El presidente Said afianza su posici¨®n para buscar salidas a la crisis de T¨²nez
La oposici¨®n islamista pide un di¨¢logo para retomar la senda constitucional
A medida que pasan las horas y los diversos actores pol¨ªticos van tomando posici¨®n, cada vez es m¨¢s evidente que el presidente tunecino, Kais Said, podr¨¢ negociar desde una posici¨®n de fuerza la salida a la crisis institucional que abri¨® el pasado domingo al arrogarse plenos poderes, destituir al primer ministro, y suspender la actividad del Parlamento. Aunque sus adversarios, con el partido islamista moderado Ennahda a la cabeza, condenaron sus acciones calific¨¢ndolas de ¡°golpe de Estado¡±, durante las ¨²ltimas horas han optado por rebajar el tono, por lo que se aleja el fantasma de una confrontaci¨®n civil. El hecho de que el primer ministro cesado, Hichem Mechichi, aliado de Ennahda, haya roto su silencio para aceptar su destituci¨®n tambi¨¦n ha ayudado a templar los ¨¢nimos.
Despu¨¦s de una reuni¨®n de su m¨¢ximo ¨®rgano de gobierno el lunes por la noche, Ennahda emiti¨® un comunicado en el que instaba a Said a retomar la senda constitucional, y urg¨ªa a abrir un proceso de di¨¢logo con el fin de resolver la crisis y salvaguardar la democracia. ¡°El movimiento hace un llamamiento a todos los tunecinos a una mayor solidaridad, sinergia y unidad para hacer frente a todos los llamamientos a la sedici¨®n y a la confrontaci¨®n¡±, rezaba el comunicado.
Ennahda rectificaba as¨ª su estrategia en las horas posteriores al ¨®rdago de Said. Entonces, los cuadros islamistas alentaron a sus militantes a concentrarse frente a las puertas del Parlamento, tomado y clausurado por las fuerzas de seguridad. En diversas ocasiones, se produjeron escenas de tensi¨®n entre polic¨ªa y centenares de manifestantes, al intentar estos ¨²ltimos irrumpir por la fuerza en la sede parlamentaria. Asimismo, tambi¨¦n hubo altercados menores con seguidores de Said que se acercaron al lugar. En cambio, este martes, las calles recuperaron la calma y no se registr¨® ning¨²n incidente.
La evoluci¨®n en el frente internacional tambi¨¦n ha sonre¨ªdo a los intereses del heterodoxo presidente tunecino. Si bien la primera reacci¨®n de una potencia, Turqu¨ªa, fue de censura contundente, las siguientes han avalado sus tesis, como en el caso de Arabia Saud¨ª, o al menos se han limitado a ponerse de perfil, como los EE UU y Francia, dos pa¨ªses con una gran influencia en el pa¨ªs magreb¨ª. El secretario de Estado, Antony Blinken, habl¨® este martes por tel¨¦fono con Said y le transmiti¨® el apoyo de Washington a T¨²nez, y reiter¨® la importancia de que se garanticen los derechos y las libertades, igual que hizo el Consejo Europeo. El d¨ªa anterior, la Casa Blanca rechaz¨® que se hubiera producido un golpe de Estado. En cambio, Egipto y Emiratos ?rabes, que algunos analistas se?alan como los arquitectos de la demostraci¨®n de fuerza de Said por su hostilidad hacia los movimientos islamistas, han optado por la discreci¨®n.
La decisi¨®n de Said de concentrar todos los poderes en sus manos en una controvertida interpretaci¨®n del art¨ªculo 80 de la Constituci¨®n, reservado para aquellos casos de ¡°peligro inminente¡± para la seguridad nacional, ha dividido a la sociedad tunecina. Las primeras reacciones de los partidos pol¨ªticos se?alaron la ¡°deriva inconstitucional¡± del presidente, pero en las ¨²ltimas horas Said ha recabado valiosos apoyos. Por ejemplo, el del PDL de Abir Moussi, ex dirigente del partido ¨²nico del dictador Ben Al¨ª, de cuyo derrocamiento se cumplen 10 a?os, que ahora lidera los sondeos para unas hipot¨¦ticas elecciones legislativas. Asimismo, algunos l¨ªderes del segundo partido del Parlamento, Qalb Tunis, como el diputado Ossama Khlifi, han rectificado su oposici¨®n a lo que hab¨ªan calificado de ¡°golpe¡±, y ahora defienden la legitimidad del gesto.
La robusta sociedad civil tunecina ha acogido con escepticismo, pero no abierta hostilidad, las maniobras de Said. Tras una reuni¨®n, en la que el presidente les asegur¨® que sus medidas excepcionales eran ¡°temporales¡±, varias organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la poderosa central sindical UGTT, firmaron un comunicado conjunto en el que exig¨ªan a Said una hoja de ruta clara, y que la suspensi¨®n del normal funcionamiento de las instituciones no se prolongara m¨¢s de un mes. Por su parte, el Consejo Superior de la Magistratura reivindic¨® la independencia de los jueces y alert¨® ante posibles interferencias del poder Ejecutivo tras el cese del ministro de Justicia.
Mientras, la prensa tunecina especula sobre qui¨¦n ser¨¢ el nuevo primer ministro. Entre los favoritos, Nadia Akacha, jefa del gabinete presidencial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.