Roman Protasevich: el periodista que se convirti¨® en diana de Lukashenko
El disidente bielorruso cuyo arresto ha sacudido el tablero geopol¨ªtico mundial se ha enfrentado al r¨¦gimen de su pa¨ªs desde la adolescencia
La fotograf¨ªa de un jovenc¨ªsimo Roman Protasevich, con media melena rubia, camisa color lila y la mirada tranquila y desafiante mientras dos agentes del KGB le arrestaban en una ¡°protesta silenciosa¡± contra el presidente Aleksandr Lukashenko, le convirtieron en un rostro conocido en Bielorrusia hace dos lustros. Ten¨ªa 16 a?os y un apetito voraz por cambiar el mundo.
Una d¨¦cada despu¨¦s de aquella imagen que se hizo viral, ese adolescente espigado es un destacado periodista opositor que se encuentra en el centro de una disputa global entre Bielorrusia y Occidente, despu¨¦s de que el l¨ªder autoritario moviese su pu?o de hierro hasta el cielo para apresarlo. Tanto, que forz¨® el aterrizaje en Minsk del avi¨®n en el que Protasevich viajaba de Atenas a Vilna alegando una supuesta amenaza de bomba. Otro intento m¨¢s de acallar la voz del influyente bloguero, de 26 a?os, y una nueva muestra de que Lukashenko, que se ha atrincherado en el poder, teme los nuevos medios y la informaci¨®n libre.
Protasevich, remarca su amiga Ekaterina Erusalimskaya, es ¡°un patriota¡±. ¡°Su alma siempre ha estado enferma por Bielorrusia¡±, cuenta por tel¨¦fono la joven, novia hasta el a?o pasado del periodista y directora de Malanka Media, otro de esos nuevos medios que se han hecho fuertes en las redes sociales y que desaf¨ªan a Lukashenko y la narrativa oficial del r¨¦gimen proporcionando fogonazos de realidad en un pa¨ªs que reprime y castiga a la prensa independiente. Se conocieron trabajando juntos en Nexta, un c¨¦lebre canal de Telegram con informaci¨®n sobre la oposici¨®n y las protestas y que se hace mayoritariamente desde Polonia, que explot¨® el a?o pasado durante la oleada de manifestaciones por la democracia y contra el fraude electoral y que actu¨® como un peque?o faro para los manifestantes.
El informador, que editaba el influyente canal de Telegram, se convirti¨® entonces en enemigo prioritario de Lukashenko. En noviembre las autoridades declararon Nexta y Nexta Live (con m¨¢s de dos millones de suscriptores) ¡°organizaci¨®n extremista¡± y Protasevich y otros compa?eros fueron incluidos por los servicios secretos bielorrusos (que mantienen su nombre sovi¨¦tico, KGB) en la lista de personas buscadas, acusados de ¡°organizar des¨®rdenes masivos, alterar el orden p¨²blico e incitar al odio social¡±.
El joven, que vive en Vilna, est¨¢ preso desde el domingo en el centro de detenci¨®n n¨²mero 1 de Minsk. Su abogada, Inna Olenskaya, explica que no ha podido verle ni obtener informaci¨®n sobre sus cargos concretos y el proceso que afronta. Su padre, Dmitri Protasevich, est¨¢ aterrorizado por lo que le pueda suceder. ¡°No hemos logrado hablar con ¨¦l. No s¨¦ nada de mi hijo¡±, se lamenta por tel¨¦fono desde Polonia, donde vive exiliado desde hace unos meses. Cree que el joven ha podido sufrir torturas por parte de las fuerzas de seguridad de Lukashenko.
El breve v¨ªdeo difundido el lunes por la noche por un canal de Telegram progubernamental en el que el periodista enuncia una confesi¨®n visiblemente preparada, al estilo de los v¨ªdeos orquestados tradicionalmente por el KGB, inquieta a¨²n m¨¢s a la familia. Protasevich, ha alertado el portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Rupert Colville, parece coaccionado en las im¨¢genes incluso podr¨ªa mostrar se?ales de golpes, aunque en el oscuro v¨ªdeo es dif¨ªcil de apreciar. Tambi¨¦n su novia, Sofia Sapega, una joven rusa de 23 a?os, estudiante en Vilna y detenida el domingo junto a Protasevich, ha protagonizado su propia grabaci¨®n de confesi¨®n en la que, recitando un texto memorizado y al borde de las l¨¢grimas, afirma que es la ¡°directora¡± de un canal de Telegram (el Libro Negro de Bielorrusia) que ha difundido ¡°datos personales¡± de personal de seguridad: un delito grave en la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica. Sus abogados han firmado un compromiso de no hablar con la prensa sobre la joven.
Protasevich, el bloguero que ha sacudido el tablero geopol¨ªtico global, hab¨ªa vivido en varios periodos en el extranjero. En 2019, tras la detenci¨®n de uno de sus amigos m¨¢s cercanos decidi¨® exiliarse. Se fue casi con lo puesto, cuenta su familia. Acumulaba ya entonces una larga lista de arrestos y amenazas. Estudiante de cuadro de honor y premios estatales, el joven que creci¨® en una colmena de apartamentos de la era sovi¨¦tica de las afueras de Minsk se inici¨® en el activismo y en el periodismo casi al mismo tiempo, con 16 a?os. ¡°So?aba con ser fotoperiodista¡±, cuenta Erusalimskaya. Milit¨® en el disidente Frente Juvenil, administraba un grupo de Vkontakte (una gran red social rusa) llamado ¡°Estamos hartos de este Lukashenko¡± y colabor¨® en varias publicaciones independientes, entre ellas Radio Libertad. Film¨® protestas y flashmobs (acci¨®n coordinada y sorpresiva realizada por grupos de personas en un lugar p¨²blico) y particip¨® en una investigaci¨®n sobre las maniobras del KGB para reclutar periodistas. Su activismo le cost¨® caro: primero fue expulsado seis meses de la escuela secundaria y m¨¢s tarde, y definitivamente, de la Universidad Estatal de Bielorrusia por sus actividades pol¨ªticas.
Tambi¨¦n tuvo problemas en casa. Su padre era teniente coronel hasta hace dos a?os, cuando se retir¨® tras 29 a?os de servicio, y su madre profesora de Matem¨¢ticas en una academia militar. La familia no entendi¨® la militancia del joven ni su oposici¨®n al hombre que gobierna Bielorrusia desde 1994. El a?o pasado, cuando Lukashenko se atribuy¨® la victoria en las elecciones presidenciales con un 80% de los votos y las fuerzas de seguridad reprimieron con dureza las manifestaciones contra el fraude y por la democracia, la familia de Protasevich tambi¨¦n se indign¨®. Salieron a la calle por primera vez y el bloguero llor¨® emocionado en el exilio. La visibilidad del disidente y las amenazas tambi¨¦n han conducido a sus padres a abandonar Bielorrusia. Su padre fue privado hace unos meses de su rango militar por orden de Lukashenko.
Pero pese a todos los golpes, Protasevich nunca se amedrent¨®, cuenta desde Polonia Stepan Putsila, administrador y cofundador del canal Nexta y otro de los disidentes buscados por las autoridades bielorrusas. El joven periodista ahora detenido sali¨® del pa¨ªs porque pensaba que pod¨ªa ser m¨¢s ¨²til libre y activo que preso en casa, pero siempre habl¨® de que volver¨ªa a Bielorrusia, cuenta su amigo. Primero se instal¨® en Polonia y m¨¢s recientemente en Lituania, siguiendo a la l¨ªder opositora Svetlana Tijan¨®vskaya, que se exili¨® en Vilna el pasado agosto tras sentir amenazada su familia. ¡°La maniobra contra Roman [Protasevich] es una venganza personal del r¨¦gimen de Lukashenko¡±, asegura Putsila. ¡°No me sorprender¨ªa si el propio dictador entra en su celda y le dice ¡®?Pensaste que no te encontrar¨ªamos?¡±.
M¨¢s aerol¨ªneas evitan el espacio a¨¦reo bielorruso
Mientras Bruselas eleva el tono contra Aleksandr Lukashenko, en espera de concretar nuevas sanciones, cada vez m¨¢s aerol¨ªneas han decidido evitar el espacio a¨¦reo bielorruso. A Air Baltic o Wizz Air se le suman ya algunas de las grandes europeas, como KLM, Finn Air o la sueca SAS. Una medida que dejar¨¢ a Bielorrusia cada vez m¨¢s aislada pero que tambi¨¦n repercutir¨¢ en el bolsillo del Gobierno, que ingresa una tasa de entre 200 y 750 euros por cada avi¨®n que cruza su espacio. Unos 400 aviones usan a diario el espacio a¨¦reo de ese pa¨ªs del este de Europa.
Y el caso a¨²n puede escalar: Francia, Irlanda y Estonia plantear¨¢n este mi¨¦rcoles la situaci¨®n en Bielorrusia en una reuni¨®n privada en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La l¨ªder opositora Svetlana Tinaj¨®vskaya, que vive exiliada en Lituania, inst¨® a aprobar m¨¢s sanciones y tambi¨¦n reclam¨® que se suspenda la membres¨ªa de Bielorrusia de la Organizaci¨®n de Aviaci¨®n Civil (OACI) y de Interpol.
Pese a las duras cr¨ªticas, el Gobierno bielorruso mantiene el pulso. Este martes, en medio de la represalia internacional, un tribunal bielorruso conden¨® a otro destacado opositor, Pavel Seviarynets, l¨ªder del Partido Dem¨®crata Cristiano, a siete a?os de prisi¨®n acusado de organizar ¡°disturbios masivos¡±.
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