Bolsonaro sufre una gran derrota pol¨ªtica al rechazar el Congreso su propuesta para cambiar el sistema de voto
El presidente de Brasil presion¨® a los diputados con un in¨¦dito desfile militar horas antes de la sesi¨®n parlamentaria
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sufri¨® el martes en el Congreso una de las derrotas pol¨ªticas m¨¢s importantes de su mandato. El ultraderechista repite hace meses acusaciones infundadas de fraude electoral. Pero su propuesta de enmienda constitucional para cambiar el sistema de votaci¨®n se qued¨® a 79 votos de los necesarios en una sesi¨®n parlamentaria celebrada horas despu¨¦s de que el mandatario y capit¨¢n en la reserva ...
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sufri¨® el martes en el Congreso una de las derrotas pol¨ªticas m¨¢s importantes de su mandato. El ultraderechista repite hace meses acusaciones infundadas de fraude electoral. Pero su propuesta de enmienda constitucional para cambiar el sistema de votaci¨®n se qued¨® a 79 votos de los necesarios en una sesi¨®n parlamentaria celebrada horas despu¨¦s de que el mandatario y capit¨¢n en la reserva presidiera, junto a la c¨²pula militar, un desfile in¨¦dito de tanques en el centro de Brasilia. Pese a la derrota parlamentaria, la pol¨¦mica sigue viva. Bolsonaro insiste en que ¡°no se puede confiar en el resultado del escrutinio [de las presidenciales]¡± previstas en 2022.
Era la primera vez desde el fin de la dictadura en 1985 que un convoy militar desfilaba al margen de conmemoraciones hist¨®ricas por la plaza de los Tres Poderes, un espacio inmenso que acoge las sedes de la presidencia, del Tribunal Supremo y del Congreso. ¡°Tanques en la calle, exactamente el d¨ªa de la votaci¨®n de la PEC (propuesta de enmienda constitucional) del voto impreso, pas¨® del simbolismo a la intimidaci¨®n real, clara, indebida e inconstitucional¡±, tuite¨® la senadora centrista Simone Tebet.
Junto al presidente, ante el Palacio de Planalto, los jefes de los tres ej¨¦rcitos, nombrados despu¨¦s de que sus predecesores dimitieran en bloque ante los intentos de injerencia de Bolsonaro. Los l¨ªderes de los otros poderes del Estado declinaron la invitaci¨®n de asistir.
La urna electr¨®nica con la que Brasil vota desde hace 25 a?os era considerada un ejemplo de eficacia y orgullo nacional. Pero la pol¨¦mica creada por el mandatario ha convertido todo lo que la rodea en la pesadilla de la oposici¨®n y de las autoridades que rechazan las teor¨ªas de la conspiraci¨®n bolsonaristas. El ultraderechista ha colocado en el centro del debate pol¨ªtico el sistema de votaci¨®n al cuestionar la seguridad que ofrece y reclamar que el votante reciba un comprobante impreso que confirme que la opci¨®n registrada por la m¨¢quina es la que eligi¨®. Lo hace con el argumento de que el sistema no es fiable, pero sin mostrar pruebas y obviando que en todos estos a?os no se ha confirmado un solo fraude.
Es la t¨ªpica maniobra de distracci¨®n del libreto populista que contribuye a generar confusi¨®n y a erosionar la confianza en las instituciones democr¨¢ticas, el m¨¦todo Bolsonaro.
La propuesta sobre el voto impreso lleg¨® al pleno pese a haber sido derrotada en comisi¨®n la semana pasada porque el presidente de la C¨¢mara de Diputados, Arthur Lira, pretend¨ªa que una contundente derrota obligara al presidente a abandonar la pol¨¦mica. Pero a la hora de la verdad, como a menudo ocurre en Brasil, los resultados fueron bastante m¨¢s difusos.
Decenas de diputados se ausentaron de la votaci¨®n, de manera que la propuesta apadrinada por Bolsonaro qued¨® lejos de ser aprobada, pero la diferencia entre los s¨ªes y los noes fue solo de 11 votos, proporcionalmente mucho menor que la registrada en la comisi¨®n. Y en cualquier caso, el presidente sigue empecinado en un asunto que le sirve para mantener prietas las filas entre sus seguidores. En los ¨²ltimos tiempos los tiene movilizados con marchas en motocicleta en distintas ciudades los fines de semana en defensa de banderas como el voto impreso.
Clara muestra de que no se da por vencido es que a la ma?ana siguiente del no de la C¨¢mara ¡ªesperado, pero menos contundente de lo previsto por sus adversarios¡ª volvi¨® a la carga en declaraciones ante un grupo de seguidores en su residencia. All¨ª se apoy¨® en las cifras de diputados favorables a su tesis y de ausentes para subrayar que no es que la pr¨®xima elecci¨®n, prevista para octubre de 2022, vaya a estar polarizada, es que habr¨¢ quien no conf¨ªe en los resultados oficiales.
La estrategia de Trump
Bolsonaro es objeto de varias investigaciones judiciales, incluida una del Tribunal Supremo sobre la diseminaci¨®n por Internet de noticias falsas por sus declaraciones cuestionando la urna electr¨®nica. Fue incorporado a esta causa recientemente. Pero tiene otra abierta en el alto tribunal desde 2019 por injerencia en la polic¨ªa federal para proteger a sus hijos que poco ha avanzado desde entonces. Ni siquiera ha prestado declaraci¨®n.
La de Bolsonaro es una estrategia que a su ¨ªdolo pol¨ªtico Donald Trump le ha funcionado en Estados Unidos, donde pese a que sus recursos contra los resultados de la elecci¨®n que perdi¨® ante Joe Biden han sido rechazados una y otra vez por los jueces, ha logrado que cale entre buena parte de los republicanos que le robaron la reelecci¨®n. Frente a su aliado, Bolsonaro cuenta con la ventaja de que a¨²n quedan 14 meses para los comicios y que las instituciones brasile?as est¨¢n lejos de tener la solidez de las estadounidenses.
Sin pudor ninguno, Bolsonaro esgrime valores como la libertad o la transparencia como los argumentos que impulsan su cruzada por el voto impreso y le sirven para proseguir con su ataque sistem¨¢tico a los otros poderes. Ha convertido al presidente del Tribunal Superior Electoral, Luis Roberto Barroso, que tambi¨¦n es juez del Supremo, en el objetivo m¨¢s reciente de sus iras con acusaciones de toda ¨ªndole pero sobre todo de favorecer al expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. La resurrecci¨®n pol¨ªtica de Lula ha supuesto una revoluci¨®n.
Bolsonaro es un capit¨¢n retirado que durante sus tres d¨¦cadas como diputado destac¨® sobre todo porque exhib¨ªa su nostalgia por la dictadura sin reparo alguno; pr¨¢cticamente nadie m¨¢s lo hac¨ªa en el Congreso. Ya en la presidencia se ha rodeado de militares, que dirigen un tercio de su Gabinete, y sus choques con otros poderes y sus gestos autoritarios son una constante. Paralelamente impulsa una pol¨ªtica de normalizaci¨®n de la presencia militar en la vida p¨²blica y pol¨ªtica brasile?a. Sea conmemorar en los cuarteles el golpe de 1964 o avanzar los planes para implantar escuelas c¨ªvico-militares.
La acumulaci¨®n de v¨ªctimas del coronavirus, la negligente gesti¨®n de la pandemia que investiga una comisi¨®n parlamentaria, las sospechas de corrupci¨®n en la compra de vacunas y la vuelta de Lula da Silva al ruedo pol¨ªtico han ido minando en los ¨²ltimos meses la popularidad de Bolsonaro. La bronca constante es un eficaz mecanismo de desviar la atenci¨®n de los problemas que le acechan. Est¨¢n la gesti¨®n de la pandemia, que amaina, pero a¨²n suma casi 1.000 muertos diarios, y la crisis econ¨®mica, con 14 millones de desempleados entre los 210 millones de brasile?os.
Precisamente es por ese flanco por donde le ataca Lula, que presidi¨® Brasil en unos a?os de vacas gordas gracias a los altos precios de las materias primas. El expresidente tuite¨® el martes ¡°unos datos para los que el Gobierno no organiza desfiles¡±: el precio del arroz ha aumentado un 48% en 12 meses, las alubias, un 22%, la carne, un 38%¡ La inflaci¨®n est¨¢ desbocada. Aumentan las colas ante los comedores sociales, las ocupaciones ilegales de familias que han perdido la casa, los indigentes que duermen en las calles y los mendigos.
Pese a la gravedad de los problemas econ¨®micos, sociales y medioambientales, el debate sobre el voto impreso ha eclipsado en las ¨²ltimas semanas cualquier discusi¨®n sobre la reforma fiscal, los cambios al programa contra la pobreza Bolsa Familia o la alarma lanzada por la ONU sobre el calentamiento global. Aunque ninguno ha confirmado por el momento su candidatura, todo apunta a que las elecciones de 2022 ser¨¢n un cuerpo a cuerpo entre Bolsonaro y Lula. El derechista participa todas las semanas en inauguraciones multitudinarias o movilizaciones bolsonaristas. Su anteceser Lula mientras, lleva una actividad pol¨ªtica marcada por la pandemia. Tiene reuniones presenciales con otros l¨ªderes pol¨ªticos o personalidades diversas pero por el momento sin contacto personal con el pueblo.
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