªa hecho con las FARC, y amparada por los protocolos de ruptura ha negado la extradici¨®n de la c¨²pula negociadora del ELN. Como reclamo por lo que califica como ¡°actos hostiles¡± de La Habana, Colombia incluso fue uno de los poqu¨ªsimos pa¨ªses que se abstuvo de votar en la ONU a favor de levantar el bloqueo econ¨®mico a la isla, pero la inclusi¨®n en la lista de negra de Estados Unidos es el momento m¨¢s cr¨ªtico de la creciente tensi¨®n entre las dos capitales latinoamericanas.
De la Calle y Jaramillo, los m¨¢ximos representantes del Ejecutivo de Juan Manuel Santos en la mesa de negociaciones con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, hoy convertidas en un partido pol¨ªtico con representaci¨®n en el Congreso por cuenta del acuerdo sellado a finales de 2016, reconocen y agradecen la generosidad y el profesionalismo que despleg¨® el Gobierno cubano a favor de la paz de Colombia. Su papel fue tan determinante que al proceso se le conoce simplemente como los di¨¢logos de La Habana. Como ya lo hab¨ªa se?alado Noruega, el otro garante del proceso con las FARC, argumentan que, si los pa¨ªses que facilitan esfuerzos de paz corren el riesgo de terminar designados como patrocinadores del terrorismo, lo van a pensar dos veces antes de respaldarlos.
¡°Es entonces un desprop¨®sito y un acto de ingratitud estatal sin par con la Rep¨²blica de Cuba que, en el marco de negociaciones similares con el ELN, el Gobierno de Iv¨¢n Duque haya exigido la entrega a las autoridades colombianas de los miembros de esa delegaci¨®n, en contra de los protocolos firmados por el Gobierno de Colombia y los garantes internacionales, que exigen regresar a los negociadores del ELN a sus lugares de origen en caso de rompimiento de las conversaciones¡±, se?alan. ¡°El hecho de que el ELN hubiera cometido un acto de terrorismo atroz en la Escuela de Cadetes de la Polic¨ªa Nacional en Bogot¨¢ ¨Cque condenamos con la mayor vehemencia¨C y de que el Gobierno, como es su derecho, hubiera abandonado la negociaci¨®n, no cambia los t¨¦rminos de lo acordado formalmente por Colombia en el marco del proceso de paz¡±.
Tambi¨¦n le reprochan al Gobierno de Duque, quien fue un f¨¦rreo opositor a los di¨¢logos de La Habana, ¡°privilegiar la ideolog¨ªa y los intereses partidistas sobre el sentido com¨²n y los compromisos internacionales¡±, as¨ª como ¡°enmarcarse en el programa ideol¨®gico de la administraci¨®n Trump y dejar las relaciones internacionales de Colombia en su punto m¨¢s bajo¡±. Duque se jugaba su condici¨®n de ¨ªntimo aliado de Trump en Am¨¦rica Latina en las elecciones de noviembre, y el Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno fundado por el expresidente ?lvaro Uribe, apoy¨® indisimuladamente la reelecci¨®n del republicano bajo la consigna de poner freno al ¡°castrochavismo¡±. La victoria de Joe Biden dej¨® a contrapi¨¦ a la diplomacia colombiana, y el asalto al Congreso de los seguidores de Trump exacerba las dificultades de cara al inminente reacomodo de las relaciones con la naciente Administraci¨®n dem¨®crata.
Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo respond¨ªan una carta de la bancada del Centro Democr¨¢tico en la que le solicitaba al presidente Duque, tras la designaci¨®n de los pa¨ªses patrocinadores del terrorismo, ¡°una revisi¨®n cuidadosa, y decisiones de fondo, respecto a las relaciones con el r¨¦gimen cubano¡±. Entre sus firmantes se destacaban el representante Juan David V¨¦lez y la senadora Mar¨ªa Fernanda Cabal, dos de los pol¨ªticos colombianos m¨¢s involucrados en la campa?a de reelecci¨®n de Trump en la Florida, salpicada por campa?as de desinformaci¨®n y miedo al ¡°socialismo¡±.
En la direcci¨®n contraria, una veintena de congresistas de distintas fuerzas pol¨ªticas, que inclu¨ªa a los representantes del partido FARC, le recordaron al mandatario que ¡°Cuba ha contribuido en forma significativa a los procesos de paz de Colombia¡± en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas, y lo exhortan a retomar el di¨¢logo con el ELN. ¡°De esta forma, Colombia avanzar¨ªa en el logro de la paz total y, al mismo tiempo, lanzar¨ªa un claro mensaje a la comunidad internacional sobre el significado de la valiosa contribuci¨®n que ha hecho Cuba para poner fin al conflicto armado interno¡±.
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