10 balas para callar al reportero Yorgos Karaivaz
La muerte del periodista griego Yorgos Karaivaz, el cuarto informador asesinado en la Uni¨®n Europea desde 2017, conmociona Grecia
Fue un crimen a pleno sol. La muerte esperaba al periodista griego de investigaci¨®n criminal Yorgos Karaivaz enfrente de su casa en el barrio residencial de Alimos, en la periferia de Atenas. Sobre las 14.30 del pasado 9 de abril y como tantos otros viernes tras la emisi¨®n del programa Las verdades con Zina en la cadena privada Star TV, Karaivaz, nacido en Drama (noreste de Grecia) y de 52 a?os, aparc¨® en un parque cercano a su vivienda, sin saber que esta vez su final estaba cerca. Su asesino, que hab¨ªa llegado siete minutos antes al lugar en una Scooter conducida por otro hombre, sac¨® una pistola 9 mm con silenciador (sin registrar) y lo ejecut¨® a sangre fr¨ªa desde el veh¨ªculo. Seis balas impactaron en el torso de la v¨ªctima, dos en la cabeza, otra en el cuello y otra en la mano izquierda. Seg¨²n la autopsia, los disparos en la cabeza fueron a bocajarro, los ¨²ltimos, y el agresor lo remat¨® sobre el asfalto donde se encontraron al menos 13 casquillos. Solo un empleado municipal que estaba en el parque presenci¨® la escena. ¡°Todo ocurri¨® en menos de 15 segundos¡±, dijo al canal ANT1. Se desconoce si su mujer y su hijo estaban en el domicilio y si llegaron a ser conscientes de lo que ocurr¨ªa, pero una c¨¢mara de seguridad grab¨® la llegada de los motoristas, uno con casco y el otro con mascarilla, bufanda y gorro de lana.
Una semana despu¨¦s, estos son los ¨²nicos datos conocidos con los que trabaja la polic¨ªa griega, m¨¢s all¨¢ de la certeza de que se trata sin duda de un trabajo de ¡°profesionales¡±. Fr¨ªo, calculado (alguien habr¨ªa avisado a los agresores cuando el periodista sali¨® de la cadena), sin motivo aparente (Karaivaz nunca pidi¨® protecci¨®n, denunci¨® amenazas o pidi¨® licencia de armas) y sin pistas. Salvo que se consideren como tales las especulaciones recogidas por el semanario franc¨¦s Marianne y la prensa belga sobre dos investigaciones recientes llevadas a cabo por Karaivaz: la primera, una extra?a trama de modelos, en realidad mujeres de compa?¨ªa, con la que una famosa estrella de la televisi¨®n hac¨ªa favores a importantes figuras de la pol¨ªtica y la econom¨ªa; y una segunda investigaci¨®n sobre la amistad con las altas esferas del exdirector del Teatro Nacional, Dimitris Lignadis, acusado de abusos sexuales, lo que casi le cuesta el puesto a la ministra de Cultura.
De momento, parece un crimen casi perfecto, uno de esos casos que podr¨ªa haber protagonizado el comisario Kostas Jaritos del famoso escritor griego de novela negra Petros Markaris o contado el propio Kavairaz en su cadena de televisi¨®n, una de las m¨¢s populares del pa¨ªs por los esc¨¢ndalos que ha destapado, y que tiene a la polic¨ªa, seg¨²n el diario Kathimerini, investigando a fondo su ordenador, su tel¨¦fono m¨®vil agujereado por las balas y su blog (bloko.gr), centrado en las mafias que dominan la vida nocturna de Atenas.
?Fue un ajuste de cuentas del crimen organizado como ha sugerido el viceministro de Seguridad, Lefteris Oikonomu, y cree la polic¨ªa? ?Qui¨¦n no quer¨ªa que se supieran sus secretos? ?A qui¨¦n molest¨® Karaivaz? La veterana periodista y presentadora de Star TV Katia Makri, que le conoc¨ªa desde hace dos d¨¦cadas, se enter¨® de la noticia cuando estaba en el aire y tuvo que contarla. ¡°Era un tipo extraordinario. Ven¨ªa de provincias y se convirti¨® en periodista e hizo realidad todos sus sue?os¡±, cuenta desde Atenas. ¡°Era muy famoso, muy respetado y con una carrera envidiable en prensa escrita y en televisi¨®n. Hab¨ªa investigado a todos los grandes criminales griegos y era muy fiable. Much¨ªsima gente le¨ªa sus art¨ªculos y estaba pendiente de sus apariciones en pantalla¡±.
Makri sospecha que la connivencia entre el crimen organizado y algunos miembros de la polic¨ªa est¨¢ detr¨¢s del asesinato. ¡°Nadie sabe qu¨¦ podr¨ªa haber descubierto o qu¨¦ informaciones manejaba en casos especiales, pero he le¨ªdo muchos art¨ªculos suyos sobre el submundo de la delincuencia. Algunos de esos criminales estaban relacionados con ciertos oficiales de polic¨ªa y trabajaban como una red. Yorgos sab¨ªa mucho sobre ese intercambio y muchos cre¨ªamos que acabar¨ªa pag¨¢ndolo con su sangre¡±.
En un pa¨ªs con bajos ¨ªndices de delincuencia, el asesinato ha conmocionado a la sociedad griega, desde la clase pol¨ªtica ¡ªtanto el primer ministro conservador Kyriakos Mitsotakis como el jefe de la oposici¨®n Alexis Tsipras han condenado los hechos y pedido el esclarecimiento del crimen¡ª a la prensa, que ha comparado la situaci¨®n con la violencia contra los reporteros de M¨¦xico o Colombia, pasando naturalmente por los trabajadores de la propia cadena de televisi¨®n. ¡°Estamos todos impactados¡±, dice Makri. ¡°No podemos creernos que est¨¦ muerto. Cuando tuve que dar la noticia, intent¨¦ controlar mis sentimientos. Estamos siguiendo la informaci¨®n policial y recibimos llamadas de cientos de ciudadanos que quieren ayudar, nos mandan v¨ªdeos de c¨¢maras de seguridad. La respuesta est¨¢ siendo muy emotiva. Los criminales quieren asustarnos, pero creo que han conseguido exactamente lo contrario. Pedimos al Gobierno que encuentre a los asesinos y que frene esta sucia red. Han matado a Yorgos, pero todav¨ªa hay 7.000 periodistas vivos en Grecia. No vamos a olvidarle y trabajaremos para encontrar a sus asesinos¡±, asegura Makri. De la misma opini¨®n es Maria Antoniadu, presidenta de la Asociaci¨®n de Periodistas Griegos, y una de las primeras en llegar a la escena del crimen, que en un comunicado asegur¨®: ¡°Quienes creen que esta es una forma de silenciar a la prensa est¨¢n equivocados¡±.
El asesinato de Karaivaz es el cuarto de un periodista en la Uni¨®n Europea en los ¨²ltimos cuatro a?os, tras los de la maltesa Daphne Caruana con un coche bomba en 2017, el eslovaco J¨¢n Kuciak y su novia Martina Kusn¨ªrov¨¢, encontrados muertos a las afueras de su casa en 2018, y la irlandesa Lyra McKee cuando cubr¨ªa una protesta en Derry en 2019, lo que supone una se?al alarmante sobre el peligro al que se enfrenta la libertad de expresi¨®n en el continente. El periodista Alfonso Armada, presidente de la secci¨®n espa?ola de Reporteros sin Fronteras (RSF), apunta: ¡°El Gobierno griego ha asegurado que el asesinato no va a quedar impune. Cada vez que ha habido un crimen de esta naturaleza, ha habido una reacci¨®n popular como en Malta, que llev¨® a la ca¨ªda del Gobierno, o como en Eslovaquia, que caus¨® la dimisi¨®n del primer ministro. En esta ocasi¨®n, parece tratarse m¨¢s de corrupci¨®n o de crimen organizado, pero que estos casos se est¨¦n dando en Europa manda una se?al preocupante. Hay un mar de fondo contra el periodismo que se da en reg¨ªmenes autoritarios como China y Rusia, pero tambi¨¦n en democracias como la India, o lo que est¨¢ pasando en Hungr¨ªa y Polonia. Los reporteros se han convertido en dianas vivientes¡±. Solo hay un caso parecido al de Karaivaz en la historia reciente griega: el del reportero Sokratis Giolias, a quien unos enmascarados descerrajaron con 16 tiros en la puerta de su casa delante de su mujer embarazada en 2010. Nunca se encontr¨® a los culpables.
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