Sin rastro del l¨ªder de Boko Haram

Misterios, medias verdades, zonas de sombra. La m¨¢s que posible muerte de Abubakar Shekau, l¨ªder del sanguinario grupo terrorista nigeriano Boko Haram durante m¨¢s de una d¨¦cada, est¨¢ tan envuelta de inc¨®gnitas como su propia vida. Todos los indicios apuntan a su fallecimiento hace dos semanas, pero la ¨²nica confirmaci¨®n que existe de momento procede de un audio atribuido al l¨ªder de Estado Isl¨¢mico de ?frica Occidental (Iswap, en sus siglas en ingl¨¦s), un grupo yihadista rival. En los ¨²ltimos 10 a?os ha sido dado por muerto o gravemente herido al menos cinco veces y, en cada una de ellas, Shekau reaparec¨ªa con su habitual aire provocador, as¨ª que los servicios de espionaje occidentales y el propio Gobierno nigeriano esperan a tener m¨¢s evidencias.

¡°En esta ocasi¨®n, nos parece ver se?ales que van en el sentido de confirmar su muerte. Han pasado ya m¨¢s de dos semanas y no ha hecho ninguna declaraci¨®n ni ha aparecido en un v¨ªdeo, como hizo en todas las ocasiones precedentes. Adem¨¢s, que el anuncio proceda de Iswap le da un cierto cr¨¦dito porque este grupo no querr¨¢ desacreditarse proclamando una victoria que no es cierta¡±, opina Bakary Samb¨¦, autor del libro Boko Haram, de problema nigeriano a amenaza regional y director del Instituto Timbukt¨².

¡°Shekau prefiri¨® ser humillado en el m¨¢s all¨¢ a ser humillado en la tierra. Se mat¨® detonando un explosivo¡±, asegura en un mensaje grabado en lengua kanuri y distribuido a los medios de comunicaci¨®n quien parece ser Abu Musab al Barnawi, l¨ªder de Iswap, confirmando as¨ª la primera versi¨®n de su muerte ofrecida por el portal de noticias nigeriano HumAngle. Seg¨²n este medio, hace unas semanas los milicianos de este grupo terrorista lanzaron un intenso ataque contra Boko Haram en su feudo principal del bosque de Sambisa (en el Estado de Borno, en el noreste de Nigeria), logrando acorralar a Shekau. En el instante en que iba a ser detenido por sus rivales, el l¨ªder yihadista prefiri¨® suicidarse y activar su chaleco bomba, muriendo en el acto y matando tambi¨¦n a uno de sus enemigos.

Shekau, que tendr¨ªa en la actualidad entre 45 y 50 a?os, asumi¨® el mando de Boko Haram en 2010 tras la muerte de su l¨ªder y fundador Mohamed Yussuf un a?o antes a manos del Ej¨¦rcito nigeriano. Sin embargo, pronto destac¨® por su violencia y falta de escr¨²pulos. ¡°Disfruto matando a todo aquel que Dios me ordena matar, de la misma manera que disfruto matando pollos y carneros¡±, lleg¨® a decir en un v¨ªdeo de 2012. La insurrecci¨®n de este grupo radical ha provocado en la ¨²ltima d¨¦cada unos 30.000 muertos, seg¨²n datos de la organizaci¨®n Acled, y unos dos millones de desplazados: secuestros como el de las casi 300 ni?as de Chibok, la creaci¨®n de un autoproclamado califato en 2014, atentados incluso en la capital del pa¨ªs, masacres.

Sin embargo, Boko Haram ya no es lo que era. La escisi¨®n del grupo entre seguidores de Al Barnawi y fieles de Shekau fue un duro golpe. El Iswap lo consideraba fuera de control por sus ataques constantes contra civiles musulmanes y decidi¨® aislarlo. ¡°Hace ya tiempo que hab¨ªa dejado de ser un movimiento con una ideolog¨ªa determinada para convertirse m¨¢s bien en un grupo criminal a secas bastante desorganizado que no tiene ni un trasfondo ni una comunicaci¨®n externa comparables a los de su rival de Estado Isl¨¢mico de ?frica Occidental¡±, opina Samb¨¦, para quien la desaparici¨®n de Shekau ahondar¨¢ a¨²n m¨¢s en esa desorganizaci¨®n interna. ¡°Se abrir¨¢ un periodo de rivalidades porque no prepar¨® a nadie para sucederle, incluso podr¨ªa ser absorbido total o parcialmente por Iswap¡±, a?ade el experto.

Precisamente esta es una de las preocupaciones de los analistas, que queda el campo libre para los grupos bajo la bandera de Iswap que est¨¢n ganando la batalla a los leales a Al Qaeda no solo en el noreste de Nigeria, sino en todo el continente africano. ¡°Desde hace unos meses el ¨®rgano de propaganda de Iswap, Al Naba, dedica m¨¢s del 70% de sus publicaciones a ?frica, que se ha convertido en un lugar de posicionamiento muy importante para este grupo, seg¨²n vemos de lo que pasa en Mozambique, el Lago Chad y otros lugares¡±, remata el director del Instituto Timbukt¨².