Con los lectores
El director de EL PA?S aboga por estar con los ciudadanos en la batalla de la informaci¨®n y no con los poderosos, sean estos gobiernos, empresas o grupos de inter¨¦s de todo tipo
Por mucho que se esfuerce uno, resulta dif¨ªcil encontrar un texto como el de la primera enmienda de la Constituci¨®n de EE UU que de forma tan sucinta, elegante e inspiradora ¡ªapenas 45 palabras en ingl¨¦s¡ª encapsule mejor, con car¨¢cter normativo adem¨¢s, la esencia de la libertad.
Proh¨ªbe la enmienda a los legisladores restringir la libertad de religi¨®n, as¨ª como el derecho de reuni¨®n y protesta pac¨ªfica; tambi¨¦n la libertad de opini¨®n y de prensa. Siendo yo periodista, entiendo que es mi compromiso radical con todas ellas lo que les ha llevado a considerar este galard¨®n, que tanto les agradezco.
Los periodistas no solemos gozar de mucho predicamento entre los gobernantes. Son permanentes los enfrentamientos a cuenta de las informaciones que los peri¨®dicos publican y que traen causa de demasiadas acusaciones, presiones, as¨ª como intentos de control y manipulaci¨®n de toda laya que amenazan de forma innecesaria el ejercicio de la profesi¨®n y enturbian algunos derechos fundamentales. Dirig¨ª mi primer peri¨®dico antes de cumplir los 40 a?os ¡ªme acerco ya a los sesenta¡ª y no ha habido en ese tiempo un gobierno en Am¨¦rica Latina o Espa?a, incluyendo el actual, con el que no haya vivido fuertes desencuentros.
Por lo dem¨¢s, periodistas y gobernantes compartimos en Espa?a un escaso aprecio por parte de los ciudadanos, seg¨²n la mayor¨ªa de las encuestas, lo que nos deber¨ªa hacer reflexionar sobre qu¨¦ hemos hecho mal en casi 50 a?os de vida democr¨¢tica para merecer tan severo juicio.
William Brennan, un juez que, como saben, tuvo una larga y fruct¨ªfera carrera en el Tribunal Supremo de Estados Unidos tras ser propuesto precisamente por el presidente Dwigth Eisenhower ¡ªy contar con s¨®lo un voto en contra en su proceso de ratificaci¨®n, el del senador Joseph McCarthy, lo que constituye un honor en retrospectiva¡ª, lo expres¨® de forma muy simple: ¡°Es necesario entender el pulso de la vida por debajo de la versi¨®n oficial de los hechos¡±.
Se refer¨ªa Brennan a los jueces, pero me parece una manera perfecta de resumir lo que los ciudadanos, mayoritariamente, esperan de los periodistas, ya que no de sus gobernantes. No s¨®lo que cumplamos nuestros c¨®digos deontol¨®gicos, concepto abstruso para la mayor¨ªa de ellos. Tambi¨¦n, y sobre todo, que en la batalla de la informaci¨®n estemos con ellos, con los ciudadanos, con los lectores; y no con los poderosos, sean estos gobiernos, empresas o grupos de inter¨¦s de todo tipo. Es ¨¦sa una deuda que tenemos con ellos. Quiz¨¢ lo hayamos dicho as¨ª antes. Pero los ciudadanos espa?oles no lo han o¨ªdo, porque esas palabras no se han expresado con suficiente claridad o lo suficientemente alto. Actuar en consecuencia constituye ahora, pues, la exigencia moral ¡ªuna moral ciudadana y democr¨¢tica¡ª que quiz¨¢ un d¨ªa nos redima a todos de nuestras faltas.
Javier Moreno es director de EL PA?S. Este es el discurso que ha pronunciado este martes como agradecimiento al recibir el Premio Primera Enmienda de la Fundaci¨®n Eisenhower.
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