Borrell defiende su viaje a Mosc¨² pero admite que el resultado ¡°no ha sido bueno¡±
El jefe de la diplomacia europea recibe un aluvi¨®n de cr¨ªticas en la Euroc¨¢mara por su reciente visita a Mosc¨²
Josep Borrell, Alto Representante de la Pol¨ªtica Exterior de la UE, no ha acudido este martes al Parlamento Europeo. En realidad, el jefe de la diplomacia de Bruselas ha comparecido en un ring con forma de hemiciclo en el coraz¨®n de una Bruselas fr¨ªa, vac¨ªa y nevada. Borrell ha llegado este martes a la Euroc¨¢mara y ha defendido su pol¨¦mica visita a Mosc¨² del pasado d¨ªa 5, de la que ya sali¨® maltrecho tras la lluvia incesante de golpes bajos del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov.
Sin embargo, Borrell no ha podido negar la evidencia y ha reconocido que quiz¨¢ el resultado de su visita no hab¨ªa sido ¡°bueno¡± y que podr¨ªa haberla abordado ¡°de manera diferente¡±, pero solo tras escuchar la tormenta de cr¨ªticas que han descerrajado innumerables eurodiputados, uno tras otro, desde la tribuna. Muchos han censurado un viaje que consideran contraproducente, incluso humillante y que deja en una posici¨®n d¨¦bil a Bruselas. Una minor¨ªa bastante ruidosa y principalmente del Este ha reclamado su dimisi¨®n. Algunos, pocos, han defendido la actuaci¨®n del Alto Representante. En el fondo, la divisi¨®n refleja las distintas posturas dentro de la UE frente al eterno dilema de Rusia.
Borrell ha reivindicado su papel como diplom¨¢tico en jefe de la UE y ha hablado de la necesidad de mantener relaciones con el mayor vecino de Europa, por complicadas que puedan ser estas. Quiso viajar a Rusia en un momento de tensi¨®n m¨¢xima ¡°para transmitir cara a cara la posici¨®n de la UE en asuntos que nos preocupan¡±, en particular sobre el caso del opositor envenenado, procesado y ahora condenado, Alex¨¦i Navalni, y la represi¨®n de las manifestaciones de apoyo que han surgido por todo el pa¨ªs en se?al de protesta.
En Mosc¨² se encontr¨®, seg¨²n ha dicho, con la realidad de una ¡°estructura de poder¡± que desciende sin freno ¡°por el camino del autoritarismo¡±, a la que no le interesa hablar de libertades civiles ni derechos humanos. All¨ª constat¨®, seg¨²n ha asegurado, ¡°que Rusia se desconecta de Europa¡± porque considera ¡°que nuestro sistema democr¨¢tico liberal es una amenaza existencial¡±.
Mientras estaba de visita en Mosc¨², Borrell se enter¨® a trav¨¦s de las redes sociales de la expulsi¨®n de tres diplom¨¢ticos de la UE (de Alemania, Polonia y Suecia) por participar en las masivas manifestaciones a favor de Navalni de los ¨²ltimos d¨ªas. Estos tres pa¨ªses respondieron este lunes de forma rec¨ªproca, expulsando a sendos diplom¨¢ticos rusos. Pero la falta de contundencia de Borrell ante este gesto se convirti¨® en uno de los argumentos centrales de los disparos de los eurodiputados, hasta el punto de que el pol¨ªtico catal¨¢n acab¨® replicando: ¡°?Me ha dado la sensaci¨®n [al escucharles] de que quien hab¨ªa expulsado a los diplom¨¢ticos era yo!¡±.
¡°Inevitablemente hab¨ªa que hablar con ellos¡±, ha reivindicado, sin embargo, Borrell ante una Euroc¨¢mara m¨¢s bien desierta, pero en la que se han o¨ªdo en ocasiones arrebatos encendidos, incluidas las protestas de los pol¨ªticos catalanes huidos a B¨¦lgica, que llevan toda la semana aline¨¢ndose con los postulados de Mosc¨², tras ser defendidos de forma indirecta por Lavrov, que los puso de ejemplo de la ¡°ret¨®rica indecorosa¡± de los pa¨ªses occidentales, que, seg¨²n ¨¦l, aspiran a dar lecciones a Rusia cuando en sus propios pa¨ªses existen ¡°decisiones politizadas¡±.
¡°Era el momento de decir con presencia f¨ªsica nuestra posici¨®n con respecto al caso de Navalni¡±, ha esgrimido Borrell, quien ha a?adido que acudi¨® a Rusia con el aval robusto de una mayor¨ªa de los miembros del Consejo de Asuntos Exteriores, donde se sientan los ministros de los 27 Estados miembros. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil escribir declaraciones desde mi despacho, sin moverme, m¨¢s c¨®modo y menos arriesgado¡±, ha dicho.
Pero seg¨²n su visi¨®n, el viaje no solo era necesario, sino que tambi¨¦n ha tenido efectos en Rusia: ¡°Ustedes hablan de humillaci¨®n [para la UE], pero tengan por seguro que no ha sido c¨®modo para el poder ruso¡± el hecho de que el responsable de la diplomacia europea haya acudido a su capital ¡°a decirles en la cara lo que les decimos por correspondencia¡±.
Quien ha defendido a Borrell, como la holandesa Kati Piri, vicepresidenta de los socialdem¨®cratas, reproch¨® la incapacidad de la UE por definir una pol¨ªtica unitaria, con Par¨ªs tratando de impulsar un nuevo di¨¢logo con Mosc¨² y Berl¨ªn poni¨¦ndose de perfil cuando se trata del gasoducto ruso Nord Stream 2, cuyo proyecto se reanud¨® el pasado s¨¢bado.
Al escuchar las cr¨ªticas incesantes por parte de los europarlamentarios, Borrell ha reconocido hasta en dos ocasiones que quiz¨¢ las cosas podr¨ªan haberse hecho de otro modo. ¡°Se puede entender que el resultado [de la visita] no ha sido bueno y desde luego hay que aceptar y admitir que la interpretaci¨®n medi¨¢tica y mayoritaria es que no lo ha sido¡±, ha asegurado. Y el jefe de la diplomacia europea ha a?adido que quiz¨¢ deber¨ªa haberse enfrentado a la intensa comparecencia p¨²blica en Rusia, la trampa que le ten¨ªa tendida Lavrov, con otra estrategia: ¡°A la vista de la valoraci¨®n general, seguramente deber¨ªa haberlo abordado de manera diferente¡±, ha sostenido.
Pero Borrell ha defendido su posici¨®n en ella. Una rueda de prensa, ha dicho, no es ¡°un pugilato¡±, sino el lugar donde se expone y reitera una posici¨®n: ¡°Que la UE est¨¢ en profundo desacuerdo y condena el intento de asesinato del se?or Navalni, los juicios a los que se le est¨¢ sometiendo, y la represi¨®n de la sociedad ciivl¡±. Borrell tambi¨¦n ha recordado que se corre el riesgo de que la pol¨¦mica se convierta ¡°en un pim pam pum en el que el ¨²nico beneficiado es el Kremlin¡±. Y ha reivindicado que la visita debe servir sobre todo para ayudar a fijar a partir de ahora ¡°la unidad de acci¨®n de la instituciones europeas¡±.
Las relaciones entre la UE y Rusia, seg¨²n ha dicho, ¡°se encuentran en un cruce de caminos¡± y en el pr¨®ximo Consejo de Asuntos Exteriores y en el Consejo Europeo de marzo los Veintisiete deber¨¢n decidir qu¨¦ camino tomar. Nada es descartable. ¡°Esto podr¨ªa suponer sanciones¡±, ha dicho Borrell.
La campa?a catalana tambi¨¦n se ha colado en la comparecencia gracias a los comentarios que hizo Lavrov sobre los pol¨ªticos del proc¨¦s condenados en Espa?a. El eurodiputado Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat reclamado por la justicia espa?ola, huido en B¨¦lgica desde el 2017 y n¨²mero uno de las listas de Junts per Catalunya, reiter¨® el discurso que lleva pronunciando casi cada vez que toma la palabra en la Euroc¨¢mara, criticando los ¡°dobles est¨¢ndares aplicados por la UE¡±, que ¡°minan su credibilidad global como defensora de libertades¡±.
Hermann Tertsch, eurodiputado por Vox, replic¨® que la comparativa con Navalni no era acertada: ¡°En Rusia habr¨ªan sido fusilados por golpistas¡±. Borrell, tambi¨¦n descendi¨® a la pol¨ªtica nacional y censur¨® el intento de asimilar a un individuo ¡°que sufre un intento de asesinato¡± y es condenado ¡°sin raz¨®n ni fundamento¡± con ¡°alg¨²n eurodiputado que se sienta en esta c¨¢mara y unos colegas suyos que est¨¢n haciendo libremente campa?a electoral en Catalu?a¡±.
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