Los servicios secretos alemanes ponen al partido ultraderechista AfD bajo vigilancia formal
Un informe de casi 1.000 p¨¢ginas atribuye a diversos representantes del partido supuestas violaciones del orden democr¨¢tico
Los servicios secretos alemanes llevaban tiempo pendientes de los discursos y las relaciones con grupos extremistas de los l¨ªderes del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Era una vigilancia rutinaria, que solo en alg¨²n caso concreto se hab¨ªa formalizado, como ocurri¨® con las federaciones regionales de Brandeburgo o Sajonia, o cuando, hace justo un a?o, la Oficina para la Protecci¨®n de la Constituci¨®n alemana (BfV), los servicios secretos internos, declararon extremista a la agrupaci¨®n m¨¢s radical, llamada Der Fl¨¹gel (El Ala). Ahora es el partido al completo el que pasa a ser considerado formalmente como sospechoso de ir en contra de los valores constitucionales del pa¨ªs. Seg¨²n los medios alemanes, esta clasificaci¨®n se produjo el jueves pasado.
La decisi¨®n es controvertida, puesto que AfD es el principal partido de la oposici¨®n al Gobierno de gran coalici¨®n entre socialdem¨®cratas y conservadores que lidera Angela Merkel. Tiene 88 diputados (de 709) en el Parlamento alem¨¢n y decenas de asientos en las distintas c¨¢maras regionales. Alemania vive este a?o un supera?o electoral, con comicios en seis Estados federados y la elecci¨®n de los nuevos representantes de los ciudadanos en el Bundestag en septiembre. El partido de ultraderecha acusa a la BfV de actuar siguiendo criterios pol¨ªticos y bajo el mandato de los conservadores de la CDU y los socialdem¨®cratas del SPD, que comparten el Gobierno nacional. Los expertos alertan de que la formaci¨®n de extrema derecha aprovechar¨¢ para victimizarse y usar¨¢ la decisi¨®n para transmitir a su electorado potencial la idea de que la maquinaria del Estado quiere silenciar sus propuestas.
La base para someter a vigilancia formal a AfD es un voluminoso informe (supera las 1.000 p¨¢ginas) que hace unas semanas envi¨® la Oficina de Protecci¨®n de la Constituci¨®n al Ministerio del Interior. En ¨¦l los servicios secretos recopilan centenares de discursos de los l¨ªderes del partido y tambi¨¦n declaraciones p¨²blicas en medios de comunicaci¨®n. El ministro del Interior, Horst Seehofer (CSU), llevaba desde entonces estudiando el informe y hab¨ªa encargado a un equipo jur¨ªdico una nueva revisi¨®n, seg¨²n public¨® Der Spiegel. Interior quer¨ªa tener la seguridad de que las pruebas recogidas eran suficientes para dar el paso de clasificar a la AfD como ¡°caso sospechoso¡±. Esta declaraci¨®n, que se hace efectiva cuando hay ¡°pruebas contundentes y tangibles suficientes de actividad extremista¡±, implica que los servicios secretos pueden usar m¨¦todos de espionaje como interceptar las comunicaciones de los miembros del partido o incluso infiltrar agentes en sus filas, explic¨® a EL PA?S una portavoz de la BfV.
Sin embargo, la teor¨ªa no se va a aplicar en la pr¨¢ctica con el partido ultraderechista. La BfV se ha comprometido ante el Tribunal Administrativo de Colonia, donde AfD tiene puesta una demanda contra los servicios secretos, a renunciar al menos de momento al seguimiento de diputados de los parlamentos federal y europeo, adem¨¢s de los regionales. Tampoco intervendr¨¢ mientras el caso est¨¦ abierto las comunicaciones de los candidatos a las elecciones que se celebran este a?o, seg¨²n publica el diario Frankfurter Allgemeine. El tribunal tampoco permite hablar p¨²blicamente de la decisi¨®n de vigilar a AfD, por lo que la BfV no est¨¢ confirmando la noticia.
¡°Las decisiones de la BfV sobre Alternativa para Alemania son puramente pol¨ªticas¡±, asegur¨® la presidenta del grupo parlamentario de AfD en el Bundestag, Alice Weidel, en su cuenta de Twitter. ¡°Esto es especialmente evidente en vista de las pr¨®ximas elecciones estatales y federales¡±, a?adi¨®, y anunci¨® nuevas acciones legales contra los servicios secretos. ¡°Estoy segura de que el caso contra la AfD no se presentar¨¢ ante el Tribunal Constitucional Federal¡±. Si los servicios secretos consiguieran encontrar pruebas contundentes de pol¨ªticas contrarias al orden democr¨¢tico, el caso podr¨ªa acabar en el Tribunal Constitucional y la formaci¨®n, ilegalizada.
Varios l¨ªderes de otros partidos han comentado la noticia a preguntas de los medios o en sus redes sociales. El secretario general de la CSU (el partido hermano de la CDU en Baviera), Markus Blume, escribi¨® en Twitter que los extremistas de derecha son los que marcan la pauta en la AfD y que clasificar al partido como caso sospechoso es una decisi¨®n correcta. ¡°Al margen de esto, seguiremos luchando pol¨ªticamente contra la AfD¡±, a?adi¨®, ya que esta formaci¨®n ¡°no tiene cabida en los parlamentos¡±.
Die Rechtsextremen geben in der @AfD den Ton an. Deswegen ist die Einstufung als Verdachtsfall durch den #Verfassungsschutz absolut richtig. Unabh?ngig davon werden wir die AfD weiter politisch bek?mpfen. Sie hat in den Parlamenten nichts verloren.https://t.co/qw2pxzGcK4
— Markus Blume (@MarkusBlume) March 3, 2021
El presidente del Consejo Central Jud¨ªo en Alemania, Josef Schuster, asegur¨® que la decisi¨®n ¡°confirma el peligro que representa la AfD¡±. ¡°Intenta ocultar su radicalismo tras una fachada ciudadana. Con su pol¨ªtica destructiva, la AfD contribuye a socavar nuestras estructuras democr¨¢ticas y desacreditar la democracia entre los ciudadanos. El Estado no debe quedarse al margen¡±, a?adi¨®.
AfD entr¨® en el Parlamento alem¨¢n tras las elecciones de septiembre de 2017 con un 12,6% de los votos. Hab¨ªa nacido cuatro a?os antes como partido protesta contra los rescates de Bruselas y haciendo bandera del euroescepticismo, pero durante la crisis de los refugiados de 2015 se centr¨® en el rechazo a la inmigraci¨®n. Con la pandemia, ha dirigido su populismo contra las restricciones y se ha aliado con negacionistas y amantes de las teor¨ªas conspirativas. Los medios recogen peri¨®dicamente declaraciones xen¨®fobas y rayanas en el negacionismo de sus dirigentes. La formaci¨®n lleva tiempo en crisis, dividida entre un ala radical, abiertamente xen¨®foba, y las corrientes m¨¢s moderadas y liberales que aspiran a convertirla en un partido de masas. Esas tensiones se han saldado con expulsiones y con la disoluci¨®n, al menos sobre el papel, de la facci¨®n m¨¢s radical.
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