El pragmatismo de los verdes se abre paso en Europa
La presencia destacada en un futuro Gobierno alem¨¢n y las recientes victorias en las municipales francesas alientan a la familia ecologista en la UE
Todav¨ªa no est¨¢ claro qui¨¦n se convertir¨¢ en el pr¨®ximo canciller alem¨¢n, si el socialdem¨®crata Olaf Scholz o el democristiano Armin Laschet. Pero lo que s¨ª se sabe, salvo sorpresa may¨²scula, es que Los Verdes, el partido que fundaron a finales de los a?os setenta en Karlsruhe un grupo de ecologistas, pacifistas y feministas, tienen en su mano decidir qui¨¦n sustituye a Angela Merkel al frente de la primera econom¨ªa europea. Si las negociaciones dan sus frutos, ser¨¢n el segundo socio en importancia del futuro tripartito, ocupar¨¢n la vicecanciller¨ªa y aspirar¨¢n a ministerios clave, como el de Finanzas. Su triunfo, celebrado por las formaciones ecologistas de toda Europa, da alas al sue?o dorado de un eje franco-alem¨¢n de Gobiernos verdes que sit¨²en la crisis clim¨¢tica en el lugar preferente que, defienden, le corresponde.
Las elecciones francesas, dentro de siete meses, pueden convertirse en la confirmaci¨®n de que ha llegado el momento de los verdes en Europa. Los partidos ecologistas ya forman parte de las coaliciones que gobiernan en B¨¦lgica, Austria, Finlandia y Luxemburgo y su base electoral crece en Suiza. En Francia su enorme ¨¦xito en las municipales los ha aupado a las alcald¨ªas de grandes ciudades como Burdeos, Lyon, Grenoble y Estrasburgo. El fen¨®meno, sin embargo, parece restringido al centro y el norte de la Uni¨®n. Al sur no ha llegado el auge de los partidos verdes. En Espa?a Equo, la ¨²nica formaci¨®n ecologista de ¨¢mbito nacional, ni siquiera concurre a las elecciones bajo sus propias siglas sino integrada en la plataforma de M¨¢s Pa¨ªs. El grupo de los ecologistas del Parlamento Europeo apenas tiene miembros de pa¨ªses del sur. Espa?a aporta dos, Portugal uno, pero Italia y Grecia, ninguno.
Los verdes que hoy triunfan en Europa ya no son los activistas curtidos en protestas que hac¨ªan oposici¨®n fuera de los Parlamentos de sus pa¨ªses. La moderaci¨®n y la b¨²squeda del voto de centro, ese que no se identifica ni con la izquierda ni con la derecha porque le parecen categor¨ªas anticuadas, explica por ejemplo el auge de Die Gr¨¹ne en Alemania. La evoluci¨®n hacia el pragmatismo del partido liderado por Robert Habeck y Annalena Baerbock no es tan reciente como pueda parecer, aunque se haya acelerado desde que el t¨¢ndem preside la formaci¨®n. El proceso empez¨® en los noventa, cuando Los Verdes volvieron a entrar en el Parlamento tras fracasar en las primeras elecciones de la entonces reci¨¦n unificada Alemania. La experiencia de gobierno ¨Dentraron en 1998 en el Ejecutivo del socialdem¨®crata Gerhard Schr?der¨D les puso frente a la realidad y enfrent¨® a la c¨²pula con buena parte de la militancia. Quiz¨¢ el peor bofet¨®n se lo llevaron cuando Joschka Fischer, representante de un partido pacifista, apoy¨® como ministro de Exteriores la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito alem¨¢n en Kosovo.
Pisar la moqueta del Parlamento enfrent¨® a las dos corrientes del partido ecologista alem¨¢n, entonces muy ideologizado. Estaban por un lado los fundis (de fundamentalistas), partidarios de mantener inalterados los principios fundacionales, y los realos (de realistas), moderados y pragm¨¢ticos que opinaban que para cambiar las cosas hab¨ªa que meterse en el juego pol¨ªtico. Hoy pr¨¢cticamente no quedan fundis en Los Verdes. Los realos dominan el partido, que est¨¢ cohesionado y durante la campa?a electoral ha demostrado tener un liderazgo fuerte y estable. Mientras los democristianos de Angela Merkel se enzarzaban en una fea disputa interna por la candidatura conjunta a la Canciller¨ªa, con el jefe de la CSU b¨¢vara, Markus S?der, queriendo arrebat¨¢rsela al l¨ªder de la CDU, Armin Laschet, los ecologistas dieron un ejemplo de elegancia y sinton¨ªa al nombrar a Baerbock candidata sin airear peleas personalistas.
Sven Giegold, eurodiputado de Die Gr¨¹ne, asegura que su formaci¨®n no ha perdido el idealismo, sino que lo ha combinado con el realismo para sacar adelante la agenda verde. En la ¨²ltima d¨¦cada, los ecologistas alemanes han entrado en coaliciones en 11 de los 16 l?nder (Estados federados), donde tienen 40 ministros. Hace tiempo que son un partido de gobierno, pero les faltaba volver a la arena federal que abandonaron hace casi 20 a?os. Ahora lo hacen con otra imagen, de partido moderno, joven, al que ya no se define por lo que proh¨ªbe sino por lo que propone. El 14,8% de los votos que obtuvieron en las elecciones generales da la medida de su crecimiento reciente. Se quedaron muy lejos de lo que indicaban las encuestas en primavera, cuando parec¨ªa que Alemania iba a tener su primera canciller verde, pero casi duplicaron votos frente al 8,9% logrado en 2017.
El ecologismo franc¨¦s tambi¨¦n se instala en la moderaci¨®n. La victoria en las primarias ecologistas, esta semana, del moderado Yannick Jadot frente a la izquierdista Sandrine Rousseau, refleja una voluntad de presentar al El¨ªseo un candidato verde que ni es antisistema, ni es favorable al decrecimiento, e incluso, en alg¨²n momento, ha figurado en las quinielas para ser ministro de Medio Ambiente con el presidente centrista Emmanuel Macron. Jadot es un ecologista que no asusta, un ecologista de gobierno, un ecologista que tambi¨¦n ser¨ªa f¨¢cil imaginar en Los Verdes alemanes de 2021. Es un ecologista que, sobre el papel, podr¨ªa aprovechar el viento a favor para su opci¨®n pol¨ªtica. Su partido, Europa Ecolog¨ªa Los Verdes (EELV), con ¨¦l como cabeza de lista, dio la sorpresa en las ¨²ltimas elecciones europeas: qued¨® tercero con un 13,5% de votos, el doble de lo que anticipaban los sondeos. Sus ideas son hegem¨®nicas: cada uno a su manera, casi todos los partidos y los aspirantes a gobernar Francia, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, defienden el medio ambiente y la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Pero el candidato afronta obst¨¢culos considerables en su carrera al El¨ªseo. El primero es la divisi¨®n de su propio campo. Gan¨® las primarias, en las que votan m¨¢s de 100.000 franceses, pero no convenci¨®. La ventaja es m¨ªnima, con un 51% de votos para Jadot frente al 49% para su rival, Rousseau. No puede hablarse de una conversi¨®n en masa de los ecologistas franceses al pragmatismo. Y muchos votantes de Rousseau se sienten m¨¢s cerca de la izquierda populista y radical (y ahora verde, como casi todos los partidos) de Jean-Luc M¨¦lenchon que del ecologismo de consenso de Jadot.
El segundo obst¨¢culo, para Jadot, es la sobreabundancia de candidatos en la izquierda francesa. Hay cinco registrados en los sondeos. Adem¨¢s de Jadot, concurren la candidata socialista y alcaldesa de Par¨ªs, Anne Hidalgo; M¨¦lenchon; el comunista Fabien Roussel, y el exsocialista Arnaud Montebourg. Demasiada oferta para la escasa demanda en pa¨ªs que, seg¨²n varios sondeos, se inclina a la derecha.
Pugna por el mismo espacio pol¨ªtico
Jadot tiene un problema espec¨ªfico con Hidalgo. Ambos pugnar¨¢n por un espacio casi id¨¦ntico: el del ecologismo social, un centroizquierda con profunda conciencia verde, pero al mismo tiempo ¨Dy al contrario que otras opciones en la izquierda¨D favorable a la Uni¨®n Europea y a la econom¨ªa de libre mercado. La ventaja de Jadot son sus credenciales ecologistas desde hace d¨¦cadas ¨Dfue dirigente de Greenpeace en Francia¨D, la relativa novedad de su rostro en la escena francesa, y el auge de la marca ecologista en comparaci¨®n con el declive del Partido Socialista. La ventaja de Hidalgo es su experiencia de gobierno en una gran ciudad como Par¨ªs, donde ha gobernado en alianza con los verdes y puede presentar resultados tangibles: ha impulsado una revoluci¨®n ecol¨®gica con la apertura de carriles bicis y la incipiente expulsi¨®n del autom¨®vil del centro urbano.
El interrogante es, primero, si Jadot anular¨¢ a Hidalgo, si ocurrir¨¢ justo lo contrario o si ambos se anular¨¢n mutuamente. Hay sondeos que les dan a ambos un apoyo por debajo del 10%, muy lejos de pasar a la segunda vuelta a la que concurren los dos candidatos m¨¢s votados. El segundo interrogante es si, finalmente, uno de los dos acabar¨¢ retir¨¢ndose para apoyar al otro en forma de ticket (uno candidato y otro de segundo en la lista) o coalici¨®n. Los sondeos de los pr¨®ximos meses dar¨¢n pistas para el desempate. Jadot, ya elegido candidato en las primarias verdes de 2017, acab¨® retir¨¢ndose en favor del candidato socialista, Beno?t Hamon. Hoy podr¨ªa considerar que le corresponde a Hidalgo cederle la plaza y que por fin su turno ha llegado.
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