Afganist¨¢n se enfrenta a una pobreza casi universal en un a?o

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Dada la avalancha de titulares negativos, de violencia y de incertidumbre pol¨ªtica, es dif¨ªcil ver d¨®nde llevar¨¢ el futuro a Afganist¨¢n. Con un sistema de gobierno roto, el miedo y la incertidumbre son la moneda de cambio.

Dependiendo de c¨®mo evolucione la situaci¨®n, el pa¨ªs podr¨ªa sumar p¨¦rdidas econ¨®micas de hasta un 13% de su producto interior bruto (PIB) para mediados del 2022. Este porcentaje puede parecer modesto dada la escala de la crisis que afronta el pa¨ªs, pero no lo es cuando se traduce al impacto que puede tener en la vida diaria de las personas.

Seg¨²n un an¨¢lisis reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una ca¨ªda del PIB de entre el 10 y el 13% podr¨ªa llevar a Afganist¨¢n al borde de la pobreza universal, elevando la tasa de pobreza hasta un 97%, a pesar del progreso dif¨ªcil pero real logrado durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas.

Afganist¨¢n ha registrado avances considerables en los ¨²ltimos 20 a?os. El ingreso per c¨¢pita ha aumentado a m¨¢s del doble desde principios de los 2000. La esperanza de vida al nacer se extendi¨® en nueve a?os. Los a?os de escolaridad aumentaron de seis a 10. Y al elevarse el n¨²mero de estudiantes de 800.000 a m¨¢s de ocho millones, m¨¢s de tres millones de ni?as ingresaron en el sistema educativo.

Dependiendo de c¨®mo evolucione la situaci¨®n, el pa¨ªs podr¨ªa sumar p¨¦rdidas econ¨®micas de hasta un 13% de su producto interior bruto (PIB) para mediados del 2022

Ahora, con los precios de los alimentos por las nubes y una econom¨ªa paralizada, la inseguridad alimentaria se ha disparado, y se anticipa que la salud y el bienestar caer¨¢n en picado, agravados por los problemas creados por la covid-19. El impacto social de los ¨²ltimos acontecimientos puede resumirse en un factor principal: el espacio y las condiciones de las que dispongan mujeres y ni?as.

Afganist¨¢n tambi¨¦n logr¨® una transformaci¨®n en el empleo de las mujeres, a quienes, por lo general, se les limitaba a trabajar en los cultivos de amapola y cosechas de opio. Sin embargo, las mujeres han llegado a conformar m¨¢s de una quinta parte de las funciones p¨²blicas y una cuarta parte los miembros del Parlamento.

Debemos sacar el mejor provecho posible de lo que se ha sembrado en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, protegerlo y cultivarlo. Ahora es el momento de mostrar un coraje y una determinaci¨®n f¨¦rrea sobre lo que queremos lograr y formular elecciones inteligentes sobre c¨®mo proteger medios de subsistencias, servicios b¨¢sicos, seguridad y derechos humanos.

Nos preocupa particularmente el espacio para los negocios encabezados por mujeres, pilar principal de la econom¨ªa informal, que a su vez representa casi el 80% de la actividad econ¨®mica local de Afganist¨¢n. Bien sea vendiendo vegetales de sus jardines, tejiendo canastas o haciendo pan, las mujeres han logrado mantener sus hogares y comunidades alejados del filo de la pobreza. Sus hijos pueden ir al colegio y sus padres pueden obtener atenci¨®n m¨¦dica b¨¢sica, gracias a que tienen un ingreso b¨¢sico en qu¨¦ apoyarse. El colapso de estas micro y peque?as empresas supondr¨¢ un incremento de la pobreza. Quitarles a las mujeres los derechos de trabajar, aprender y vivir con dignidad empujar¨¢ la econom¨ªa de Afganist¨¢n hacia el abismo.

Esta situaci¨®n se puede y debe prevenir. Debemos apoyar la econom¨ªa local, as¨ª como los activos sociales y medioambientales que se fortalecieron en los ¨²ltimos 20 a?os.

Quitarles a las mujeres los derechos de trabajar, aprender y vivir con dignidad empujar¨¢ la econom¨ªa de Afganist¨¢n hacia el abismo

Para ayudar a mantener a los hogares m¨¢s vulnerables a flote y a los servicios esenciales funcionando, podemos aprovechar las redes locales que tradicionalmente han sostenido al pa¨ªs. Sabemos por experiencia qu¨¦ significa esto. Significa respaldar los esfuerzos de las comunidades a trav¨¦s de programas de dinero en efectivo por trabajo y de medidas de protecci¨®n social como la provisi¨®n de ingresos b¨¢sicos. Significa tambi¨¦n ofrecer ayuda a los agricultores con semillas, fertilizantes y medidas de protecci¨®n contra inundaciones y sequ¨ªas; y garantizar que los servicios de salud y educaci¨®n contin¨²en, asegurando que profesores y profesionales de la salud reciben sus salarios.

Muchas familias afganas preferir¨ªan quedarse en su pa¨ªs y sus comunidades, si pudieran sustentar a sus familias de forma segura y digna, en lugar de desarraigarse e iniciar traves¨ªas peligrosas hacia otras ciudades, campamentos o pa¨ªses.

Pero la estabilidad financiera por s¨ª sola no es suficiente. Las comunidades locales necesitan ayuda para mejorar su infraestructura comunitaria: arreglar el puente que lleva al mercado del pueblo, reparar la irrigaci¨®n en la huerta local o construir m¨¢s escuelas para ni?as. Podemos brindar apoyo ofreciendo empleos temporales en obras p¨²blicas a los j¨®venes afganos, permiti¨¦ndoles as¨ª contribuir positivamente y aumentar su participaci¨®n en sus propias comunidades.

Al mismo tiempo, la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n tambi¨¦n pueden jugar un papel importante. Pueden, por ejemplo, ayudar a reducir la dependencia en electricidad importada mediante paneles y redes solares, facilitar las transferencias de dinero en efectivo m¨®vil, suministrar telemedicina para que m¨¢s mujeres puedan acceder estos servicios, o incorporar nuevas infraestructuras resistentes a inundaciones y sequ¨ªas para el cultivo de nuevos terrenos.

Si bien se debe tratar de evitar a toda costa una implosi¨®n econ¨®mica, a trav¨¦s del uso de pol¨ªticas monetarias y fiscales a nivel nacional y de la responsabilidad, podemos y debemos tambi¨¦n evitar que los hogares m¨¢s vulnerables se acerquen a la pobreza universal. La ayuda humanitaria es, en este momento, crucial, pero tambi¨¦n lo es actuar urgentemente para proteger el valor de las oportunidades, los medios de subsistencia y los activos de desarrollo de toda una generaci¨®n. Esto evitar¨¢ una mayor escalada de las necesidades humanitarias durante los pr¨®ximos meses y a?os. Afganist¨¢n se encuentra en una situaci¨®n de emergencia de desarrollo hoy. No ma?ana.

Achim Steiner es Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

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