Italia conf¨ªa la salida de la crisis a Mario Draghi
Los partidos fracasan en su intento de formar un nuevo Ejecutivo y el jefe del Estado convoca al expresidente del BCE para liderar un Gobierno de unidad
Italia volv¨ªa a asomarse al abismo institucional y pol¨ªtico despu¨¦s de una larga e in¨²til crisis que dura ya casi dos meses. Los partidos que formaron la vieja mayor¨ªa de Gobierno constataron por la tarde la imposibilidad de reeditar un nuevo Ejecutivo. Menos a¨²n de hacerlo bajo las ¨®rdenes de Giuseppe Conte, que esperaba en silencio la confirmaci¨®n. El l¨ªder de Italia Viva, Matteo Renzi, activ¨® la trituradora y no dej¨® ning¨²n resquicio de acuerdo. El presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, en un tono extremadamente dram¨¢tico, anunci¨® este martes a todo el pa¨ªs que solo hay dos caminos: elecciones inmediatas o un Ejecutivo institucional apoyado por todas las fuerzas pol¨ªticas hasta que se salga de la crisis. Y el elegido es uno de los hombres con m¨¢s apoyo y prestigio hoy en Italia: el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi.
Mattarella, a quien resta un a?o de mandato y se dispone a dar vida a su quinto Ejecutivo, compareci¨® pasadas las nueve de la noche para certificar la defunci¨®n de un Gobierno pol¨ªtico. Qui¨¦n sabe si tambi¨¦n de un sistema. Los cuatro partidos que integraron el anterior ¡ªMovimiento 5 Estrellas, Partido Democr¨¢tico, Libres e Iguales e Italia Viva¡ª no lograron ponerse de acuerdo durante una mesa de negociaci¨®n que dur¨® casi tres d¨ªas. Renzi subi¨® la apuesta a medida que pasaban las horas y rompi¨® el acuerdo pocos minutos antes de la hora l¨ªmite. Una estrategia que esperaban todas las formaciones. Tambi¨¦n el palacio del Quirinal, que llevaba d¨ªas hablando con Draghi para sondear la posibilidad de enrolarle en un Ejecutivo de emergencia. Nadie pensaba que el banquero, arquitecto de una la estrategia econ¨®mica que cape¨® la ¨²ltima gran crisis europea, pudiese aceptar. Pero la situaci¨®n es demasiado cr¨ªtica y, como m¨ªnimo, escuchar¨¢ la propuesta este mi¨¦rcoles a las doce del mediod¨ªa. ¡°Pido a todas las fuerzas que den su apoyo a un Gobierno de alto perfil. Intentar¨¦ dar el encargo lo antes posible¡±, anunci¨®.
Mattarella dedic¨® toda su intervenci¨®n a enumerar los motivos por los que ser¨ªa descabellado convocar ahora mismo elecciones. ¡°El largo periodo de campa?a electoral y la reducci¨®n de la actividad de gobierno coincidir¨ªan con un momento crucial para Italia. Necesitamos un Gobierno fuerte que pueda activar iniciativas, no un Ejecutivo en campa?a electoral¡±, apunt¨®. El Gobierno de Draghi ser¨ªa el tercero de car¨¢cter t¨¦cnico que ha tenido Italia en los ¨²ltimos 30 a?os.
El jefe del Estado record¨® que en abril debe presentarse en la Comisi¨®n Europea el plan para la utilizaci¨®n de fondos europeos: 209.000 millones de euros. ¡°Y debe ser antes de la fecha en la que expira el plazo para que se pueda usar ese dinero pronto y pueda haber un debate sobre el plan con nuestro Gobierno, que no podr¨ªa hacerlo si tuviera la autoridad reducida. No podemos permitirnos perder esta ocasi¨®n fundamental para nuestro futuro¡±.
Draghi, de 73 a?os, es una de las pocas figuras que suscita un amplio consenso entre los partidos pol¨ªticos. Incluso la derecha, seg¨²n ha declarado en otras ocasiones, estar¨ªa dispuesta a apoyar un Ejecutivo liderado por el exbanquero (aunque el martes por la noche el l¨ªder de la Liga, Matteo Salvini, y la de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, se inclinasen por unas elecciones). Draghi ha sido el nombre que Renzi se ha encargado de airear cada vez que le preguntaban por la irresponsabilidad de querer abrir una crisis en un momento tan delicado: ¡°?Y si el primer ministro termina siendo Mario Draghi? ?No pens¨¢is que es mejor que Conte para este momento?¡±, respond¨ªa. Y a su alrededor se hac¨ªa entonces el silencio. Si este Ejecutivo llegase a buen puerto, el florentino se atribuir¨¢ su paternidad y podr¨¢ obtener el aval moral y pol¨ªtico de una crisis que amenazaba con liquidar definitivamente su carrera.
El expresidente del BCE recibir¨¢, presumiblemente, el encargo de manos de Mattarella de intentar formar un ¡°Gobierno institucional¡±. Si aceptase, deber¨¢ configurar una lista de hombres y mujeres de alto prestigio y nivel profesional para liderar Italia durante, al menos, un a?o. Las citas, en plena campa?a de vacunaci¨®n y a la espera de dise?ar el plan definitivo para los fondos europeos, son muchas. Y se da la circunstancia de que en julio comienza el llamado ¡°semestre blanco¡±, los seis meses durante los cuales no pueden disolverse las C¨¢maras por su proximidad con la elecci¨®n del nuevo presidente de la Rep¨²blica (a finales de enero). Draghi, por ello, deber¨ªa pilotar el pa¨ªs hasta esa fecha.
La elecci¨®n de Draghi generar¨ªa un enorme alivio en el sector empresarial y financiero del pa¨ªs. Lograr¨¢ unir a una parte importante del arco parlamentario. Pero tambi¨¦n provocar¨¢ fisuras dentro de algunos partidos pol¨ªticos, como el Movimiento 5 Estrellas. Los grillinos, sumidos en una larga agon¨ªa desde que arrasaron en las ¨²ltimas elecciones, ver¨¢n c¨®mo el experimento populista y los resultados de los ¨²ltimos a?os se someten al rigor un Gobierno t¨¦cnico.
El tercer Gobierno t¨¦cnico tras Ciampi y Monti
El presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, lo llam¨® Gobierno institucional cuando compareci¨® ante la prensa. Pidi¨® el apoyo de todos los partidos y asegur¨® que tratar¨ªa de que tuviese el mayor car¨¢cter pol¨ªtico posible. Pero, en realidad, se trata de un artefacto t¨¦cnico para sacar al pa¨ªs de una emergencia. El tercero que se formar¨ªa en los ¨²ltimos 28 a?os.
El nuevo Ejecutivo encontrar¨ªa a sus parientes m¨¢s cercanos en 1993, en el Gobierno que se form¨® con el tambi¨¦n banquero Carlo Azeglio Ciampi al frente. Tambi¨¦n en el de Mario Monti en 2011. Los paralelismos son elevados, tambi¨¦n en su g¨¦nesis. Ambos Ejecutivos nacieron tras una fuerte crisis institucional y econ¨®mica. Pero tambi¨¦n fueron la puntilla que certific¨® el fin de dos periodos hist¨®ricos del pa¨ªs: la conocida como Primera Rep¨²blica y la era de Silvio Berlusconi. Draghi estar¨ªa llamado ahora a sacar al pa¨ªs de su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y a confrontar la excelencia t¨¦cnica con la tormenta populista que ha vivido Italia en los ¨²ltimos a?os. Aunque para ello tenga que hacer "todo lo que haga falta".
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