Pa¨ªses Bajos investiga los lazos de la Iglesia protestante con la esclavitud
Un equipo de historiadores y expertos en teolog¨ªa aborda el papel de los religiosos tras reavivarse el debate nacional sobre el pasado del pa¨ªs como potencia colonial y esclavista
Pa¨ªses Bajos se dispone a revisar parte de su pasado, el de la esclavitud aceptada y justificada por el protestantismo en la ¨¦poca colonial. Un equipo de historiadores y expertos en teolog¨ªa ha iniciado el an¨¢lisis de la justificaci¨®n b¨ªblica del racismo y el uso de esclavos en el seno del protestantismo nacional, as¨ª como su legado en tumbas, iglesias y monumentos. La iniciativa surge tras reavivarse en julio el debate nacional sobre el pasado del pa¨ªs como potencia colonial y esclavista despu¨¦s de que la alcaldesa de ?msterdam, Femke Halsema, del partido ecologista Groen Links (Izquierda Verde), pidiera perd¨®n por esa etapa de la historia en un acto ante el monumento que conmemora el D¨ªa de la Emancipaci¨®n de los esclavos.
En pleno auge econ¨®mico derivado del comercio con ultramar, se impuso la mano de obra esclava en todo tipo de plantaciones. En Pa¨ªses Bajos, el protestantismo era la confesi¨®n oficial en el siglo XVII, y se benefici¨® a trav¨¦s de grandes donaciones hechas por comerciantes esclavistas. El dinero pod¨ªa servir para construir iglesias, pero hubo tambi¨¦n religiosos llevados a las colonias para predicar a la poblaci¨®n blanca que eran pagados con esclavos. Es un pasado lleno de sombras que no se hab¨ªa analizado a fondo y sobre el que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica ha guardado silencio. En 2013, el Consejo Eclesial de Pa¨ªses Bajos, que re¨²ne a cat¨®licos y protestantes, reconoci¨® la responsabilidad de la Iglesia en la esclavitud, pero entonces no hubo una investigaci¨®n hist¨®rica. Esta semana, la Iglesia protestante ha mostrado su deseo de colaborar con el equipo de historiadores y te¨®logos que investigar¨¢n ese pasado. Sus portavoces han declarado: ¡°Es muy importante saber qu¨¦ ocurri¨®¡±. Se trata de un amplio proyecto acad¨¦mico que espera aclarar lo que se hizo en nombre de esta confesi¨®n en v¨ªsperas del 150? aniversario de la liberaci¨®n definitiva de los esclavos por parte del pa¨ªs, en 2023.
En estos momentos, el repaso del legado colonial internacional alcanza desde el movimiento antirracista Black Lives Matter, a la restituci¨®n de obras de arte africanas sacadas de las antiguas colonias. Desde el debate sobre la presencia -en los templos- de tumbas de mercaderes que se hicieron ricos con el esfuerzo de los esclavos, a la pertinencia de estatuas de pr¨®ceres cuyo pasado es igualmente oscuro. En el seno del protestantismo holand¨¦s, la reflexi¨®n sobre esta parte de su historia se concentra hoy en iglesias peque?as con fieles de diversos or¨ªgenes, muchos de ellos procedentes de antiguas colonias como Surinam (Sudam¨¦rica), Indonesia, o bien Curazao y Bonaire (El Caribe). Su impulso desde la base ha sido esencial para que la Iglesia protestante de Pa¨ªses Bajos, que representa a cerca de 1,8 millones de fieles, se abra a revisar una larga etapa ¡°en la que las propias ideas religiosas apoyaron la esclavitud con teor¨ªas sobre la inferioridad de los hombres negros¡±, dice Heleen Zorgdrager, de la Universidad Protestante de Teolog¨ªa, que lidera la investigaci¨®n.
En conversaci¨®n telef¨®nica, la te¨®loga explica que por lo menos hasta el siglo XIX ¡°se usa la Biblia para legitimar la esclavitud sosteniendo que la poblaci¨®n negra y los nativos eran seres humanos de otro tipo; menos importantes¡±. ¡°Aunque hoy ya hemos apartado de nuestra religi¨®n, cultura y teolog¨ªa la idea de la superioridad blanca, el reto consiste en c¨®mo se relaciona una Iglesia protestante formada por los antiguos due?os de esclavos con sus descendientes. Es un asunto dif¨ªcil que no se ha debatido en la sociedad holandesa¡±, a?ade.
El Rijksmuseum, de ?msterdam, ha dedicado este a?o la primera muestra de su clase a la esclavitud colonial. Algunos de los grabados de plantaciones que present¨® sorprend¨ªan por la ausencia de esclavos. Los artistas sol¨ªan evitarlos en sus obras, primando los espacios abiertos y la sensaci¨®n de amplitud. Entretanto, en la metr¨®poli, los ricos que ten¨ªan acciones en plantaciones esclavistas patrocinaban a la Iglesia protestante a trav¨¦s de donaciones. ¡°Pagaban la construcci¨®n de un templo, el ¨®rgano o bien al predicador que era trasladado a la colonia. All¨ª, ese religioso pod¨ªa tener esclavos en su servicio dom¨¦stico e incluso tierras trabajadas por estos. La teolog¨ªa predominante del momento no censuraba dichas pr¨¢cticas. Solo hacia el final de la esclavitud empez¨® a haber discusiones m¨¢s amplias sobre dicho proceder¡±, sigue Zorgdrager.
La secuencia misma de la abolici¨®n fue lenta y penosa. El tr¨¢fico de esclavos fue prohibido en Pa¨ªses Bajos en 1814, pero no se aplic¨® durante a?os. La esclavitud fue abolida en 1863, aunque durante la d¨¦cada siguiente los esclavos liberados siguieron trabajando para que sus antiguos amos no perdieran dinero. No dejaron de ser vistos como una inversi¨®n. En 1873, fueron libres formalmente.
Dienke Hondius, historiadora especializada en la historia de la esclavitud en la Vrije Universiteit (Universidad Libre) de ?msterdam se ocupa de analizar la herencia material en el protestantismo holand¨¦s. Se trata de estudiar y cartografiar la parte visible, desde los templos y las vidrieras a las tumbas, y explica que las poderosas Compa?¨ªas de las Indias Orientales y Occidentales escog¨ªan a sus predicadores protestantes para llevarlos a ultramar. Ambas empresas dominaron el comercio y el tr¨¢fico de esclavos en el siglo XVII desde ?frica del Sur y Asia a Brasil y El Caribe, ¡°y estos religiosos cubr¨ªan las pr¨¦dicas de la poblaci¨®n blanca de las colonias. Durante mucho tiempo, no hubo una labor misionera, m¨¢s frecuente entre el clero cat¨®lico de Espa?a o Portugal¡±, se?ala al tel¨¦fono. En el caso holand¨¦s, la Iglesia cat¨®lica tuvo menos protagonismo dado que era tolerada pero no oficial en esos momentos.
La historiadora recuerda el caso de Balthasar Coymans (1652-1686), comerciante y traficante de esclavos, que ten¨ªa permiso para llevarlos a las colonias espa?olas. ¡°La antigua casa familiar est¨¢ en los canales de ?msterdam y es una de las m¨¢s llamativas. ?l fue enterrado luego en la iglesia cercana, Westerkerk¡±. Este tipo de sepulcros, as¨ª como otros monumentos funerarios forman parte del estudio porque generan dolor, o al menos sentimientos encontrados. Lo mismo ocurre con algunas estatuas de personajes que se lucraron con la esclavitud. El dilema es aqu¨ª el mismo que en otros pa¨ªses: retirarlas o mantenerlas con una explicaci¨®n.
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