Josep Borrell: ¡°Hablar de derechos humanos y talibanes puede ser un ox¨ªmoron¡±

El golpe de los talibanes lleg¨® en agosto, pero la resaca durar¨¢ meses, quiz¨¢ a?os y marcar¨¢ la agenda geopol¨ªtica. Si Bruselas quiere seguir teniendo influencia en la regi¨®n no tiene m¨¢s remedio que entablar contactos con el nuevo Gobierno. Con este mensaje ha acudido al Parlamento Europeo Josep Borrell, alto representante de la Uni¨®n Europea para la Pol¨ªtica Exterior, donde ha comparecido este martes frente a los eurodiputados por primera vez desde lo que ha denominado el ¡°verano afgano¡±: una ¡°tragedia¡± que ha supuesto un ¡°rev¨¦s¡± para Occidente con capacidad de redise?ar el tablero mundial. Y de la que ¡°hay que extraer lecciones¡±. Entre ellas, quiz¨¢ la m¨¢s relevante, es la de que no basta con llevar soldados a un pa¨ªs para cambiarlo. ¡°Es mucho m¨¢s dif¨ªcil de lo que el presidente [estadounidense George W.] Bush imaginaba¡±.

Tras el colapso militar en Kabul y las reuniones de urgencia de los ministros europeos a principios de septiembre, el jefe de la diplomacia recibi¨® el encargo de los Veintisiete de liderar los contactos con el nuevo r¨¦gimen, y de valorar el grado de profundizaci¨®n de esa nueva relaci¨®n en funci¨®n de cinco criterios. Entre ellos, destaca el respeto de los derechos humanos, en particular los de las mujeres, y el grado de inclusividad y representatividad del Gobierno nacido tras la toma de poder de los fundamentalistas.

De momento, a Borrell no le gusta lo que ve. ¡°Hablar de derechos humanos desde el lado talib¨¢n puede ser un ox¨ªmoron¡±, ha ironizado en ingl¨¦s desde el atril, bajo una luz mortecina. Tambi¨¦n ha expresado su visi¨®n sobre el nuevo r¨¦gimen: ¡°Un gobierno interino que no es inclusivo ni representativo¡± en el que hay personas incluidas en las listas negras de sanciones la ONU. ¡°Es un Gobierno del ala dura de los talibanes¡±, ha a?adido. ¡°Sabemos lo que podemos esperar de ellos¡±.

El alto representante, que llega al hemiciclo tras una gira que le ha llevado por Irak, Libia y T¨²nez, se ha adentrado tambi¨¦n en uno de los melones m¨¢s complejos de la UE, reabierto tras el electroshock afgano: el de la defensa com¨²n. Hace un par de semanas, el jefe de la diplomacia resucit¨® la vieja idea de un batall¨®n comunitario de respuesta r¨¢pida dotado con 5.000 soldados. La propuesta goza del visto bueno de varios de los grandes pa¨ªses, como Francia, Alemania y Espa?a, pero a¨²n est¨¢ lejos de la unanimidad requerida para dar pasos de este calibre en la pol¨ªtica exterior.

Borrell ha defendido su utilidad, m¨¢s all¨¢ de los valores de paz y diplomacia que rigen la UE: ¡°A veces las cosas se ponen feas, y la palabra no basta, y aunque solo sea por su car¨¢cter disuasivo, una capacidad militar la tiene que tener cualquier actor que se quiera llamar a s¨ª mismo geopol¨ªtico¡±. Es previsible que la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, discurra tambi¨¦n esta senda de la defensa com¨²n ma?ana durante su discurso sobre el estado de la UE.

Iratxe Garc¨ªa, que lidera el grupo de los socialistas europeos, tambi¨¦n ha reclamado la creaci¨®n de una fuerza operativa internacional ¡°que sortee la trampa de la unanimidad [en las decisiones del Consejo]¡±. Garc¨ªa ha pedido redoblar la ayuda al pa¨ªs, en especial a las mujeres, a quienes ha propuesto para el premio S¨¢jarov de la Euroc¨¢mara. ¡°Los talibanes no han cambiado, siguen considerando a las mujeres seres inferiores¡±.

Borrell ha recordado que la evacuaci¨®n de numerosas personas en riesgo ¡°ha de continuar¡± para lo que ser¨¢ necesario ¡°hablar, discutir, y acordar cuando sea posible¡± con los talibanes. El jefe de la diplomacia europea ha recibido el encargo de los Veintisiete de coordinar estas evacuaciones y organizar el desembarco de una oficina europea en Kabul, para lo que podr¨ªa usarse la delegaci¨®n europea en la capital afgana, que no ha cerrado sus puertas. De este modo se podr¨ªa negociar cara a cara ¡°y no por videoconferencia¡± con los talibanes.

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