Los talibanes bloquean la actividad de las trabajadoras humanitarias en Afganist¨¢n
La organizaci¨®n de derechos Human Rights Watch denuncia que las limitaciones de los fundamentalistas est¨¢n agravando la crisis humana en el pa¨ªs asi¨¢tico
La organizaci¨®n de derechos Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este jueves que los talibanes est¨¢n bloqueando la actividad de las trabajadoras humanitarias en Afganist¨¢n. Aunque los islamistas no tienen un criterio uniforme en todo el pa¨ªs, las limitaciones que imponen al trabajo de la mujer ¡°est¨¢n empeorando la crisis humana¡±. Las consecuencias son particularmente graves para los hogares a cargo de mujeres viudas o divorciadas.
HRW ha llegado a esa conclusi¨®n tras analizar los acuerdos alcanzados por las diferentes agencias de la ONU con los talibanes en las 34 provincias afganas y que han sido recopilados por la Oficina de Coordinaci¨®n Humanitaria de Naciones Unidas. De acuerdo con esos datos, a fecha del pasado 28 de octubre, solo los responsables de tres provincias hab¨ªan facilitado un acuerdo escrito autorizando a las trabajadoras humanitarias a ejercer su funci¨®n.
En m¨¢s de la mitad del pa¨ªs, las afganas empleadas en las agencias de la ONU (y por extensi¨®n en las ONG) afrontan graves restricciones, como el requisito de que tengan que ir a trabajar acompa?adas por un hombre de su familia. Tal exigencia, que imponen los responsables de 16 provincias, ¡°hace dif¨ªcil si no imposible que hagan su trabajo de forma efectiva¡±, denuncia HRW.
Adem¨¢s, reflejo de las propias discrepancias entre los talibanes, los criterios var¨ªan seg¨²n la provincia, lo que complica la tarea de asistencia. En Badghis, por ejemplo, les han prohibido cualquier actividad. En Bamiy¨¢n y Daikundi, les dejan participar en la recogida de informaci¨®n, pero no en la entrega de ayuda. En 11 provincias, solo pueden trabajar en programas de sanidad y educaci¨®n. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de esos acuerdos son orales, lo que deja a las trabajadoras a expensas del guerrillero de turno, lo que genera una gran incertidumbre.
Desde que los talibanes se hicieron con el poder el pasado 15 de agosto, las afganas han perdido la mayor¨ªa de los avances que hab¨ªan logrado en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Juezas, fiscales, directoras generales, profesoras universitarias, militares, polic¨ªas o simples funcionarias se quedaron sin trabajo. Los fundamentalistas les dejaron claro que no hab¨ªa lugar para ellas en la nueva administraci¨®n, aunque ante la presi¨®n internacional utilizaron el argumento de que preparaban medidas que garantizaran su seguridad.
Solo el riesgo de colapso en los hospitales les hizo autorizar la vuelta al trabajo de m¨¦dicas, enfermeras y comadronas. Con la reapertura de las escuelas primarias, tambi¨¦n se reincorporaron las maestras, aunque la ense?anza secundaria p¨²blica sigue cerrada para las chicas. Adem¨¢s, en Kabul, dieron una gran difusi¨®n a que un peque?o grupo de mujeres volvieran a trabajar en el aeropuerto, para ocuparse del cacheo a las pasajeras, algo que entra dentro de las actividades que solo pueden ejercer las f¨¦minas.
La situaci¨®n alarm¨® a la ONU, una parte importante de cuyo personal local est¨¢ compuesto por mujeres. Los talibanes, necesitados de la ayuda internacional, dieron garant¨ªas de acceso y seguridad al jefe de la Oficina Humanitaria en septiembre. Pero el trabajo de las empleadas locales no estaba incluido.
¡°Permitir que las trabajadoras humanitarias hagan su trabajo sin restricciones no se debe a que las agencias o los donantes impongan condiciones a la asistencia, sino a una necesidad operativa para poder ofrecerla¡±, se?ala Heather Barr, directora asociada de derechos de la mujer de HRW. Barr recuerda que las restricciones de los talibanes ¡°est¨¢n impidiendo que la ayuda necesaria para salvar vidas llegue a los afganos, especialmente a mujeres, ni?as y hogares encabezados por mujeres¡±.
Debido a las cuatro d¨¦cadas de conflicto, Afganist¨¢n tiene 2,5 millones de viudas, la mayor¨ªa de las cuales es la ¨²nica fuente de ingresos para sus familias. Adem¨¢s de no poder trabajar, el sistema de segregaci¨®n sexual impuesto por los talibanes les dificulta tambi¨¦n el acceso a las organizaciones que pueden facilitarles ayuda. De ah¨ª el importante papel de las trabajadoras humanitarias no solo para evaluar las necesidades de mujeres y ni?as, sino tambi¨¦n para acceder a los hogares sin un var¨®n al frente.
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