La amenaza tecnol¨®gica de China pone de acuerdo en el Senado de EE UU a dem¨®cratas y republicanos
Las dos bancadas respaldan una ley de fomento industrial para vencer la dependencia del gigante asi¨¢tico en sectores cr¨ªticos como la fabricaci¨®n de microchips
Frente com¨²n en el Congreso para apuntalar la hegemon¨ªa de EE UU. La amenaza de la competencia tecnol¨®gica de China ha logrado salvar la brecha ideol¨®gica entre dem¨®cratas y republicanos y las dos bancadas del Senado han aprobado este martes, como cuesti¨®n de Estado, un amplio paquete legislativo para reducir la dependencia del gigante asi¨¢tico. China es la prioridad n¨²mero uno del presidente Joe Biden y la legislaci¨®n persigue potenciar la industr...
Frente com¨²n en el Congreso para apuntalar la hegemon¨ªa de EE UU. La amenaza de la competencia tecnol¨®gica de China ha logrado salvar la brecha ideol¨®gica entre dem¨®cratas y republicanos y las dos bancadas del Senado han aprobado este martes, como cuesti¨®n de Estado, un amplio paquete legislativo para reducir la dependencia del gigante asi¨¢tico. China es la prioridad n¨²mero uno del presidente Joe Biden y la legislaci¨®n persigue potenciar la industria local para superar la dependencia en elementos clave como los semiconductores, cruciales para la actividad del sector de la automoci¨®n y las telecomunicaciones. La iniciativa no solo demuestra el objetivo estrat¨¦gico de contrarrestar la competencia china, tambi¨¦n la intervenci¨®n del Gobierno en la econom¨ªa, un anatema hasta ahora para los republicanos.
El proyecto de ley, dotado con casi 250.000 millones de d¨®lares que permitir¨¢n, entre otras acciones, la construcci¨®n de 10 f¨¢bricas locales de semiconductores -cuyo d¨¦ficit ralentiza la actividad industrial y amenaza la recuperaci¨®n-, super¨® a finales de mayo una votaci¨®n de tr¨¢mite en el Senado por 68 votos favorables frente a 30 contrarios, y este martes ha obtenido la luz verde definitiva, con un resultado casi id¨¦ntico (68 s¨ªes y 32 noes). La firmeza contra China ha demostrado ser la ¨²nica bandera que suma voluntades en un Senado donde los dem¨®cratas cuentan con una mayor¨ªa exigua. El texto, de 2.400 p¨¢ginas, debe pasar ahora a la C¨¢mara de Representantes antes de ser rubricado por Biden.
La denominada Ley de Innovaci¨®n y Competencia de EE UU es de hecho una propuesta bipartidista, animada por el senador dem¨®crata Chuck Schumer y su par republicano Todd Young. El proyecto se remonta a febrero, cuando Schumer, l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara alta, propuso la elaboraci¨®n de una bater¨ªa de medidas para fomentar el sector tecnol¨®gico, la industria y la investigaci¨®n como respuesta a los desaf¨ªos de China, con inversiones en semiconductores, inteligencia artificial, rob¨®tica, computaci¨®n cu¨¢ntica y otras tecnolog¨ªas punta. El borrador recibi¨® aportaciones de media docena de comit¨¦s del Senado, lo que subraya el consenso bipartidista tras a?os de marcada polarizaci¨®n ideol¨®gica.
Entre otras provisiones, prev¨¦ destinar 54.000 millones de d¨®lares a la industria de los semiconductores; casi 17.000 millones en I+D para garantizar las cadenas de suministro energ¨¦tico y 10.000 millones, para el sistema de aterrizaje humano de la NASA; en total, una suma de 195.000 millones para el cap¨ªtulo de la I+D. Una iniciativa subyacente, pendiente de tramitaci¨®n, planea destinar 81.000 millones de d¨®lares para financiar de 2022 a 2026 la Fundaci¨®n Nacional de Ciencias, la agencia gubernamental que es el buque insignia de la innovaci¨®n tecnol¨®gica en el pa¨ªs.
¡°No es una ley menor. El hecho de que no haya habido pelea partidista [en la tramitaci¨®n] no significa que no sea una de las leyes m¨¢s importantes aprobadas en much¨ªsimo tiempo. Miraremos atr¨¢s y veremos que en este momento Estados Unidos recuper¨® el control y avanz¨® tras varios a?os languideciendo, en el mejor de los casos¡±, dijo a finales de mayo el senador Schumer, en declaraciones recogidas por el portal Axios. El veterano dem¨®crata ha recordado esta semana que EEUU destinaba hasta ahora menos del 1% del PIB a I+D, menos de la mitad que China. ¡°La legislaci¨®n bipartidista ser¨¢ la mayor inversi¨®n en investigaci¨®n e innovaci¨®n en generaciones, lo que permitir¨¢ a EEUU liderar el mundo en las industrias del futuro¡±, apostill¨® este martes.
El proyecto de ley abre tambi¨¦n la puerta a nuevas sanciones contra Pek¨ªn por su violaci¨®n de derechos humanos en lugares como Xinjiang, cuna de la minor¨ªa uigur; encarga un nuevo estudio sobre el origen del coronavirus e insta al boicot diplom¨¢tico de los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno 2022. Incluso autoriza una partida espec¨ªfica de 300 millones de d¨®lares para contrarrestar la influencia pol¨ªtica del Partido Comunista Chino, seg¨²n el diario The Washington Post.
No es casualidad que el mismo d¨ªa que el Senado ha dado luz verde a la Ley de Innovaci¨®n y Competencia, la Casa Blanca anunciara la creaci¨®n de ¡°una fuerza de choque¡±, liderada por la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, para contrarrestar la escasez a corto plazo de semiconductores y otros materiales b¨¢sicos en las cadenas de suministro, es decir, para combatir la competencia desleal china, a la que Washington atribuye la disrupci¨®n del abastecimiento de insumos tales como los imanes de neodimio, usados en la automoci¨®n y otras industrias, y cuyo suministro depende del pa¨ªs asi¨¢tico.
La decisi¨®n de crear esa fuerza de choque es el resultado de una evaluaci¨®n durante 100 d¨ªas de sectores esenciales. La investigaci¨®n ha revelado cuatro especialmente sensibles a la interrupci¨®n del suministro: la fabricaci¨®n de semiconductores; las bater¨ªas de gran capacidad, como las de los coches el¨¦ctricos; los minerales raros y principios activos farmac¨¦uticos. Productos muy distintos con un denominador com¨²n: la dependencia de terceros. Una dependencia que qued¨® de manifiesto en la fase inicial de la pandemia, con insuficientes equipos de protecci¨®n y materiales sanitarios b¨¢sicos acaparados por China.
La escasez de semiconductores es un fen¨®meno global que no solo afecta a EE UU, y fuentes del sector consideran que no podr¨¢ superarse al menos hasta mediados de 2022, seg¨²n expertos citados el lunes por el diario Financial Times. Con consecuencias geopol¨ªticas indudables, Taiw¨¢n podr¨ªa convertirse en el ojo del hurac¨¢n de la rivalidad sino-americana, dada la creciente demanda de Washington a la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, el proveedor alternativo m¨¢s solvente, para que incremente su producci¨®n, algo que la empresa no ve posible antes de 2023 pese a sus millonarios planes de invertir en una f¨¢brica en Phoenix (Arizona). Tambi¨¦n el gigante estadounidense Intel anunci¨® recientemente una inversi¨®n de 20.000 millones de d¨®lares en dos nuevas plantas en ese Estado. Pero la sequ¨ªa que sufren tanto Arizona como Taiw¨¢n es un serio h¨¢ndicap a la hora de agilizar la producci¨®n, dada la necesidad de agua en abundancia para fabricar chips.
Ecos de la Guerra Fr¨ªa
Taiw¨¢n como hipot¨¦tico punto de ignici¨®n de la rivalidad entre Pek¨ªn y Washington ayuda a reenfocar definitivamente la pol¨ªtica exterior de la Casa Blanca-mientras suelta lastre en Afganist¨¢n o Irak y soslaya en lo posible el conflicto palestino-israel¨ª, por no hablar de la situaci¨®n de Venezuela- para apuntar directa y casi ¨²nicamente a China y su esfera de influencia. En torno a los diminutos microchips resuenan ecos de la Guerra Fr¨ªa elevados a la en¨¦sima potencia. ¡°Alrededor del mundo, los reg¨ªmenes autoritarios huelen la sangre¡±, dijo recientemente en el Senado Schumer. ¡°Creen que democracias como la nuestra no pueden unirse e invertir en las prioridades nacionales como hace un gobierno autoritario, centralizado y jer¨¢rquico [como el chino]. Est¨¢n alentando que fracasemos para tomar el tim¨®n¡±.
Que un elemento tan peque?o como un semiconductor haya puesto patas arriba la econom¨ªa global lo demuestra esta ley, el programa industrial m¨¢s expansivo de la historia de EE UU y, desde luego, desde los a?os ochenta, cuando la competencia con Jap¨®n -a diferencia de China, aliado militar de EE UU- oblig¨® a Ronald Reagan a adoptar algunas iniciativas a peque?a escala para potenciar la producci¨®n nacional, enseguida abandonadas. Pero la amenaza es ahora mayor, y el hecho de que China pueda utilizar la tecnolog¨ªa de la que dispone para incrementar la vigilancia y usarla eventualmente como arma de una guerra h¨ªbrida es una posibilidad que no se dio frente a Jap¨®n. De ah¨ª que la semana pasada la Casa Blanca ampliara el veto a 59 empresas chinas sospechosas de v¨ªnculos con el conglomerado industrial-militar de la defensa.
Como recordaba el diario The New York Times esta semana, la nueva ley recuerda el programa Made in China 2025, presentado hace seis a?os y destinado a superar la dependencia tecnol¨®gica del exterior. Con seis a?os de retraso, cuatro de ellos bajo el mandato de Donald Trump, Washington emprende la misma senda, en una carrera desatada que puede disociar del resto a las dos grandes econom¨ªas mundiales, aunque est¨¦ en juego la supremac¨ªa global. Mientras, los grupos de presi¨®n que representan en Washington los intereses de las grandes corporaciones se frotan las manos a la espera de posibles contratos.
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