Portugal pierde el equilibrio
La inesperada crisis pol¨ªtica desbarata la imagen de estabilidad institucional del pa¨ªs, construida en parte sobre la complicidad entre el presidente de la Rep¨²blica y el primer ministro a pesar de sus divergencias ideol¨®gicas
Poco despu¨¦s de que los diputados portugueses tumbasen el mi¨¦rcoles los presupuestos del Estado dise?ados por el Gobierno socialista para 2022, el presidente de la Rep¨²blica sali¨® a la calle en el barrio de Bel¨¦m, en Lisboa, donde se ubica su residencia oficial. Los periodistas que le segu¨ªan se preguntaban ad¨®nde se dirigir¨ªa Marcelo Rebelo de Sousa despu¨¦s del momento hist¨®rico que acababa de vivirse en el Parlamento, donde por primera vez un Ejecutivo fracasaba en su intento de aprobar las cuentas p¨²blicas. A la altura de un cajero, el presidente de la Rep¨²blica se detuvo, desdobl¨® un papel e inici¨® la operaci¨®n que hacen a diario miles de portugueses: pagar alguna factura pendiente a trav¨¦s de la red Multibanco. Una de las pocas cosas que esta crisis que ha removido la vida pol¨ªtica portuguesa no se ha llevado por delante es la personalidad del jefe del Estado.
Pero incluso Rebelo de Sousa, cuya popularidad es extraordinaria, ha salido erosionado de la fractura pol¨ªtica que ha colocado a Portugal a la puerta de unas elecciones anticipadas en el ecuador de la legislatura y ha sacudido la imagen de estabilidad que rodeaba al pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os. A pesar de roces, el entendimiento entre el presidente de la Rep¨²blica, que procede del Partido Social Dem¨®crata (PSD, centroderecha, principal fuerza de la oposici¨®n), y el primer ministro socialista, Ant¨®nio Costa, ha contribuido a reforzar la proyecci¨®n internacional de Portugal como un pa¨ªs del que no se esperan sorpresas a la hora del desayuno. El PSD gan¨® las elecciones en 2015, pero la alianza que Costa teji¨® con el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP) le permiti¨® convertirse en primer ministro. Aquel pacto, la famosa geringon?a, rompi¨® el tab¨² pol¨ªtico portugu¨¦s que imped¨ªa buscar la estabilidad a la izquierda de la izquierda y que solo se hab¨ªa ensayado en ayuntamientos. ¡°La izquierda no est¨¢ condenada a ser el partido de la protesta¡±, volvi¨® a decir esta semana Costa en el Parlamento.
Es dif¨ªcil encontrar a alguien que salga bien librado de esta crisis. Ni siquiera Rebelo de Sousa, al que algunos responsabilizan por haber condicionado la votaci¨®n de la Asamblea al avisar de que convocar¨ªa elecciones si ca¨ªan los presupuestos. En su editorial del viernes, el director de P¨²blico, Manuel Carvalho, consider¨® un error de c¨¢lculo creer que ¡°la amenaza de una disoluci¨®n de la Asamblea ser¨ªa un argumento suficientemente disuasorio para hacer entrar en raz¨®n al Bloco y al PCP¡±. Y, en el barullo de lo que iba a pasar y los efectos que tendr¨ªan unas elecciones anticipadas en el calendario de primarias de su familia pol¨ªtica, recibi¨® el martes a uno de los aspirantes a liderar el PSD, el eurodiputado Paulo Rangel. ¡°En pol¨ªtica lo que parece es y la sospecha de injerencia en el calendario electoral del partido solo puede merecer cr¨ªticas¡±, abund¨® Carvalho. ¡°Fue evidente que Marcelo es una mano visible en el proceso interno del PSD, lo que resulta grav¨ªsimo y deja muy mal al jefe del Estado¡±, escribi¨® en una tribuna en el mismo peri¨®dico el diputado del PSD, Hugo Carneiro.
De los reproches, Rebelo de Sousa se defendi¨® con lo que siempre le funciona: su personalidad. ¡°El presidente de la Rep¨²blica es como es. Cuando me piden audiencias, las doy, pero eso no es importante para la vida de los portugueses¡±. Este s¨¢bado recibi¨® a Rui Rio, actual presidente del PSD y candidato a la reelecci¨®n, dentro de la ronda de consultas que mantuvo con los nueve partidos pol¨ªticos que cuentan con representaci¨®n parlamentaria para conocer su opini¨®n sobre el adelanto electoral. Rio es partidario de celebrar elecciones lo m¨¢s pronto posible mientras que su rival prefiere retrasarlas todo lo que se pueda. La decisi¨®n que adopte el presidente de la Rep¨²blica ser¨¢ escudri?ada con lupa partidista en el PSD.
Una de las paradojas de esta crisis es que casi todos los partidos que votaron en contra de los Presupuestos, a derecha e izquierda, preferir¨ªan que no se anticipasen las elecciones. Adem¨¢s del proceso desgarrador que vive el PSD, tambi¨¦n el CDS (Centro Democr¨¢tico Social, derecha) est¨¢ en plena batalla interna entre su actual l¨ªder, Francisco Rodrigues dos Santos, y el eurodiputado Nuno Melo, aunque este viernes se decidi¨® postergar el congreso previsto para noviembre hasta despu¨¦s de las elecciones legislativas. Incluso Chega, el partido ultra de Andr¨¦ Ventura que solo tiene un diputado y perspectivas de subida, est¨¢ pendiente de un proceso interno para adaptar sus estatutos tras una decisi¨®n judicial.
El Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugu¨¦s, antiguos socios preferenciales de Costa, prefieren que se busque una alternativa. ¡°Nada obliga a que haya elecciones. El Gobierno debe procurar ejecutar el Presupuesto que est¨¢ en vigor, no es un drama si algunos meses se gestiona en duod¨¦cimos, ya tuvimos esta situaci¨®n en 2016¡±, se?al¨® Vasco Cardoso, uno de los representantes del PCP en la fracasada negociaci¨®n de los presupuestos, en una entrevista en el Di¨¢rio de Not¨ªcias. Tambi¨¦n el Bloco ha mostrado sus preferencias por la continuidad de la legislatura. Ambas fuerzas acudir¨ªan ahora a las urnas en plena digesti¨®n de su retroceso en las elecciones municipales. Los comunistas, que hist¨®ricamente han tenido una cota de poder local significativa y que se presentaban en coalici¨®n con el Partido Ecologista Os Verdes (PEV), han perdido cinco de sus 24 alcald¨ªas. Por su parte, el Bloco de Esquerda baj¨® de 12 a 4 concejales y fue superado por Chega. En una entrevista al semanario Expresso, la l¨ªder del Bloco, Catarina Martins, defendi¨® el voto negativo a los presupuestos pero admiti¨® que no esperaban una disoluci¨®n de la C¨¢mara. ¡°Ahora sigo pensando que existe en Portugal una mayor¨ªa pol¨ªtica que puede y debe entenderse para cuestiones fundamentales de empleo y salud¡±, afirm¨®.
Con una abstenci¨®n hist¨®rica del 46%, tambi¨¦n los socialistas anotaron un mal resultado municipal. A pesar de que volvi¨® a ser la fuerza m¨¢s votada, la p¨¦rdida de Lisboa, Coimbra y Funchal a favor de las coaliciones capitaneadas por el PSD hizo pensar en el inicio de un cambio de ciclo pol¨ªtico hacia la derecha. La victoria en Lisboa de la plataforma del antiguo comisario europeo Carlos Moedas (PSD) fue una sorpresa para todos. Ni las encuestas ni los analistas le ve¨ªan opciones. Gan¨® por 2.300 votos pero le bastaron para llevarse por delante al alcalde socialista, Fernando Medina, uno de los potenciales sucesores de Costa.
No es por tanto un momento dulce para el PS, pero el vendaval pol¨ªtico de los ¨²ltimos d¨ªas puede beneficiarles. Costa perdi¨® la votaci¨®n pero est¨¢ ganando el relato. Son sus antiguos socios quienes est¨¢n cargando con la responsabilidad de la crisis. Puede que el primer ministro, curtido hacedor de puzles, apreciase la oportunidad que se le abr¨ªa tras el varapalo antes que nadie. Acudi¨® al debate parlamentario sin medidas de ¨²ltima hora que pudieran ayudar a cambiar el voto de los comunistas, no explor¨® la v¨ªa de agua que abr¨ªan los diputados de Madeira en el PSD tras ofrecerse a negociar y el lunes convoc¨® un consejo extraordinario de ministros que acab¨® a medianoche y donde ya se abord¨® el nuevo escenario pol¨ªtico preelectoral. Los signos de recuperaci¨®n econ¨®mica (el PIB creci¨® un 2,9% en el tercer trimestre y la tasa de paro fue en el segundo trimestre del 6,7%), la llegada de los fondos de recuperaci¨®n de Bruselas y la crisis de liderazgo del PSD favorecen al PS, aunque tambi¨¦n se aproximen nubarrones debido a la crisis energ¨¦tica, el descontrol de la inflaci¨®n y, latentes, las discrepancias internas sobre si los socialistas deber¨ªan haber cedido m¨¢s a la izquierda.
El escenario que salga de las urnas, sin embargo, podr¨ªa no diferir demasiado del actual y dar una victoria escasa que fuerce nuevos entendimientos a derecha (si gana el PSD) o izquierda (si lo hace el PS) y dificulte la estabilidad. Lo ocurrido, en opini¨®n de la soci¨®loga Maria Filomena M¨®nica, agudiza la necesidad de una reforma de la ley electoral para que los electores voten en listas abiertas a los diputados y la fidelidad al jefe del partido deje de ser la norma. ¡°El Parlamento es visto como un club de privilegiados an¨®nimos. La sociedad considera que lo que all¨ª ocurre, incluida la reciente votaci¨®n sobre los presupuestos, es otro de sus juegos. Es una pena, porque el asunto es grave. Todo ha ocurrido dentro de las reglas democr¨¢ticas, pero despu¨¦s de 50 a?os de democracia, deber¨ªamos exigir una reforma seria de la ley electoral¡±.
Si las urnas se imitan a s¨ª mismas, volver¨¢ a ser un tiempo de di¨¢logo forzoso. En el Parlamento y entre las instituciones. A la vista de lo ocurrido esta semana, parece m¨¢s dif¨ªcil el entendimiento entre la izquierda que entre Rebelo de Sousa y Costa. Si durante la pandemia, el jefe del Estado se aline¨® con todas las decisiones importantes del primer ministro incluso cuando no las compart¨ªa del todo, durante las pasadas elecciones de enero para la presidencia de la Rep¨²blica, la direcci¨®n socialista no apoy¨® a su candidata Ana Gomes y celebr¨® durante la noche electoral la reelecci¨®n de Marcelo Rebelo de Sousa.
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