De centennials a ¡®pandemials¡¯: el futuro truncado de los j¨®venes en Am¨¦rica
EL PA?S hace un recorrido a trav¨¦s del continente para conocer los efectos de la crisis del coronavirus en la generaci¨®n Z. El aislamiento y la precarizaci¨®n laboral han dejado sus planes en suspenso
Clases online, escuelas cerradas, proyectos que se caen, primeros trabajos que no llegan y empleos cada vez m¨¢s precarios: la crisis econ¨®mica causada por la pandemia est¨¢ golpeando especialmente a los j¨®venes. A la generaci¨®n m¨¢s hiperconectada, los centennials o generaci¨®n Z ¡ªcomo se conoce a los nacidos entre 1996 y 2010¡ª, el coronavirus los ha obligado a volcar su vida al mundo virtual por las cuarentenas y ha dejado sus futuros y sus planes en el aire. Seg¨²n una investigaci¨®n de la organizaci¨®n Cuso Internacional basada en datos de Naciones Unidas, una de cada seis personas entre 18 y 29 a?os se qued¨® sin trabajo en Am¨¦rica Latina y el Caribe desde el inicio de la pandemia, mientras que otras muchas vieron c¨®mo sus empleos se hac¨ªan cada vez m¨¢s precarios. Adem¨¢s, muchos estudiantes se vieron obligados a dejar sus estudios por falta de recursos o por la imposibilidad de seguirlos en internet.
Pero si la pandemia ha golpeado a todas las naciones en mayor o menor medida, la salida se presenta mucho m¨¢s desigual en funci¨®n del lugar de residencia y la clase social. En Estados Unidos, la vuelta a la normalidad total se vislumbra cercana con un plan de vacunaci¨®n masivo y una inyecci¨®n de efectivo a la econom¨ªa en forma de ayudas. All¨ª los j¨®venes, como el resto de la poblaci¨®n, empiezan a ver la luz. En la mayor parte de la regi¨®n, sin embargo, el impacto no parece tener un fin pr¨®ximo y la entrada en el mercado laboral para quienes buscan su primer empleo se presenta m¨¢s dif¨ªcil que nunca. La respuesta frente a esta situaci¨®n tambi¨¦n es diferente en funci¨®n del presente que vive cada pa¨ªs, de la antig¨¹edad de sus crisis y de la cantidad de malestar acumulado en sus sociedades: mientras que en Colombia y Per¨² los j¨®venes han salido a las calles para liderar protestas que han cristalizado el descontento social en los ¨²ltimos meses, otros se las ingenian como pueden para salir adelante y adaptarse.
?? Estados Unidos: volver a casa de los padres
Por muy fr¨ªas que sean, las estad¨ªsticas provocan titulares que marcan la historia de una naci¨®n. La pandemia que paraliz¨® pr¨¢cticamente el planeta a principios de 2020 empuj¨® a millones de j¨®venes adultos (18-29 a?os) a mudarse con sus padres, bien porque las universidades donde estudiaban cerraron sus puertas e instauraron las clases online o bien porque de repente se vieron sin trabajo.
Seg¨²n datos del Pew Research Center, antes de 2020, el valor m¨¢s alto del que hay constancia es de 1940, hacia finales de la Gran Depresi¨®n, cuando el 48% de los j¨®venes adultos se vio obligado a retornar a casa de sus progenitores debido a la debacle econ¨®mica que tambi¨¦n fue mundial y que se tradujo en altas tasas de desempleo, el hundimiento de la clase media, la ca¨ªda del consumo y una crisis social sin precedentes.
En julio de 2020, el 52% de los j¨®venes adultos resid¨ªa con uno o dos de sus padres. En el a?o 2010, esa cifra rondaba el 40% y en 2000 apenas rozaba el 36%, siempre seg¨²n datos del Pew Research Center. Esa franja de poblaci¨®n entre los 18 y los 29, reci¨¦n licenciados o profesionales en los inicios de sus carreras, se encontraban con que las empresas prescind¨ªan de sus servicios de un d¨ªa para otro y sus planes quedaban aparcados.
Cerca de cuatro millones de personas se graduaron en estudios universitarios en el a?o acad¨¦mico de 2019-2020, seg¨²n el Departamento de Educaci¨®n de EE UU. Algunos vieron c¨®mo algunas ofertas de trabajo eran canceladas mientras otros muchos se sintieron acobardados y reticentes ante el nuevo panorama del mercado laboral que estaba dejando la pandemia.
¡°Al principio nos lo tomamos como unas largas vacaciones de primavera¡±, relata Julian Wallentin, un joven de 23 a?os reci¨¦n cumplidos que logr¨® graduarse en 2020, durante uno de los peores picos de la pandemia. En la recta final de su ¨²ltimo a?o en la Northwestern University en Chicago, comenz¨® el aislamiento y la educaci¨®n online. ¡°No hab¨ªa clases, no ten¨ªamos responsabilidades, era casi hasta emocionante¡±. Hasta que la dura realidad cal¨® en ¨¦l y los compa?eros con los que compart¨ªa apartamento. Varios de ellos tuvieron que regresar a casa de sus padres. Wallentin permaneci¨® hasta julio. No hubo fiesta de graduaci¨®n. Las familias, orgullosas, se quedaron sin la fotograf¨ªa para la posteridad. Nadie pudo lanzar su birrete al aire como tradicionalmente se hace en las universidades de EE UU.
¡°El mayor temor era cu¨¢ndo podr¨ªamos volver a ver a nuestras familias y si las ofertas de trabajo que ten¨ªamos se mantendr¨ªan¡±, relata este joven que, hasta que se traslad¨® a Chicago como universitario, creci¨® y se educ¨® en la capital de la naci¨®n. En su caso, la empresa que le hab¨ªa fichado ten¨ªa delegaciones en San Francisco, Washington DC y planeaban abrir en Chicago. Durante un breve periodo de tiempo, Wallentin pens¨® que se sumar¨ªa a los otros muchos cuyos contratos fueron cancelados, como les pas¨® a dos amigos. O que ser¨ªa recolocado, como le sucedi¨® a un compa?ero que ya instalado en Seattle tuvo que mudarse a Saint Louis obligado por los rigores econ¨®micos que dict¨® la pandemia. No fue as¨ª. Graduado en econom¨ªa y medioambiente, Wallentin comenzaba su andadura profesional con 22 a?os en agosto del a?o pasado.
La situaci¨®n ha sido m¨¢s dif¨ªcil para los graduados en otros sectores. Como relataba un joven aspirante a periodista en el diario The New York Times, el hecho de que cerca de 36.000 reporteros hubieran sido despedidos o puestos en permiso sin paga, muchos de ellos veteranos profesionales, era m¨¢s que motivo para el des¨¢nimo.
A la lucha contra la pandemia para preservar la salud p¨²blica habr¨¢ que sumar una batalla por la salud mental, ya que uno de los grupos que m¨¢s han visto afectadas sus vidas en tiempos de coronavirus han sido los j¨®venes por la cancelaci¨®n de sus clases presenciales en unos a?os definitorios de su vida; la falta de interacci¨®n social y el aislamiento. Seg¨²n un informe del Centro de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades de junio de 2020, sobre un total de 5.470 j¨®venes adultos de entre 18 y 24 a?os que participaron en un estudio, uno de cada cuatro encuestados hab¨ªa considerado el suicido y una ratio similar hab¨ªa comenzado a tomar medicaci¨®n para sobrellevar la dureza de la pandemia.
Julian Walletin es consciente de que, en su caso, la suerte acab¨® por definir su historia. ¡°Eso s¨ª, acab¨¦ por contagiarme de la covid-19 una semana antes de Acci¨®n de Gracias¡±, explica. No fue grave: solo perdi¨® el olfato. Pero lo paso realmente mal con la segunda dosis de la vacuna. ¡°Aquello s¨ª fue fuerte¡±, concede. Hoy se siente afortunado y se dispone a celebrar su 23 cumplea?os ya sin mascarillas ni restricciones.
?? M¨¦xico: el salto al vac¨ªo de la precariedad
A Sara Zapi¨¦n la pandemia la sorprendi¨® con 29 a?os y en su mejor momento profesional. La primera universitaria de la familia, Sap¨ªn era responsable del ¨¢rea de marketing digital de una empresa que importaba productos italianos. Cobraba 25.000 pesos mensuales, unos 1.200 d¨®lares. Un buen salario. Muy pronto, sin embargo, su jefe se lo recort¨® a 12.500 y luego a 3.500, el m¨ªnimo permitido por ley e insuficiente para vivir en Ciudad de M¨¦xico. Tuvo que reducir radicalmente el gasto en despensa, tirar de ahorros y postergar un m¨¢ster que llevaba tiempo planeando hacer. As¨ª aguant¨® medio a?o hasta que fue despedida en marzo, forzada a aceptar una indemnizaci¨®n tres veces menor a la que le correspond¨ªa. ¡°La crisis me at¨® de manos¡±, dice.
A finales de 2020 se reportaba una p¨¦rdida de 672.000 empleos entre la poblaci¨®n de hasta 24 a?os respecto al periodo anterior a la pandemia, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa. ¡±Son los primeros en ser despedidos, en parte por las menores indemnizaciones que tienen que pagar las empresas, pero tambi¨¦n los ¨²ltimos en ser recontratados¡±, se?ala el economista Marcelo Delajara, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. ¡°El aumento del desempleo ha sido mayor en t¨¦rminos absolutos entre los j¨®venes, que ya part¨ªan de una tasa alta¡±. El sector servicios, su principal empleador, ha sido el m¨¢s golpeado, con una ca¨ªda anual del 5% en febrero.
El auge de las plataformas digitales, alimentado por el confinamiento, ha supuesto un alivio parcial para algunos j¨®venes. Es el caso de Johan Orozco, ilustrador de 20 a?os. Vende logos y dise?os que despliega en su cuenta de Instagram a todo tipo de negocios, desde tiendas de chilaquiles a grupos de danza. La covid no le ha ido mal. Antes recib¨ªa un encargo al mes y ahora son tres de media. ¡°Todos nos preocupamos, pero lo digital se puede hacer desde casa y en M¨¦xico est¨¢ creciendo much¨ªsimo¡±, se?ala Orozco. ¡°Vas a conseguir un trabajo, por muy mal pagado que sea¡±.
Precisamente, el aumento de la precariedad es la otra cara de la crisis. ¡°T¨ªpicamente afecta m¨¢s a los j¨®venes porque al entrar en el mundo laboral se mantienen durante mucho tiempo en la informalidad¡±, afirma Delajara. M¨¦xico, adem¨¢s, no cuenta con seguro de desempleo. Tras quedarse sin seguridad social, Sara Zapi¨¦n intenta salir del paso con trabajos de freelance, pero gana una quinta parte de lo que sol¨ªa y ya est¨¢ harta. ¡°Quiero volver al mercado formal y tener seguridad social¡±, se?ala. ¡°He tenido algunas entrevistas, pero no se ha concretado nada. Ahora hay mucha competencia¡±.
Frente al incremento del desempleo juvenil, el Gobierno no ha presentado nuevas acciones m¨¢s all¨¢ del programa J¨®venes Construyendo el Futuro, que ya exist¨ªa antes de la pandemia. Esta iniciativa ha dado becas de formaci¨®n en empresas a 322.000 j¨®venes desde 2019 y, durante la crisis, ha sido un refugio temporal. Sin embargo, la beca es de solamente 4.310 pesos mensuales, unos 215 d¨®lares, y cuando termina los aprendices se encuentran a menudo sin trabajo. La Auditor¨ªa Superior de la Federaci¨®n expuso en febrero que los indicadores del programa son ¡°insuficientes¡± para evaluar si la formaci¨®n se ha traducido en una mayor inserci¨®n laboral.
?? Colombia: la revuelta de los j¨®venes
La juventud colombiana ya lleva m¨¢s de dos semanas volcada a la calle. Una vez m¨¢s. Enfrenta un entorno hostil, agravado por el descalabro econ¨®mico del coronavirus. Esos j¨®venes son los grandes protagonistas de las protestas que han arrinconado al Gobierno de Iv¨¢n Duque, hasta forzarlo a retirar la fallida propuesta de reforma tributaria que deton¨® en un primer momento las movilizaciones del llamado paro nacional, que ahora abandera m¨²ltiples causas.
La pandemia ha disparado el descontento. Colombia, que atraviesa un repunte de contagios, sufri¨® en 2020 una ca¨ªda de 6,8% de su PIB, la mayor desde que lleva registros. La pobreza escal¨® hasta el 42,5% y el desempleo al 15,9%, pero el desempleo juvenil es a¨²n mayor, cercano al 25%. En medio de las medidas de confinamiento, la educaci¨®n presencial lleva m¨¢s de un a?o en m¨ªnimos, con colegios y universidades cerrados. ¡°Muchos se sienten excluidos, sin oportunidades, sin esperanza. El control de la pandemia implic¨® una carga excesiva sobre ellos, exacerb¨® los problemas de exclusi¨®n y marginamiento¡±, escribi¨® en este peri¨®dico Alejandro Gaviria, el rector de la Universidad de Los Andes.
L¨ªderes pol¨ªticos de todo el espectro han coincidido al menos en eso. ¡°Con los que hay que dialogar es con los que est¨¢n en las calles que son los j¨®venes, quienes en su mayor¨ªa ni estudian ni trabajan¡±, dijo la alcaldesa de Bogot¨¢, Claudia L¨®pez. ¡°La gente que est¨¢ en la calle hoy es la juventud popular, la juventud barrial¡±, se?al¨® el aspirante presidencial de izquierda Gustavo Petro. ¡°Tenemos claro que hay que priorizar una serie de intervenciones que son necesarias para generar una vocaci¨®n de esperanza y de futuro para nuestra juventud¡±, declar¨® Duque en su visita a Cali, epicentro de los episodios de violencia.
¡°Hay un esfuerzo de los estudiantes por salir de nuestra burbuja y por hablar tambi¨¦n de los problemas del resto de la juventud¡±, apunta Jennifer Pedraza, de 25 a?os, representante estudiantil y miembro del comit¨¦ de paro, que agrupa a las organizaciones que convocan las manifestaciones y negocia con el Ejecutivo. Los une el desencanto, el rechazo a la clase pol¨ªtica y un profundo malestar frente a este Gobierno, los resultados econ¨®micos y sus perspectivas de vida.
Los j¨®venes ya hab¨ªan estado en la primera l¨ªnea durante las protestas de finales de 2019, cuando inspiraron a la sociedad, y encabezan este nuevo ciclo de movilizaci¨®n, m¨¢s ca¨®tico, que ha trastocado todo tipo de actividades. Miles de j¨®venes, muchos cubiertos con la bandera amarillo, azul y rojo, se han congregado casi a diario en el monumento a Los H¨¦roes, en Bogot¨¢, donde entonan c¨¢nticos de ¡°resistencia¡±. ¡°Aunque es mi derecho salgo a marchar con miedo¡±, dice el cartel de Dayana Valero, en referencia a la represi¨®n policial. ¡°Marcho porque estoy cansada de vivir en una Colombia corrupta¡la gente se est¨¢ muriendo de hambre, no tiene qu¨¦ comer, ni donde vivir, y lo ¨²nico que se les ocurre es aumentar los impuestos en medio de una pandemia¡±, se lamenta esta estudiante de derecho de 26 a?os. ¡°Es tan terrible lo que est¨¢n haciendo que preferimos salir y arriesgarnos a contagiarnos de covid en un pa¨ªs donde ni siquiera hay UCIs¡±, se desahoga.
El desgaste del Gobierno es todav¨ªa m¨¢s pronunciado entre los j¨®venes, y las posturas frente a la protesta social evidencian una brecha generacional. El 65% de las personas entre 15 y 35 a?os cree que los dirigentes del paro nacional representan a los j¨®venes, y el 72 % que el paro va a tener un resultado positivo, de acuerdo con un estudio del Centro Nacional de Consultor¨ªa (CNC). El empleo para los j¨®venes, disminuir la pobreza y la educaci¨®n superior gratuita son los temas m¨¢s urgentes que, creen, debe resolver el Gobierno. En medio de ese dif¨ªcil di¨¢logo, el propio Duque anunci¨® esta semana que los estudiantes de los estratos 1, 2 y 3 ¨Cla mitad m¨¢s vulnerable en el sistema colombiano¨C tendr¨¢n acceso a la educaci¨®n superior de forma gratuita desde el pr¨®ximo semestre. ¡°Yo quiero estudiar / para cambiar la sociedad¡±, siguen cantando los manifestantes.
?? Brasil: dejar la escuela para llegar a la cola del paro sin experiencia
Vit¨®ria Varj?o, de 19 a?os, lleva casi un a?o y medio intentando salir de la lista de desempleo. El ejercicio de buscar ofertas de trabajo en internet y enviar el curr¨ªculum es diario y cada vez m¨¢s frustrante. La joven tiene prisa. Ella, sus dos hermanos menores y sus padres viven en una casa de la favela Heli¨®polis, la mayor de S?o Paulo, y actualmente dependen s¨®lo de los ingresos de su padre. ¡°Hoy ya ni siquiera puedo elegir en qu¨¦ quiero trabajar, lo que venga lo acepto. No era f¨¢cil encontrar una oportunidad, pero con la pandemia, el comercio y las empresas est¨¢n quebrando, es casi imposible¡±, se lamenta.
La crisis generada por la pandemia de la covid-19 ha tenido un fuerte impacto en el mercado laboral brasile?o, pero ha perjudicado principalmente a los trabajadores de entre 18 y 24 a?os, como Vit¨®ria, seg¨²n un estudio del Ipea (Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica Aplicada). La tasa de desempleo en este grupo de edad pas¨® del 23,8% en el cuarto trimestre de 2019 al 29,8% en el mismo periodo de 2020. Son casi 4,1 millones de j¨®venes los que buscan trabajo en un pa¨ªs con una tasa media de desempleo del 14,2%.
La economista Maria Andreia Lameiras, autora del estudio, cree que la crisis sanitaria ha potenciado las diferencias existentes en el mercado laboral. ¡°Los j¨®venes siempre han tenido esta dificultad para conseguir trabajo, en gran parte debido a la falta de experiencia. Pero la pandemia empeora este panorama porque hay un gran movimiento de desempleados, muchos de ellos con experiencia y cualificados, que est¨¢n disponibles. Los j¨®venes tendr¨¢n a¨²n m¨¢s dificultades para competir cuando el mercado se caliente¡±, explica.
La pandemia trajo un problema adicional. Con la apertura y cierre de escuelas y universidades, muchos abandonaron las instituciones educativas, poniendo en peligro sus calificaciones. En el caso de Vit¨®ria, la situaci¨®n econ¨®mica de su familia le oblig¨® a abandonar la universidad donde estudiaba Administraci¨®n de Empresas. ¡°Como me qued¨¦ sin pr¨¢cticas y sin trabajo, no ten¨ªamos forma de pagar la cuota mensual de 320 reales (aproximadamente 50 euros). De hecho, ni siquiera pude pagar las ¨²ltimas mensualidades¡±, dice.
La dificultad para entrar en el mercado tambi¨¦n genera una p¨¦rdida de productividad en la carrera. ¡°Cuando el joven no encuentra trabajo o acepta algo inferior a su cualificaci¨®n, la situaci¨®n genera des¨¢nimo y p¨¦rdida de calidad del trabajo. No gana experiencia para avanzar profesionalmente¡±, dice la economista Lameiras. Los estudios demuestran que el trabajo precario al principio de la carrera puede comprometer el salario de estos profesionales a lo largo de su carrera, un fen¨®meno llamado ¡°efecto cicatriz¡±.
Nathalia Lima, una joven de 24 a?os reci¨¦n licenciada en pedagog¨ªa, lleva meses intentando encontrar un puesto de asistente de profesor, pero las ¨²nicas ofertas que le han ofrecido est¨¢n muy lejos de su objetivo. ¡°Ahora, durante la pandemia, me las arregl¨¦ para dar algunas clases particulares a un alumno, pero como s¨®lo eran unas pocas clases a la semana, acab¨¦ teniendo que aceptar un trabajo con un sueldo fijo de canguro. Pero al cabo de un tiempo lo dej¨¦ y sigo buscando plazas en escuelas, que es mi objetivo¡±, se?ala.
Mientras Nath¨¢lia y Vit¨®ria siguen insistiendo en la b¨²squeda de un empleo, muchos j¨®venes ya se han rendido. El segundo grupo de edad que m¨¢s ha entrado en la inactividad, despu¨¦s de las personas mayores, es el de las personas entre 18 y 24 a?os. ¡°La inactividad es muy preocupante porque muchos acaban por no volver. Son los famosos ni-ni, que ni trabajan ni estudian, muchas chicas que se ocupan de las tareas del hogar¡±, explica Lameiras.
La perspectiva para este a?o, seg¨²n el Ipea, es que, a pesar de la expectativa de una ligera aceleraci¨®n de la actividad econ¨®mica y de la ampliaci¨®n de la vacunaci¨®n contra la covid-19, que ayudar¨ªa a atenuar los impactos de la crisis sanitaria, las vacantes generadas no ser¨¢n suficientes para abastecer a los desempleados y a los que renunciaron a buscar un trabajo.
?? Per¨²: cada vez m¨¢s j¨®venes en el aire
En Per¨², la econom¨ªa cay¨® 11% en 2021 debido a las restricciones por la emergencia sanitaria y la dificultad del Estado para distribuir subsidios. Los j¨®venes est¨¢n entre los m¨¢s golpeados por haber tenido que abandonar sus estudios o haber perdido su empleo. La situaci¨®n de cara al futuro es grave, indica la secretaria nacional de Juventud, Noelia Ch¨¢vez: ¡°Si no has podido desarrollar competencias y no has tenido ingresos, tienes una poblaci¨®n grande precariz¨¢ndose¡±, lamenta la funcionaria de la entidad perteneciente al Ministerio de Educaci¨®n.
Seg¨²n inform¨® a este diario la Superintendencia Nacional de Educaci¨®n Universitaria (Sunedu), la tasa de interrupci¨®n de los estudios universitarios sol¨ªa ser de 10%, pero en 2020 se duplic¨®. Seg¨²n Ch¨¢vez, 174.544 estudiantes abandonaron su educaci¨®n durante el primer semestre del a?o pasado. ¡°La deserci¨®n ha aumentado con el cierre de universidades y la necesidad de ir a trabajar para buscar sustento econ¨®mico¡±, explica la funcionaria. A eso hay que a?adirle la informalidad laboral, que ya era del 78% entre los j¨®venes en 2019, y ha seguido en aumento, y los que ni estudian ni trabajaban subi¨® del 19% en 2019 hasta el 45% actual. ¡°Est¨¢n un poco en el aire. Con problemas de acceso o de reinserci¨®n a la educaci¨®n y al trabajo y precariz¨¢ndose porque no pueden acceder a trabajos formales ni informales. A futuro el panorama es negro¡±, advierte la soci¨®loga de 29 a?os.
Precisamente ese sector de la poblaci¨®n fue el que impuls¨® las protestas de finales del a?o pasado que provocaron la salida del presidente Manuel Merino del poder en medio de la pandemia. Antes de la crisis provocada por el coronavirus, menos del 30% de j¨®venes peruanos cursaba estudios superiores t¨¦cnicos o universitarios. A ra¨ªz de la emergencia sanitaria y la deserci¨®n, el Programa Nacional de Becas report¨® una ¡°demanda sin precedentes¡±. Adem¨¢s, la secretaria nacional de juventud destaca otro tipo de afectaci¨®n a las mujeres: la violencia y la discriminaci¨®n. ¡°La L¨ªnea 100 (de emergencia de violencia) fue m¨¢s accesible que otros servicios de auxilio porque no demandaba presencia f¨ªsica. En 2020, atendieron 235.791 consultas -casi el doble del a?o anterior-: de ellas, 58.224 consultas las realizaron j¨®venes: la cuarta parte del total¡±, advierte Ch¨¢vez.
Otra de las tragedias que afrontan los j¨®venes en Per¨², especialmente en ciudades de la costa norte y en Lima, donde los indicadores de la pandemia son peores, es que deben buscar camas de unidades de cuidados intensivos para sus familiares o comprar ox¨ªgeno, escaso desde enero en el pa¨ªs. Para ello, constantemente organizan rifas que difunden en los medios sociales. El caso m¨¢s grave que la prensa ha dado a conocer es el de Hellen ?a?ez, de 28 a?os de edad, quien ha perdido a 13 familiares por la covid y afronta una deuda de m¨¢s de 27.000 d¨®lares que gast¨® en medicinas, recarga de bombonas de ox¨ªgeno, transporte y sepelios. La estudiante de Psicolog¨ªa, residente de la ciudad de Ica, vende jabones en la puerta de un hospital y re¨²ne unos 15 d¨®lares diarios. ¡°Estoy viendo c¨®mo me las arreglo. Tengo que salvar a mi pap¨¢, mantener a mi hija, pagar mi deuda. No voy a abandonar mi sue?o de estudiar, voy a hacer lo que les habr¨ªa dado orgullo a familia¡±, le dijo al diario La Rep¨²blica.
?? Argentina: las mujeres j¨®venes, las m¨¢s afectadas
Cuando la pandemia lleg¨® a Argentina, el pa¨ªs arrastraba ya dos a?os de crisis econ¨®mica, con un mercado de trabajo golpeado. La poblaci¨®n joven, que supone el 20% del total, ten¨ªa grandes dificultades en el acceso y permanencia a trabajos formales y de calidad, pero el panorama empeor¨® mucho m¨¢s a partir del confinamiento estricto decretado por el Gobierno de Alberto Fern¨¢ndez para reducir la circulaci¨®n del coronavirus.
En el segundo trimestre de 2020, con gran parte de la actividad econ¨®mica paralizada, la tasa de desempleo creci¨® hasta el 13,1%, la m¨¢s alta desde 2005. Seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Censos (Indec), el paro juvenil se dispar¨® m¨¢s que el de ning¨²n otro grupo etario. Entre las mujeres de 14 a 29 a?os, el grupo m¨¢s afectado, aquellas sin trabajo pasaron del 23,9% en marzo de ese a?o a 28,5% en junio. Entre los varones, la desocupaci¨®n creci¨® del 18,6% al 22,7%.
Fernando Garc¨ªa y su hermana, Marisa, de 27 y 29 a?os respectivamente, se turnan para conducir el coche de su abuelo con el que hacen de Uber. ¡°Me gustar¨ªa que mi hermana laburase de otra cosa, pero no hay laburo, las tiendas no contratan a nadie porque nadie compra o compra solo por internet y yo por las ma?anas no puedo laburar porque estoy estudiando¡±, cuenta Fernando, quien espera haberse recibido de t¨¦cnico de laboratorio en un a?o.
Para ambos, se trata de una ocupaci¨®n temporal, con la que sortear lo m¨¢s duro de una crisis que esta vez no es s¨®lo argentina sino global. ¡°Nosotros estamos acostumbrados a rebusc¨¢rnosla. Mi abuelo casi no usaba el auto y con la pandemia menos, porque se encerr¨® en casa, as¨ª que lo adaptamos para esto. Pero baj¨® mucho el laburo, la gente no tiene un mango. Ayer en tres horas me salieron dos viajes¡±, lamenta Fernando.
¡°El mercado laboral argentino es muy heterog¨¦neo y desigual y la situaci¨®n var¨ªa mucho seg¨²n el sector de actividad, geogr¨¢fico y demogr¨¢fico. La pandemia ampli¨® las desigualdades que ya exist¨ªan¡±, se?ala Luciana Petrone, analista del programa de protecci¨®n social de Cippec. Petrone destaca que en Argentina la mayor¨ªa de los j¨®venes tienen trabajos informales, lo que los deja fuera de la red de protecci¨®n social que tienen aquellos con un empleo registrado.
A su vez, la desocupaci¨®n de las mujeres j¨®venes es m¨¢s del doble que la general y la brecha entre g¨¦neros aument¨® a¨²n m¨¢s en 2020. Para Petrone, uno de los motivos de esa desventaja es que a menudo recaen sobre ellas tareas dom¨¦sticas y de cuidados no remuneradas, al tenerse que hacer cargo de otros miembros de la familia, como hermanos peque?os, o de la casa, mientras sus progenitores trabajan. Las mujeres realizan el 76% de este tipo de tareas frente al 24% que hacen los hombres, seg¨²n datos oficiales.
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