Bolsonaro agita el fantasma del fraude en las pr¨®ximas elecciones con videos viejos y teor¨ªas desmentidas
El presidente de Brasil, siguiendo la l¨ªnea de Trump, alienta la confusi¨®n con mentiras mientras reclama cambios al sistema de votaci¨®n
Sembrar dudas sobre la credibilidad del sistema electoral brasile?o se perfila como uno de los ejes de la campa?a del presidente Jair Bolsonaro. El mandatario, que reclama cambios hace tiempo, este jueves intensific¨® su ofensiva al dedicar su comparecencia semanal para airear como indicios de fraude viejos videos que circulan por la red y teor¨ªas ya desmentidas por las autoridades. Para darle empaque, se acompa?¨® del ministro de Justicia, un polic¨ªa militar. Este empe?o del ultraderechista por cambiar las reglas de voto es considerado una estrategia para cuestionar el recuento si pierde las elecciones convocadas para dentro de 14 meses, siguiendo el ejemplo del estadounidense Donald Trump.
El pol¨ªtico de extrema derecha ya amenaz¨® en la campa?a de 2018 con no reconocer el resultado si no ganaba. Desde que arranc¨® su mandato como presidente, Bolsonaro comparece cada jueves por la noche en su canal de YouTube para presumir de logros y atacar a sus enemigos sin que nadie le cuestione. ?ltimamente, el objetivo preferido de sus ataques es el juez que preside el m¨¢ximo ¨®rgano electoral, Lu¨ªs Roberto Barroso, como antes fueron los magistrados del Tribunal Supremo o los gobernadores que impusieron restricciones ante la pandemia.
Esta semana, la intervenci¨®n del presidente Bolsonaro tambi¨¦n fue retransmitida por el canal de televisi¨®n gubernamental porque promet¨ªa ¡°presentar pruebas¡± de fraude electoral. A la hora de la verdad, ¨¦l mismo los calific¨® como meros indicios entre dur¨ªsimos ataques contra el Tribunal Superior Electoral. Este respondi¨® inmediatamente desmintiendo punto por punto las acusaciones, basadas en rudimentarios videos caseros grabados en elecciones pasadas, el testimonio de un supuesto programador inform¨¢tico y un coronel en la reserva presentado como asesor del Gobierno.
Empe?ado en jugar esa carta con la mirada puesta en los comicios de 2022, el presidente ha convocado a sus seguidores a manifestarse este fin de semana a favor del voto impreso en este pa¨ªs que vota en urna electr¨®nica.
Bolsonaro es muy aficionado a las provocaciones, a abrir debates infundados, con tal de desviar la atenci¨®n cuando las noticias que le perjudican empiezan a acumularse. Es un patr¨®n que sigue desde que lleg¨® al poder, un m¨¦todo con el que tambi¨¦n va erosionando las instituciones, debilitando la democracia.
Contin¨²a perdiendo popularidad en unas encuestas que en este momento lidera Lula da Silva, el paro se sit¨²a en cifras r¨¦cord y el Senado se prepara para retomar la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la actuaci¨®n del Gobierno Bolsonaro durante la pandemia. Con 550.000 fallecidos, Brasil es el segundo pa¨ªs m¨¢s afectado por detr¨¢s de Estados Unidos.
La del jueves fue una presentaci¨®n de dos horas en directo plagada de teor¨ªas de la conspiraci¨®n, desinformaci¨®n, mentiras flagrantes y medias verdades con las que el bolsonarismo siembra la confusi¨®n en la ciudadan¨ªa, crea una realidad paralela y dispara la desconfianza en las instituciones, en nombre de la transparencia, la libertad y los intereses del pueblo. Es la pol¨ªtica nacionalpopulista 2.0.
Un editorial del diario Estad?o, de derechas, sostiene este viernes que ¡°el presidente no miente de forma casual, sino sistem¨¢tica. La reacci¨®n a esto debe ser institucional, con estricta econom¨ªa de improperios y exclamaciones¡±.
Aqu¨ª un ejemplo de c¨®mo funciona la estrategia Bolsonaro: ¡°?Es justo que quien sac¨® a Lula de la c¨¢rcel, que rehabilit¨®, sea el mismo que cuente los votos en una sala secreta del Tribunal Superior Electoral? ?D¨®nde est¨¢ el recuento de votos p¨²blicos?¡±, proclam¨® indignado el presidente, obviando que fue el Tribunal Supremo, y no el tribunal electoral, el que juzg¨® al expresidente Lula da Silva y que Brasil no ha confirmado en los ¨²ltimos a?os ning¨²n fraude electoral relevante. Pero la duda est¨¢ sembrada.
Los brasile?os votan desde hace 25 a?os con un sistema de urna electr¨®nica que se somete a la supervisi¨®n de los partidos e incluso a ataques de piratas inform¨¢ticos antes de cada cita electoral. Pero Bolsonaro insiste desde hace a?os en que la urna deber¨ªa generar un comprobante impreso del voto para que el elector tenga la garant¨ªa de a qui¨¦n ha votado. Es un debate recurrente que en Brasil nunca ha tenido el apoyo necesario para traducirse en cambios. El Congreso debate por impulso de Bolsonaro la en¨¦sima iniciativa al respeto.
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