El Reino Unido y la UE se atascan en el protocolo de Irlanda
El jefe de gabinete de Boris Johnson y un vicepresidente de la Comisi¨®n Europea se re¨²nen en Londres para buscar m¨¢s flexibilidad en la aplicaci¨®n del texto y reducir la tensi¨®n
El hombre que negoci¨® en nombre de Boris Johnson la recta final del Brexit con la UE, David Frost, advirti¨® esta semana en la C¨¢mara alta del Parlamento brit¨¢nico que Londres y Bruselas no han llegado a¨²n al ¡°momento gin-tonic¡±. ¡°Todos sabemos que al despegar aumentan las turbulencias. Solo al llegar a una altitud de crucero puedes quitarte el cintur¨®n de seguridad, y disfrutar de un gin-tonic y unos cacahuetes. A¨²n no estamos ah¨ª, pero tengo confianza en que llegaremos a ese punto¡±, explic¨® Frost a los lores que forman parte de la comisi¨®n parlamentaria para la Uni¨®n Europea. Acompa?¨® Frost a su jefe, Michael Gove, el ministro que tiene la m¨¢xima responsabilidad en Downing Street en todo lo que concierne a la nueva etapa, con la salida definitiva del Reino Unido de las instituciones comunitarias. Gove se reunir¨¢ este jueves en Londres con el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea Maros Sefcovic para intentar de nuevo rebajar la creciente tensi¨®n en Irlanda del Norte. Ambos presiden el comit¨¦ conjunto de supervisi¨®n del Acuerdo de Retirada.
Aunque se anul¨® de inmediato, la precipitada decisi¨®n de la UE de invocar un mecanismo de seguridad del protocolo de Irlanda para controlar las exportaciones de vacunas desde la rep¨²blica (territorio comunitario) al espacio norirland¨¦s de la isla (territorio brit¨¢nico) provoc¨® la ira de todos los partidos pol¨ªticos, especialmente de los unionistas del DUP. Fue la espita por la que sali¨® a la luz la tensi¨®n acumulada durante semanas de controles aduaneros y sanitarios que no exist¨ªan antes del Brexit. Aparecieron en los alrededores de los puertos de Belfast y Larne pintadas amenazadoras contra los trabajadores norirlandeses y comunitarios que realizaban los controles ganaderos y fitosanitarios de las exportaciones.
El Gobierno aut¨®nomo y la UE retiraron temporalmente a sus empleados, por razones de seguridad, aunque a principios de esta semana volvieron a sus puestos. El da?o, en cualquier caso, ya estaba hecho. La ministra principal norirlandesa y l¨ªder unionista, Arlene Foster, arremeti¨® en duros t¨¦rminos contra un protocolo que nunca gust¨® a su formaci¨®n y por el que se sintieron traicionados por Downing Street. El precio que tuvo que pagar Johnson para alcanzar su anhelado acuerdo del Brexit a finales de 2019 fue dejar que Irlanda del Norte siguiera dentro del espacio aduanero y el mercado interior de la UE. No habr¨ªa frontera entre las dos zonas de la isla, para evitar que resurgieran conatos de violencia como los vividos durante d¨¦cadas. A cambio, la nueva frontera entre el Reino Unido y la Uni¨®n Europea se establecer¨ªa en el mar de Irlanda. Pero los necesarios controles f¨ªsicos se realizar¨ªan en tierra. Y han sido esas instalaciones las que han sufrido las amenazas y el boicot. No han sido obra de antiguas fuerzas paramilitares, ha asegurado la polic¨ªa norirlandesa, pero han bastado para provocar nervios en Londres, Bruselas, Belfast y Dubl¨ªn.
Downing Street aprovech¨® en su beneficio la tensi¨®n latente. Gove escribi¨® una dura carta, la semana pasada, a su hom¨®logo Sefcovic, en la que exig¨ªa mayor flexibilidad y un periodo de tregua para ciertas transacciones comerciales, como la carne congelada, los servicios de paqueter¨ªa y las medicinas. ¡°Esperaba una respuesta firme, pero la reacci¨®n ha sido mucho m¨¢s negativa de lo previsto¡±, asegur¨® en el texto. ¡°Entre todos los partidos pol¨ªticos, la sociedad civil y las organizaciones empresariales de Irlanda del Norte se ha vivido una sensaci¨®n de conmoci¨®n y rabia¡±. Gove ped¨ªa m¨¢s cintura a Bruselas, mientras Johnson se reservaba el gesto de autoridad. ¡°Haremos todo lo que necesitemos hacer, bien con nuevas leyes o incluso invocando nosotros el art¨ªculo 16 del protocolo, para evitar que existan barreras en el mar de Irlanda¡±, asegur¨® el primer ministro este mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de los Comunes.
El Gobierno brit¨¢nico no va tan lejos como los unionistas del DUP, que reclaman la anulaci¨®n del protocolo, pero ha aprovechado el clima revuelto para exigir una revisi¨®n completa del acuerdo, en la que incluye una extensi¨®n del periodo de gracia hasta junio de 2023. Muy lejos de lo que Bruselas, y el propio Gobierno de Dubl¨ªn, est¨¢n dispuestos a contemplar. En un intento por salvar una situaci¨®n que puede acabar descarrilando, Sefcovic accedi¨® a poner su firma al lado de la de Gove en un comunicado conjunto en el que se compromet¨ªa a seguir dialogando ¡°el desarrollo apropiado del protocolo para proteger las ganancias del proceso de paz [en Irlanda del Norte], mantener la estabilidad en la zona y evitar cualquier disrupci¨®n del d¨ªa a d¨ªa de los habitantes o una frontera dura en la isla de Irlanda¡±.
¡°El protocolo no est¨¢ funcionando en estos momentos, pero podemos hacer que funcione. No es necesario liquidarlo para resolver estos problemas¡±, asegur¨® Gove a los lores en su comparecencia del lunes. Londres y Bruselas deber¨¢n buscar una soluci¨®n compleja que calme los nervios de los unionistas, respete un acuerdo que necesit¨® a?os de negociaci¨®n y no soliviante a la otra parte del conflicto: los norirlandeses republicanos del Sinn F¨¦in. La idea de mantener abierta la frontera con el resto de Irlanda mientras aumentan las trabas para comerciar con el Reino Unido juega a largo plazo a favor de sus aspiraciones pol¨ªticas de reunificaci¨®n.
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