Badghis, la provincia a la que Espa?a sac¨® de la Edad Media
La cooperaci¨®n levant¨® escuelas y hospitales para mujeres en una de las zonas m¨¢s pobres y aisladas de Afganist¨¢n
Comparada con la ca¨ªda de Kandahar y Herat, segunda y tercera ciudades de Afganist¨¢n, la captura de Qala-i-Naw, una peque?a capital de provincia en un rinc¨®n remoto del pa¨ªs, parece, y lo es, irrelevante. Pero no para los miles de soldados y cooperantes espa?oles que trabajaron all¨ª.
En el reparto que se hizo de los PRT (equipos de reconstrucci¨®n provincial) entre los socios de la OTAN, a Espa?a le toc¨® Badghis, una de las provincias m¨¢s atrasadas de uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo. Por vez primera, Espa?a asumi¨® la responsabilidad no solo de garantizar su seguridad sino de ayudar a sacarla del atraso. Con 20.590 kil¨®metros cuadrados (algo menos que Galicia) y 400.000 habitantes, cuando los espa?oles llegaron all¨ª no ten¨ªa un solo kil¨®metro de carretera.
Entre 2005 y 2013, se construyeron 160 kil¨®metros de carreteras y ocho de calles asfaltadas en la capital, se cre¨® un parque con 35 m¨¢quinas para obras p¨²blicas, se tendi¨® una red de agua para consumo dom¨¦stico y saneamiento en Qala-i-Naw y 35 pozos en zonas rurales. Pero la joya de la corona, recuerda Soraya Rodr¨ªguez, secretaria de Estado de Cooperaci¨®n Internacional (2008-11), fue la rehabilitaci¨®n del hospital provincial, con 106 camas, que atend¨ªa a 60.000 personas, y la construcci¨®n de cinco ambulatorios rurales. Se puso en marcha un pabell¨®n maternoinfantil, porque muchas mujeres mor¨ªan desangradas en el parto y muchos ni?os sufr¨ªan desnutrici¨®n; y una escuela de matronas y enfermeras, porque los hombres no dejaban que sus esposas fueran atendidas por m¨¦dicos varones. Se construyeron tres institutos de secundaria (uno femenino), seis escuelas primarias y m¨¢s de 400 m¨®dulos temporales; con unos 12.000 alumnos en total. Y un centro de formaci¨®n para 380 profesores; incluidas 60 mujeres.
De los 525 millones que Espa?a gast¨® en ayuda humanitaria a Afganist¨¢n (al margen de los 3.500 que cost¨® el despliegue militar), m¨¢s de 80 se dedicaron a intentar sacar a esta provincia del atraso. En 2013, cuando las tropas espa?olas se retiraron de Badghis, todos los proyectos fueron transferidos a las autoridades afganas. En la zona no qued¨® ni un cooperante (¡°era imposible sin la seguridad que brindaban los militares¡±, admite Rodr¨ªguez) y las nuevas infraestructuras empezaron a deteriorarse. El regreso de los talib¨¢n significa la puntilla para muchas de aquellas obras, empezando por las escuelas femeninas.
¡°Me produce escalofr¨ªos pensar lo que esto significa para la poblaci¨®n afgana y, especialmente, para las chicas que durante 20 a?os se han educado en libertad y ahora se ven sometidas al horror y la atrocidad¡±, reflexiona la exsecretaria de Estado.
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