Xi Jinping promete la reunificaci¨®n ¡°completa¡± con Taiw¨¢n
El presidente chino afirma que la uni¨®n entre ambas es una ¡°tarea hist¨®rica¡± que ¡°debe conseguirse y se conseguir¨¢¡±
El presidente chino, Xi Jinping, ha prometido la futura unificaci¨®n ¡°pac¨ªfica¡±, pero ¡°completa¡±, entre la China continental y Taiw¨¢n. Una declaraci¨®n que llega en medio de crecientes tensiones entre ambos lados del estrecho. Una semana antes, aviones del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n hab¨ªan penetrado casi 150 veces en cuatro d¨ªas la zona de defensa a¨¦rea de la isla, provocando una airada reacci¨®n de Taip¨¦i ¨D¡°abuso¡±, lo declar¨® su gobierno¨D y de su gran aliado, Estados Unidos, que lo calific¨® de ¡°provocaci¨®n¡±.
¡°La tarea hist¨®rica de la completa unificaci¨®n de la madre patria debe conseguirse, y desde luego que se conseguir¨¢¡±, subrayaba Xi en un discurso en el Gran Palacio del Pueblo para conmemorar el 110 aniversario del levantamiento, en Wuhan, que precipitar¨ªa la ca¨ªda de la China imperial y la llegada de la Rep¨²blica. Esa conmemoraci¨®n es, en Taiw¨¢n, el equivalente a su d¨ªa nacional.
Taiw¨¢n replicaba poco despu¨¦s insistiendo en que China debe abandonar su ¡°coerci¨®n¡±, que considera la ra¨ªz de los problemas entre Pek¨ªn y Taip¨¦i. La isla conmemorar¨¢ este domingo el aniversario con un desfile militar anual. En ¨¦l, la presidenta, Tsai Ing-wen, pronunciar¨¢ un discurso donde seg¨²n ha adelantado la agencia Reuters expresar¨¢ la determinaci¨®n de la isla a defenderse a s¨ª misma y a no retroceder en lo que respecta a la soberan¨ªa.
Los discursos de los dos l¨ªderes cierran una semana en la que las tensiones, siempre a flor de piel a ambos lados del estrecho, se han puesto al rojo vivo entre Pek¨ªn y Taip¨¦i. Aunque las incursiones a¨¦reas se han convertido en algo casi diario en el ¨²ltimo a?o, nunca hab¨ªan alcanzado tal volumen de una sola vez. En las cuatro primeras jornadas de octubre, batieron en tres ocasiones el r¨¦cord de sobrevuelos diarios. Aviones caza, de detecci¨®n de submarinos y vigilancia, y una cincuentena de bombarderos con capacidad nuclear.
Este mi¨¦rcoles, el ministro de Defensa taiwan¨¦s, Chiu Kuo-cheng, aseguraba que Pek¨ªn estar¨¢ en condiciones de invadir con ¨¦xito la isla para 2025, en una sesi¨®n parlamentaria para examinar una propuesta de presupuesto militar extraordinario por valor de unos 8.900 millones de d¨®lares. Chiu tambi¨¦n describ¨ªa la situaci¨®n actual como ¡°la m¨¢s sombr¨ªa¡± entre China y Taiw¨¢n en sus 40 a?os de experiencia militar.
Las incursiones parec¨ªan responder, por un lado, al desarrollo de unas grandes maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y pa¨ªses amigos en la zona; unos ejercicios que, a su vez, llegaban despu¨¦s del anuncio de la alianza de seguridad entre EE UU, Australia y el Reino Unido conocida como Aukus. Y, por otro lado, tras un a?o en el que la relaci¨®n entre Washington y Taip¨¦i se ha ido estrechando, servir de advertencia contra un mayor apoyo estadounidense ¨Do de sus aliados: esta semana han visitado la isla el antiguo primer ministro australiano Tony Abbott y un grupo de parlamentarios franceses¨D que impulse la independencia de Taiw¨¢n. Las incursiones tambi¨¦n parec¨ªan tener un contenido interno: la primera de ellas lleg¨® el 1 de octubre, el d¨ªa nacional chino.
¡°Son, en parte, un ejercicio militar, destinado a desarrollar las capacidades del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n¡±, y en parte una guerra psicol¨®gica destinada a intimidar al pueblo taiwan¨¦s e impedir que busquen un estatus m¨¢s independiente¡±, se?ala por correo electr¨®nico Shelley Rigger, catedr¨¢tica de Ciencia Pol¨ªtica en Davidson College y autora del libro Why Taiwan Matters (¡±Por qu¨¦ Taiw¨¢n importa¡±). Las incursiones permiten a las fuerzas chinas obtener inteligencia sobre la respuesta taiwanesa, y suponen un fuerte desgaste para la fuerza a¨¦rea de la isla.
Tambi¨¦n, apunta Rigger, ¡°Pek¨ªn est¨¢ preocupada porque Taiw¨¢n est¨¦ intensificando sus esfuerzos por lograr un apoyo internacional, lo que puede hacer m¨¢s dif¨ªcil impedir la independencia de Taiw¨¢n. Y Pek¨ªn est¨¢ particularmente preocupada por Estados Unidos y la posibilidad de que abandone su compromiso con la pol¨ªtica de una sola China¡±, por la que reconoce al Gobierno de Pek¨ªn y dej¨® de mantener relaciones diplom¨¢ticas formales con el de Taip¨¦i.
Porque Taiw¨¢n, autogobernada y democr¨¢tica, representa el inter¨¦s m¨¢s fundamental del Gobierno chino. Desde el final de la guerra civil en 1949, la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica Popular en la China continental y la huida a la isla de las tropas nacionalistas de Chiang Kai-shek, Pek¨ªn no ha dejado de considerarla parte inalienable de su territorio, y siempre ha declarado su voluntad de unificaci¨®n, por la fuerza si es necesario.
Pero Tsai Ing-wen considera que el futuro de la isla debe ser decidido por sus habitantes. Y seg¨²n las encuestas, tan solo un 4,7% de los 24 millones de residentes es partidario de una integraci¨®n con China. Un 50,3% est¨¢ a favor de mantener el statu quo tal y como est¨¢ y un 38,9% es partidario de la independencia, de acuerdo con un sondeo de la Taiwan New Constitution Foundation divulgado en agosto.
Y la isla se encuentra en el n¨²cleo de la rivalidad entre China y Estados Unidos en el Pac¨ªfico. Para Pek¨ªn, controlarla no solo es una cuesti¨®n de orgullo nacional, la recuperaci¨®n del ¨²ltimo territorio perdido durante el siglo de humillaci¨®n a manos de las potencias extranjeras. Tambi¨¦n es una cuesti¨®n estrat¨¦gica: lo que el general Douglas McArthur describi¨® como un portaaviones insumergible se interpone en el acceso de la flota china al Pac¨ªfico.
Para Washington, de la misma manera, Taiw¨¢n representa la llave de su control de este oc¨¦ano. Y defenderla supone no solo una cuesti¨®n estrat¨¦gica, sino una prueba de su compromiso con sus aliados. Esta semana, la portavoz de la Casa Blanca insist¨ªa en que el apoyo estadounidense a la isla es ¡°s¨®lido como una roca¡±.
Pese a las declaraciones altisonantes de uno y otro lado, ambas partes mantienen la cautela. A diferencia de otros momentos de tensi¨®n, los aviones chinos no han llegado a cruzar en sus incursiones la mediana sobre el estrecho, la l¨ªnea que marca la frontera oficiosa. En su discurso de este s¨¢bado, Xi se ha mostrado relativamente contenido; en su alocuci¨®n para marcar el centenario del Partido Comunista de China, en julio, hab¨ªa hablado de ¡°aplastar¡± cualquier veleidad independentista taiwanesa.
Los consejeros de seguridad nacional respectivos, el estadounidense Jack Sullivan y el chino Yang Jiechi, se han reunido esta semana en Ginebra para tender puentes. Xi y el presidente estadounidense Joe Biden han acordado reunirse por videoconferencia en las pr¨®ximas semanas. En su discurso, Tsai tambi¨¦n precisar¨¢ que no planea avanzar de manera ¡°precipitada¡±.
Pero, aunque ninguna de las partes quiere que la sangre llegue al r¨ªo -todas se arriesgan a perder mucho en el ¨¢mbito econ¨®mico, diplom¨¢tico y militar-, las actividades militares se intensifican, y s¨ª existe el riesgo de que las constantes tensiones causen un incidente que pueda descontrolarse.
¡°Una mayor actividad militar en torno a Taiw¨¢n aumenta el riesgo de un accidente o un error de c¨¢lculo que ser¨ªa dif¨ªcil de desactivar, subrayando los riesgos de unos lazos EE UU-China mal gestionados que [el presidente estadounidense Joe] Biden y Xi intentan controlar¡±, apunta la consultora Eurasia Group en una nota este s¨¢bado.
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