Un nuevo Me Too rompe en Francia el tab¨² del abuso sexual en la familia
Miles de personas declaran en las redes haber sido v¨ªctimas tras el impacto del libro ¡®La familia grande¡¯, de Camille Kouchner
¡°Ten¨ªa cinco a?os. En una tarde, el hermano de mi madre acab¨® con mi candor y ensombreci¨® el resto de mi vida. En un segundo, ten¨ªa 100 a?os¡±. ¡°Mi padre me dec¨ªa que era normal¡±. Desde el s¨¢bado, los mensajes en Twitter en Francia se multiplican. Casi 80.000 el fin de semana, y siguen llegando. Todos con la etiqueta #MeTooInceste. La publicaci¨®n a comienzos de mes del libro La familia grande, donde Camille Kouchner, hija del exministro Bernard Kouchner, revela los abusos que sufri¨® su hermano gemelo cuando era adolescente por parte de su padrastro, el reconocido polit¨®logo Olivier Duhamel, ha abierto una compuerta en Francia dif¨ªcil de volver a cerrar. El nuevo movimiento Me Too es solo una se?al m¨¢s de que el tab¨² sobre el abuso sexual de menores en general y en el seno de la familia en particular parece haberse roto. Mientras la palabra se libera, el pa¨ªs debate c¨®mo hacer frente a este flagelo que, seg¨²n una encuesta reciente, ha sufrido uno de cada diez franceses en su infancia o adolescencia. La propuesta de crear nuevas leyes no convence a todos.
¡°Habr¨¢ un antes y un despu¨¦s de esto¡±, afirma Madeline Da Silva. La teniente de alcalde para la Infancia de Lilas, en la periferia parisina, y miembro del colectivo feminista Nous Toutes es una de las creadoras de la etiqueta #MeTooInceste lanzada el s¨¢bado. Si La familia grande ha impactado por el influyente c¨ªrculo pol¨ªtico e intelectual parisino del que habla, la oleada de denuncias en Twitter ¡°ha demostrado que el problema est¨¢ en todas partes y en todos los niveles¡± de la sociedad, se?ala por tel¨¦fono la tambi¨¦n militante por los derechos de los ni?os. Las v¨ªctimas ¡°han hablado de manera masiva y eso ha hecho que Francia abra los ojos ante la cuesti¨®n de la violencia sexual contra los menores¡±.
Hay pocas dudas acerca de la magnitud del problema: seg¨²n una encuesta realizada en diciembre, 6,7 millones de franceses, el 10% de la poblaci¨®n, dice haber sufrido abusos sexuales por parte de un familiar. Ese mismo mes, la diputada macronista Alexandra Louis present¨® un informe seg¨²n el cual cada a?o, en el pa¨ªs, casi 130.000 ni?as y 35.000 ni?os son v¨ªctimas de violaci¨®n o de intento de violaci¨®n, agresiones que ¡°en su mayor¨ªa tienen lugar en la esfera familiar o cercana¡±.
Lo que genera menos consenso es c¨®mo actuar ante esta realidad. En el centro de las discusiones est¨¢ la cuesti¨®n de si hay que legislar m¨¢s o si bastan las leyes existentes y lo que hace falta es aplicarlas bien y, sobre todo, realizar una pol¨ªtica de prevenci¨®n efectiva. Un debate que, por otra parte, no es nuevo.
En Francia, el incesto no es delito, pero s¨ª est¨¢ considerado como una agravante en el caso de violaci¨®n o abuso sexual. El C¨®digo Penal franc¨¦s tambi¨¦n establece una pena de hasta 20 a?os de c¨¢rcel para casos de violaci¨®n de un menor de 15 a?os.
En 2018, se aprob¨® la denominada ley Schiappa, que ampli¨® de 20 a 30 a?os la prescriptibilidad de delitos sexuales contra menores a partir de la mayor¨ªa de edad de la v¨ªctima. Tambi¨¦n reforz¨® las disposiciones para castigar m¨¢s duramente este tipo de delitos contra menores de 15 a?os.
Nuevo crimen sexual
Pero para algunos no fue suficientemente lejos, sobre todo porque fracas¨® a la hora de fijar una edad m¨ªnima de consentimiento. Esta cuesti¨®n est¨¢ ahora en el centro de los nuevos debates, junto con la posibilidad de ampliar a¨²n m¨¢s la fecha de prescripci¨®n. El Senado prev¨¦ discutir este jueves una propuesta de crear un nuevo crimen sexual ¡°para proteger a los menores de 13 a?os¡±.
¡°Si la ley debe cambiar, lo haremos¡±, afirm¨® este martes el jefe de las filas macronistas en la Asamblea Nacional, Christophe Castaner, en la emisora RTL. Una senda que apoya el secretario de Estado para la Infancia, Adrien Taquet. ¡°Tenemos que encontrar los medios jur¨ªdicos para criminalizar las relaciones sexuales entre un adulto y un menor de 15 a?os¡±, declar¨® en Europe 1.
Pero la nueva fiebre legislativa no gusta entre las impulsoras del nuevo Me Too. ¡°Hay que dejar de intentar cambiar la ley. Eso no quiere decir que sea satisfactoria, pero si hablamos de cambiar la ley, damos a entender que esta no proh¨ªbe la violencia sexual contra menores, cuando s¨ª lo hace. Y aun as¨ª, no cesa¡±, previenen. De ah¨ª que, como hacen muchos expertos, preconicen la formaci¨®n de los profesionales que atienden a menores para detectar un caso de abusos, al igual que reclaman para la violencia de g¨¦nero.
¡°No es la ley la que va a hacer que en las comisar¨ªas se atienda mejor a las mujeres que denuncian abusos, y no es tampoco la ley la que va a hacer que en las escuelas o los lugares que acogen a ni?os se entienda mejor lo que quieren decir¡±, resume Da Silva. ¡°La realidad es que hay que hacer cesar la violencia, no castigarla mejor. Si hacemos solo eso, vamos a ocupar el espacio p¨²blico con un debate que no es el bueno¡±, advierte.
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