El Gobierno de Johnson amaga con desvincularse de lo pactado en el Brexit sobre Irlanda del Norte
El negociador brit¨¢nico, David Frost, exige m¨¢s pragmatismo y flexibilidad a la UE en los controles aduaneros, para proteger los acuerdos de paz
El Gobierno de Boris Johnson ha comenzado a cuestionar el precio que acept¨® pagar a cambio de su anhelado Brexit. El negociador brit¨¢nico con la UE, David Frost, vincula el ¡°purismo¡± ejercitado por Bruselas, en su exigencia de que se cumpla el Protocolo de Irlanda del Norte, con los recientes disturbios y la violencia que ha sufrido este territorio. Y ya ha advertido de modo velado que el Reino Unido no descarta desvincularse de los compromisos adquiridos si la Uni¨®n Europea no muestra m¨¢s pragmatismo y flexibilidad.
La combinaci¨®n puede ser peligrosa. Irlanda del Norte ha entrado en lo que se llama ¡°la temporada de los desfiles¡±, que va de abril a agosto. Las diferentes ¨®rdenes unionistas salen a la calle para celebrar la hist¨®rica victoria de Guillermo de Orange sobre Jaime II, algo que durante d¨¦cadas ha sido visto como una provocaci¨®n por el lado republicano. Y han llegado adem¨¢s lo que el antiguo primer ministro irland¨¦s, Bertie Ahern, figura fundamental en la conquista de la paz en esta regi¨®n, llamaba las ¡°noches blancas¡±. La luz del d¨ªa se alarga, y muchos j¨®venes desocupados caen en la tentaci¨®n de incendiar las calles. Los estallidos de violencia de los ¨²ltimos meses han sido protagonizados por adolescentes y ni?os alentados por grupos paramilitares. ¡°El Brexit ha recuperado la cuesti¨®n de la identidad, que el Acuerdo de Viernes Santo intent¨® arrinconar¡±, se?ala Jonathan Powell, quien fue el negociador principal del laborista Tony Blair durante el proceso de paz que culmin¨® con aquel acuerdo en 1998. ¡°Quer¨ªamos que la pol¨ªtica en Irlanda del Norte fuera sobre todo aburrida, y se centrara en asuntos como la educaci¨®n o la sanidad¡±.
El Protocolo de Irlanda del Norte, la soluci¨®n firmada por Johnson para sellar la salida de la UE, ha vuelto a agitar las aguas, sobre todo entre los unionistas, que se sienten traicionados por Londres con la imposici¨®n de facto de una frontera en el mar de Irlanda entre su territorio y el resto del Reino Unido. Bruselas exige controles aduaneros sobre las mercanc¨ªas que viajan desde Gran Breta?a a Irlanda del Norte, porque el protocolo estableci¨® que esta regi¨®n seguir¨ªa formando parte del Mercado Interior de la UE para garantizar los acuerdos de paz. Londres quiere m¨¢s flexibilidad para no soliviantar a empresarios y aliados pol¨ªticos. La l¨ªder del principal partido unionista y actual ministra principal de Irlanda del Norte, Arlene Foster, se ha visto obligada a anunciar su dimisi¨®n, y ha sido sustituida por Edwin Poots, quien exige con vehemencia que se anule el protocolo firmado con Bruselas.
El actual negociador del Gobierno de Johnson, David Frost, no va tan lejos en sus planteamientos. Tiene previsto volver a reunirse en la primera mitad de junio con el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Maros Sefcovic, para abordar de nuevo la cuesti¨®n irlandesa. Ambos presiden la Comisi¨®n Conjunta que supervisa el cumplimiento del Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE. A diferencia de Bruselas, que ha mostrado un talante calmado ante los problemas derivados del protocolo, Frost ha optado por aumentar la tensi¨®n negociadora. ¡°Hasta el momento las discusiones no han resultado muy productivas, as¨ª que tendremos que ver hasta qu¨¦ punto estamos dispuestos a aguantar¡±, dec¨ªa el pol¨ªtico a la Comisi¨®n de Supervisi¨®n de la UE de la C¨¢mara de los Comunes.
Relajar controles
Sin mencionarlo abiertamente, Frost no deja de airear la amenaza de que el Gobierno de Johnson active el art¨ªculo 16 del Protocolo ¡ªel mismo que la UE amenaz¨® con usar las pasadas Navidades durante la crisis de las vacunas¡ª y se desvincule de sus obligaciones. ¡°Si el Protocolo acaba da?ando la f¨¢brica social, econ¨®mica o pol¨ªtica de Irlanda del Norte, esta situaci¨®n no se podr¨¢ sostener durante demasiado tiempo¡±, escrib¨ªa el pasado fin de semana en las p¨¢ginas del tabloide sensacionalista y conservador Daily Mail. Londres exige a Bruselas que relaje considerablemente el rigor aduanero impuesto en la mayor¨ªa de los productos que Gran Breta?a exporta al territorio norirland¨¦s, pero al mismo tiempo se niega a contemplar una opci¨®n que facilitar¨ªa mucho las cosas: homologar sus est¨¢ndares de seguridad alimentaria con los de la UE.
El Gobierno de Johnson puso buena parte de sus esperanzas post Brexit en alcanzar acuerdos comerciales con pa¨ªses como Australia o Estados Unidos. Y la rigidez normativa comunitaria le atar¨ªa las manos a la hora de cerrar esos tratados. Si Frost ha ido tan lejos como para acusar a la UE de intentar ¡°marcarse tantos¡± con una excesiva dureza sobre el Protocolo de Irlanda del Norte, la respuesta le ha llegado del Gobierno de Irlanda, socio de la UE, que acusa a Londres de resucitar en sus negociaciones la peligrosa pol¨ªtica identitaria que desterr¨® el Acuerdo de Viernes Santo.
Fases a medida para un Brexit tranquilo
La ¨²ltima propuesta del Gobierno de Johnson para desatascar la situaci¨®n en Irlanda del Norte, desvelada por la BBC y el diario 'The Guardian', consistir¨ªa en aplicar gradualmente, en cuatro fases, los controles aduaneros acordados con la UE. A partir del 1 de octubre, ser¨ªan obligatorios los certificados sanitarios para la exportaci¨®n de productos c¨¢rnicos. La segunda fase, a finales de enero, abarcar¨ªa los productos l¨¢cteos, las plantas de jardiner¨ªa, semillas y vino. En un tercer paso se incluir¨ªan las frutas, verduras y alimentos para animales dom¨¦sticos, y se concluir¨ªa con el resto de productos alimenticios envasados y de corta caducidad. No es solo un intento de dilatar los compromisos ya firmados, sino que Londres sugiere en su borrador que las fechas definitivas para las fases 3 y 4 se dejen en el aire, y solo se decidan despu¨¦s de comprobar c¨®mo funcionan las dos primeras fases. A la espera de una respuesta de Bruselas, el Gobierno aut¨®nomo de Irlanda del Norte, controlado por los unionistas, sigue sin poner en pie los puestos de control aduanero contemplados en el Protocolo, pese a que las licencias de construcci¨®n y su financiaci¨®n ya han sido aprobadas.
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