La violencia policial se descontrola en Colombia
La UE y la ONU critican la brutalidad de las fuerzas de seguridad en unas protestas que ya suman 20 muertes y 800 heridos
El sonido de Colombia es el del temor y la incertidumbre. En las calles de algunas ciudades se escuchan disparos que retumban en la oscuridad, carreras y gritos. El pa¨ªs vivi¨® este martes una nueva jornada de violencia que ha alertado a los organismos internacionales. La ONU y la Uni¨®n Europea han condenado la brutalidad policial y han pedido que los responsables de la represi¨®n respondan por sus actos. Hay 20 muertos, 87 desaparecidos y m¨¢s de 800 heridos desde que las protestas arrancaron el mi¨¦rcoles pasado por una reforma tributaria que el presidente Iv¨¢n Duque ya ha retirado. La marcha atr¨¢s no ha enfriado los ¨¢nimos.
Las escenas m¨¢s impactantes llegan desde Cali, donde se ha producido el mayor n¨²mero de muertes. Los enfrentamientos entre polic¨ªa y manifestantes fueron constantes durante la noche. Hay im¨¢genes de carros blindados y helic¨®pteros dispersando a la multitud con gases lacrim¨®genos y detonaciones de armas.
El caos fue aprovechado por bandas delincuenciales locales para enfrentarse entre s¨ª, seg¨²n testigos. La primera planta de un hotel donde se hospedaban unos polic¨ªas fue pasto de las llamas. Los manifestantes colocaron retenes en las principales carreteras de acceso y el aeropuerto se encontraba bloqueado. Las estanter¨ªas de los supermercados estaban vac¨ªas. Las autoridades han abierto corredores para que la ciudad, de 2,2 millones de habitantes, pueda abastecerse de gasolina, medicinas y alimentos. Cientos de miles de pollos que llevaban tres d¨ªas sin comer por falta de pienso fueron liberados por sus due?os e inundaron una carretera.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos explic¨® que sus responsables, sobre el terreno, han sido testigos de ¡°un uso excesivo de la fuerza por parte de la polic¨ªa¡±. La portavoz de la oficina, Marta Hurtado, en una nota de prensa, asegur¨® que los agentes utilizan munici¨®n real y golpean a los manifestantes. ¡°Seg¨²n informes preliminares, los polic¨ªas mataron e hirieron a varias personas¡±, dijo. Y a?adi¨® que esto ocurri¨® ¡°en el contexto de una situaci¨®n tensa y vol¨¢til en la que algunos participantes de la protesta tambi¨¦n han sido violentos¡±.
Bruselas tambi¨¦n ha reaccionado a la crisis colombiana. El portavoz del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior, Peter Stano, dijo que la Uni¨®n condenaba los actos de violencia, que apuntan ¡°contra los derechos leg¨ªtimos a manifestarse, a la libertad de reuni¨®n y de expresi¨®n¡±. Dijo tener confianza en las instituciones colombianas para investigar y llevar a la c¨¢rcel a los responsables de cualquier abuso y violaci¨®n de los derechos humanos.
Las protestas, en su mayor¨ªa pac¨ªficas, han derivado en ocasiones en actos vand¨¢licos. Los manifestantes han quemado autobuses y bancos y han saqueado comercios. Las autoridades aseguran que hay m¨¢s de 400 polic¨ªas heridos. Hay m¨¢s de 500 detenidos y la polic¨ªa dice haber identificado a decenas de asaltantes m¨¢s que est¨¢n siendo buscados. El presidente Iv¨¢n Duque ha calificado estos disturbios como ¡°terrorismo urbano de baja intensidad¡±. El t¨®tem de la derecha colombiana, el expresidente ?lvaro Uribe, escribi¨® en un tuit, borrado m¨¢s tarde por la red social por contravenir sus normas, en el que apoyaba el derecho de soldados y polic¨ªas a utilizar sus armas para defender su integridad. La izquierda lo interpret¨® como una invitaci¨®n a un derramamiento de sangre.
El ministro de Defensa, Diego Molano, asegur¨® que los ataques contra los uniformados son acciones coordinadas por ¡°disidentes¡± infiltrados en las protestas. Dice que han sido premeditadas, organizadas y financiadas por las disidencias de las Farc, un peque?o grupo que no se atuvo al proceso de paz, y el ELN, la ¨²ltima guerrilla reconocida de Colombia. Por ahora no hay pruebas de que sea as¨ª. Molano cont¨® que cuando una caravana de la polic¨ªa buscaba en Cali gasolina para abastecerse, un grupo de asaltantes atac¨® las gasolineras cercanas y extorsion¨® a sus due?os.
El presidente despleg¨® al ej¨¦rcito para contener los actos de violencia, pero no ha dado resultado. Al rev¨¦s, ha elevado la tensi¨®n. La respuesta del Gobierno ha sido redoblar efectivos. El director de la polic¨ªa, el general Vargas, anunci¨® que reforzar¨¢ Cali con casi 1.500 polic¨ªas m¨¢s. Vargas no dio cifras concretas sobre muertes, solo asegur¨® que sus agentes act¨²an en defensa propia y respetando la ley. ¡°Nadie ha dado instrucciones de disparar¡±, dijo.
Las cifras son muy inciertas, por ahora. HRW ha recibido 25 casos de personas asesinadas durante las protestas. Hasta el momento han confirmado siete casos con nombres y apellidos. Cinco de ellos ocurrieron en Cali, uno en Soacha, el caso de un polic¨ªa, y el ¨²ltimo un joven de Ibagu¨¦ que volv¨ªa a casa cuando un agente le dispar¨® en el pecho. La organizaci¨®n trata de documentar otros 18 casos.
La renuncia de Duque a continuar con una reforma fiscal era un llamado a calmar los ¨¢nimos en la calle. Por el camino, Duque sacrific¨® al ministro de Hacienda que la hab¨ªa ideado, Alberto Carrasquilla. Nada de eso ha conseguido que regrese la normalidad al pa¨ªs. Negocios y servicios p¨²blicos contin¨²an a medio gas. Hay carreteras cortadas por todo el pa¨ªs, pueblos y ciudades a las que no se puede entrar. Las centrales obreras que convocaron el paro no tienen intenci¨®n de marcharse a casa; es m¨¢s, su intenci¨®n es que ma?ana se produzca la mayor movilizaci¨®n habida hasta ahora.
Duque vive momentos de zozobra. The Economist lo ha calificado como un presidente d¨¦bil que de aqu¨ª al final de su mandato, en 11 meses, no podr¨¢ sacar adelante muchas iniciativas porque no tiene mayor¨ªa en el Congreso. El presidente pretende sacar adelante una nueva reforma de consenso, pero vista la poca popularidad de la medida pocos pol¨ªticos querr¨¢n subirse a ese barco. Es cierto que la reforma fiscal fue lo que provoc¨® las protestas, pero ha sido la situaci¨®n general del pa¨ªs, golpeado en estos momentos por la crisis econ¨®mica y una tercera ola de contagios todav¨ªa m¨¢s agresiva que las anteriores, lo que ha generado este gran descontento.
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