El pulso por el agua del r¨ªo Nilo agudiza la crisis regional entre Egipto y Etiop¨ªa
Adis Abeba mantiene su decisi¨®n unilateral de seguir llenando en julio la megapresa del Renacimiento, mientras El Cairo concluye acuerdos militares con otros pa¨ªses ribere?os
Las aguas del Nilo est¨¢n aumentando de temperatura a medida que avanza el verano, pero, al igual que el a?o pasado, no lo hacen solo empujadas por el intenso calor estival. Como en 2020, Etiop¨ªa insiste en su intenci¨®n de proseguir con la segunda fase de llenado de la gigantesca presa que est¨¢ ultimando en su tramo del r¨ªo, a¨²n m¨¢s ambiciosa que la anterior, cuando se inicie la estaci¨®n de lluvias este mes de julio. Y ello, a pesar de la falta total de acuerdo sobre c¨®mo gestionar el proceso con Egipto y Sud¨¢n, los dos pa¨ªses aguas abajo del embalse. El momento cr¨ªtico del inicio de las lluvias ha llegado no solo sin indicios de compromiso a la vista, sino con las partes enrocadas en un punto muerto cada vez m¨¢s tenso que algunos temen que aumente la inestabilidad en la regi¨®n.
Levantada sobre el principal afluente del Nilo, el Nilo Azul, que con otros cursos de agua menores proporciona el 86% del caudal del r¨ªo, la presa del Renacimiento est¨¢ llamada a ser la mayor represa hidroel¨¦ctrica de ?frica y ya est¨¢ en una fase de construcci¨®n muy avanzada. Cuando est¨¦ acabada, tendr¨¢ capacidad para albergar 70.000 millones de metros c¨²bicos de agua y la superficie del embalse ser¨¢ de 247 kil¨®metros cuadrados. La idea et¨ªope es generar unos 6.000 megavatios de electricidad, que el Gobierno de ese pa¨ªs considera imprescindibles para alimentar sus proyectos de industrializaci¨®n. Para Etiop¨ªa, que calcula que la obra aumentar¨¢ en un 115% su capacidad de generar energ¨ªa, se trata de un proyecto clave para su desarrollo.
Egipto, cuyas reservas h¨ªdricas dependen del agua del Nilo en un 98%, teme, sin embargo, que el embalse limite fat¨ªdicamente su acceso a este recurso vital. A Sud¨¢n, otro pa¨ªs ribere?o, le preocupa su seguridad y el efecto sobre sus propias estaciones de agua y presas. Estos dos pa¨ªses se hab¨ªan arrogado tradicionalmente el control sobre el caudal del Nilo, en virtud de unos acuerdos coloniales que El Cairo y Jartum trataron de blindar en un pacto bilateral firmado en 1959 para repartirse el grueso de sus aguas.
La ¨²nica brizna de esperanza para romper el bloqueo y acercar posiciones, despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada de infructuosos intentos para rubricar un acuerdo, lleg¨® en abril. Delegaciones de los tres pa¨ªses se reunieron en Kinshasa, la capital de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, en un encuentro que Egipto consider¨® la ¨²ltima oportunidad para reactivar las negociaciones antes de la ¨¦poca de lluvias en julio. Tres d¨ªas bastaron para enterrar el intento, dejando el proceso de nuevo estancado y sin apenas puntos en com¨²n.
Desde el estrepitoso fracaso en Kinshasa, las partes parecen condenadas a no ponerse de acuerdo en nada. Sud¨¢n y Egipto han propuesto recurrir a la Uni¨®n Europea, los Estados Unidos y la ONU, adem¨¢s de la Uni¨®n Africana, para mediar, algo que Etiop¨ªa considera un intento de trasladar las negociaciones fuera del marco africano ¨Csu preferido¨C en un momento en el que la imagen de Adis Abeba ante la comunidad internacional se ha visto deteriorada por la guerra en Tigray, seg¨²n una fuente diplom¨¢tica et¨ªope.
Las partes ni siquiera se ponen de acuerdo sobre si la segunda fase de llenado de la presa ya ha comenzado, como se teme Jartum, o no lo ha hecho todav¨ªa, como sostiene Adis Abeba, en un enredo que recuerda al del a?o pasado.
Mientras tanto, la desconfianza y la tensi¨®n han ido en aumento, especialmente entre Sud¨¢n y Etiop¨ªa. Adem¨¢s de su divergencia en torno a la presa del Renacimiento, la temperatura entre ambos ha ido subiendo los ¨²ltimos meses a ra¨ªz de la llegada de refugiados et¨ªopes procedentes de Tigray a Sud¨¢n, y, sobre todo, por una disputada en una zona fronteriza, Al-Fashaga, en la que se han registrado enfrentamientos militares espor¨¢dicos. Un peligroso c¨®ctel de tres elementos que muchos consideran que deber¨ªa desactivarse a la vez.
Egipto, por su parte, ha aprovechado esta escalada entre Jartum y Adis Abeba para estrechar sus v¨ªnculos con Sud¨¢n y tratar de hacer lo propio en el resto de la regi¨®n. En este sentido, en los ¨²ltimos meses El Cairo y Jartum han ampliado significativamente su cooperaci¨®n econ¨®mica, militar y diplom¨¢tica, una sinton¨ªa que se refleja en su coordinada gesti¨®n de la crisis de la presa, pese a tener intereses y temores muy diferentes. La muestra m¨¢s reciente de ello ha sido su sincronizado planteamiento de la cuesti¨®n, el pasado mes de junio, al Consejo de Seguridad de la ONU, que, sin embargo, muestra poco inter¨¦s por intervenir en este asunto.
Escalada ret¨®rica
Al mismo tiempo, estos dos pa¨ªses han elevado de forma ins¨®lita su tono contra Etiop¨ªa, en una escalada ret¨®rica que se ha apoyado, sin embargo, en una narrativa incoherente. En marzo, el presidente egipcio, Abdelfat¨¢ Al Sisi, amenaz¨® por primera vez directamente a Etiop¨ªa, y el ministro de irrigaci¨®n sudan¨¦s, Yasser Abbas, alert¨® en abril de que ¡°todas las opciones¡± est¨¢n abiertas. Pero en paralelo, la ministra de Exteriores de Sud¨¢n, Mariam Al-Mahdi, insiste en que Sud¨¢n solo optar¨¢ por la v¨ªa diplom¨¢tica, y su hom¨®logo de Egipto, Sameh Shoukry, lleg¨® a asegurar en mayo que la segunda fase del llenado de la presa et¨ªope ni siquiera va a afectar los intereses h¨ªdricos de su pa¨ªs.
En los ¨²ltimos meses, Egipto y Sud¨¢n tambi¨¦n han firmado dos acuerdos de cooperaci¨®n militar, y sus Fuerzas Armadas han realizado dos ejercicios a¨¦reos conjuntos. En marzo, adem¨¢s, llevaron a cabo otros ejercicios, con la participaci¨®n de sus fuerzas terrestres, navales y a¨¦reas, llamados Guardianes del Nilo, en lo que parece un mensaje claro hacia Etiop¨ªa.
Paralelamente, El Cairo ha intensificado el ¨²ltimo a?o su ofensiva diplom¨¢tica en ?frica Oriental para tratar de contrarrestar la b¨²squeda de un estatus de potencia regional por parte de Etiop¨ªa. As¨ª, altos oficiales, militares y civiles, han visitado varios pa¨ªses de la regi¨®n y han recibido a delegaciones en casa para establecer relaciones al m¨¢ximo nivel y estrechar v¨ªnculos, sobre todo en materia de defensa.
Egipto ha firmado desde principios de a?o acuerdos militares y de seguridad de distinto tipo con otros pa¨ªses de la cuenca del Nilo como Uganda, Burundi y Kenia. Y su Jefe de Estado Mayor, Mohamed Farid Hegazy, una de las figuras m¨¢s activas en esta ofensiva blanda en la regi¨®n, se ha reunido y ha acordado estrechar v¨ªnculos con sus hom¨®logos de Ruanda y de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.
Pero pese a estos acuerdos, la acogida que est¨¢ teniendo la iniciativa de El Cairo es menos tangible. ¡°Esta ofensiva diplom¨¢tica puede funcionar hasta cierto punto, en el que quiz¨¢s estos Estados no apoyen expl¨ªcitamente a Etiop¨ªa o a la posici¨®n de [los pa¨ªses] r¨ªo arriba. Pero no creo que signifique que, cuando deban tomar una decisi¨®n sobre c¨®mo compartir equitativamente las aguas del r¨ªo, se pongan del lado egipcio¡±, se?ala William Davison, analista de Etiop¨ªa y experto de la cuenca del Nilo en el International Crisis Group. De hecho, los pa¨ªses ribere?os con los que El Cairo ha concluido acuerdos, se han opuesto en el pasado, al igual que Etiop¨ªa, a los pactos coloniales que otorgaban el control del caudal del r¨ªo a Egipto y Sud¨¢n.
Adem¨¢s de su pulso con Etiop¨ªa, la renovada iniciativa de Egipto en ?frica Oriental busca tambi¨¦n ampliar su influencia y presencia en el estrat¨¦gico Cuerno de ?frica, una regi¨®n clave para el comercio mar¨ªtimo en direcci¨®n a su preciado Canal de Suez.
¡°Para nosotros, ?frica Oriental no solo tiene que ver con los recursos h¨ªdricos, sino que tambi¨¦n est¨¢ interrelacionada con la seguridad del Mar Rojo, del Golfo, y del estrecho de Bab El-Mandeb hacia el Canal de Suez, as¨ª como con el movimiento del comercio internacional, de petr¨®leo y gas, e incluso de las flotas militares¡±, desliza el embajador Mohamed Higazy, antiguo asesor del ministro de Exteriores egipcio.
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