Navalni inicia una huelga de hambre en prisi¨®n para exigir atenci¨®n m¨¦dica

Alex¨¦i Navalni, el cr¨ªtico m¨¢s feroz contra el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, ha iniciado una huelga de hambre en prisi¨®n. El destacado opositor, condenado el pasado febrero en un pol¨¦mico caso antiguo, exige que las autoridades le presten atenci¨®n sanitaria adecuada. Navalni se recuper¨® en Alemania de un envenenamiento grave sufrido el pasado agosto en Siberia del que acusa directamente al Kremlin, y ha contado que sufre de fuertes dolores de espalda y que el entumecimiento que comenz¨® a padecer en una pierna se ha extendido ya a las dos. Eso le hace tener dudas sobre las causas de su dolencia, dice en un escrito al director del penal de este mi¨¦rcoles, en el que se lee entre l¨ªneas que puede temer estar siendo envenenado de nuevo.

El opositor acusa a las autoridades de contribuir al deterioro de su salud someti¨¦ndole a la ¡°tortura¡± de la privaci¨®n del sue?o: los guardas del penal le despiertan cada hora para comprobar que no ha huido, ya que est¨¢ considerado como un caso de riesgo de fuga, aunque regres¨® voluntariamente a Mosc¨² desde Berl¨ªn en enero y pese a saber que con toda probabilidad ser¨ªa arrestado y procesado.

Navalni sospecha del recrudecimiento de sus problemas f¨ªsicos, y recuerda que el verano pasado sufri¨® un grav¨ªsimo ataque con una neurotoxina de uso militar. Una sustancia que investigadores alemanes, franceses, suecos y de la Organizaci¨®n para el Control de las Armas Qu¨ªmicas (OPAQ) identificaron despu¨¦s como de la familia Novichok, dise?ada en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica y la misma que la inteligencia rusa us¨® contra el exesp¨ªa ruso Sergu¨¦i Skripal en suelo brit¨¢nico en 2018, seg¨²n el Reino Unido. ¡°Teniendo en cuenta que los oficiales del FSB [el servicio de inteligencia estatal, heredero del KGB] recientemente intentaron matarme con armas qu¨ªmicas, pero que la medicina estatal lo declar¨® un trastorno metab¨®lico, me atormentan dudas sobre las causas de mi enfermedad y las perspectivas de recuperaci¨®n¡±, dice en su escrito al director de la colonia penal de Pokrov, publicado en su cuenta de Instagram por su equipo.

El Kremlin, se?alado por la Uni¨®n Europea y Estados Unidos por el envenenamiento de Navalni ¨Dresaltan que los agentes de inteligencia rusos segu¨ªan y vigilaban al opositor¨D, niega cualquier papel en el ataque del pasado verano. El portavoz del presidente Putin, Dmitri Peskov, se?al¨® hace unos d¨ªas tambi¨¦n que la medida de despertar a Navalni cada hora para verificar su estado y que deriva en una privaci¨®n del sue?o que el opositor considera tortura, es una medida normal de disciplina y control de la colonia penal.

En un peque?o comentario en la red social, que demuestra una vez m¨¢s que es dif¨ªcil sofocar la voz del opositor, Navalni explica que no le qued¨® m¨¢s remedio que protestar priv¨¢ndose de alimentos (en Rusia se diferencia entre la ¡°huelga de hambre¡±, en la que se puede beber agua, y ¡°huelga de hambre seca¡±, que supone la privaci¨®n total). ¡°?Por qu¨¦ los presos hacen huelga de hambre?¡±, apunta. ¡°Esta pregunta solo preocupa a quienes no fueron prisioneros. Todo parece complicado desde fuera. Pero, desde dentro, todo es simple: no tienes otros m¨¦todos de lucha¡±, dice el activista, que reclama la visita de un m¨¦dico externo al penal y que afirma temer que los problemas de las piernas se agraven tanto que tengan que amput¨¢rselas. Apenas puede caminar, dice. ¡°Ahora estoy acostado aqu¨ª, hambriento, pero todav¨ªa con dos piernas¡±, dice desde la colonia penal IK-2 de la regi¨®n de Vlad¨ªmir (a unos 100 kil¨®metros de Mosc¨²).

El Servicio Penitenciario Federal en la regi¨®n de Vlad¨ªmir, que la semana pasada evalu¨® el estado del opositor como ¡°estable, satisfactorio¡±, asegura que el opositor ha recibido la asistencia m¨¦dica necesaria, niega que se est¨¦ privando del sue?o a Navalni deliberadamente y remarca que la supervisi¨®n de los condenados se hace de acuerdo con la ley y se aplica ¡°a todos los condenados¡±, seg¨²n una nota recogida por la agencia Interfax.

Tambi¨¦n el vicepresidente de la Comisi¨®n de Monitoreo P¨²blico de la misma regi¨®n, Vlad¨ªmir Grigoryan, ha negado cualquier maltrato y ha dicho que el opositor est¨¢ ¡°simulando¡± problemas de salud. Navalni, de 44 a?os, se ha quejado reiteradamente de que las autoridades del penal solo le han dado analg¨¦sicos b¨¢sicos y un ung¨¹ento para la espalda y las piernas, y que se han negado a aceptar los medicamentos que su m¨¦dico le hab¨ªa recetado anteriormente. El opositor estuvo en coma m¨¢s de 20 d¨ªas tras el envenenamiento y fue tratado en un hospital de Berl¨ªn. Tuvo que estar varios meses haciendo tratamientos de rehabilitaci¨®n para volver a caminar. Sus s¨ªntomas neurol¨®gicos, ha contado en varias entrevistas, fueron muy duros.

El caso de Alex¨¦i Navalni, que fue condenado el pasado febrero por incumplir la libertad condicional (por estar en Alemania) de una sentencia antigua por fraude que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya consider¨® en 2017 arbitraria e injusta, ha tensado todav¨ªa m¨¢s las relaciones entre Rusia y Occidente. El opositor, recluido en una colonia penal considerada de las m¨¢s severas del pa¨ªs y conocida por someter a los presos a aislamiento psicol¨®gico, tendr¨¢ que cumplir dos a?os y ocho meses de prisi¨®n. Ahora, el inicio de la huelga de hambre de Navalni supone otro elemento de escalada y podr¨ªa reactivar las movilizaciones en apoyo al activista, que en enero derivaron en las mayores protestas en Rusia en una d¨¦cada y se saldaron con la dura represi¨®n de las autoridades.

El martes por la noche, en una videollamada con Putin, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, le se?alaron la necesidad de que Rusia proteja la salud del destacado opositor y respete sus derechos, seg¨²n el comunicado franc¨¦s. El Kremlin, que suele evitar a toda costa mencionar al activista anticorrupci¨®n Navalni e incluso escribir su nombre, asegura en su nota sobre la llamada ¨Den la que se habl¨® de varios temas, desde la vacuna Sputnik V, hasta la situaci¨®n en Ucrania, Bielorrusia o Siria¡ª que el l¨ªder ruso ofreci¨® a sus hom¨®logos una ¡°explicaci¨®n objetiva¡± sobre ¡°A. Navalni¡±.