Israel suspende la subasta de una m¨¢quina para tatuar a prisioneros en Auschwitz
Supervivientes del Holocausto impugnan la venta del artefacto del campo de concentraci¨®n nazi y piden que sea depositado en un museo
La memoria de la tragedia ha revivido en Israel con el anuncio de una casa de subastas de Jerusal¨¦n de sacar a licitaci¨®n un artefacto (unas placas con agujas intercambiables) usado para tatuar a los prisioneros del centro de exterminio de Auschwitz un n¨²mero en el antebrazo, uno de los s¨ªmbolos m¨¢s visibles del Holocausto. Un tribunal de Tel Aviv suspendi¨® el mi¨¦rcoles la puja, que estaba previsto que fuera rematada el pr¨®ximo martes, a petici¨®n del Centro de Organizaciones de Supervivientes de la Soah en Israel. Los jueces ha fijado una vista el d¨ªa 16 para decidir si la venta en almoneda de reliquias del exterminio de m¨¢s de un mill¨®n de jud¨ªos del m¨¢s conocido campo de concentraci¨®n en Polonia bajo la ocupaci¨®n nazi, adem¨¢s de ¡°moralmente inaceptable¡± ¡ªcomo alega Yad Vashem, el Centro y Museo del Holocausto en Jerusal¨¦n¡ª, es tambi¨¦n ilegal.
Auschwitz fue el ¨²nico de los campos de concentraci¨®n nazi en el que se marc¨® con tinta a los m¨¢s de seis millones de jud¨ªos y cientos de miles de gitanos y otras minor¨ªas asesinados bajo el Tercer Reich en la llamada ¡°soluci¨®n final¡± durante la Segunda Guerra Mundial. De la m¨¢quina de tatuar sacada a subasta en Jerusal¨¦n solo existen otros dos ejemplares: uno en el Museo M¨¦dico Militar de San Petersburgo y otro en el centro memorial abierto en mismo recinto que ocupaba el campo de exterminio en Polonia. Fue fabricada por la empresa alemana de productos sanitarios Aesculap y cuenta con juegos de agujas de tatuar intercambiables, que conforman una especie de sello para estampar con tinta un n¨²mero sobre la piel de los prisioneros. Viene acompa?ada de un libro de instrucciones.
La casa de subastas Tzolman esperaba obtener entre 30.000 y 40.000 euros en la licitaci¨®n, de la que se reservaba un porcentaje del 25% por gastos de gesti¨®n. Cuando los agentes judiciales se presentaron en su sede de Jerusal¨¦n para suspenderla, la puja en l¨ªnea a trav¨¦s de internet y llamadas telef¨®nicas rozaba los 3.000 euros.
¡°Este horroroso objeto del mal no puede tener un propietario privado. Su venta es ilegal y va contra la doctrina de moral p¨²blica, ya que es una prueba de cr¨ªmenes cometidos por los nazis¡±, denunci¨® el abogado David Foher en nombre del Centro de Organizaciones de Supervivientes del Holocausto. La presidenta del centro, Colette Vital, clam¨® tambi¨¦n en la prensa hebrea contra la subasta de un artefacto ¡°que convert¨ªa a seres humanos en n¨²meros para cometer uno de los cr¨ªmenes m¨¢s crueles¡±, y exigi¨® que fuera depositada en un museo.
Meir Tzolman, due?o de la casa de subastas y nieto de supervivientes del Holocausto que fueron tatuados, aleg¨® a su vez que la intenci¨®n del coleccionista privado no identificado que se desprend¨ªa de la placa es que ¡°uno de los restos m¨¢s impactantes del Holocausto acabe en las manos adecuadas y no desaparezca de las p¨¢ginas de la historia¡±. ¡°Tratamos de despertar la atenci¨®n sobre esta situaci¨®n y no buscamos minimizar la tragedia¡±, argument¨® en declaraciones a la radio estatal. En Israel no existe una legislaci¨®n espec¨ªfica que impida la venta de objetos usados durante la Soah. En 2019, un tribunal de Tel Aviv prohibi¨® la venta de una carta escrita por una ni?a asesinada en un campo de concentraci¨®n.
¡°La compraventa de estos elementos es moralmente inaceptable¡±, sostuvo Dani Dayan, presidente de Yad Vashem, quien se mostr¨® partidario de que la Kneset (el Parlamento israel¨ª) legisle sobre la materia. ¡°Las subastas solo sirven para fomentar la proliferaci¨®n de falsificaciones por parte de traficantes codiciosos¡±, advirti¨® a trav¨¦s de Twitter el responsable del Centro y Museo del Holocausto, con sede en Jerusal¨¦n.
¡°Por principio, Yad Vashem se opone a la existencia de un mercado sobre objetos procedentes del Holocausto y no los adquiere¡±, puntualiz¨® Dayan. ¡°Las numerosas donaciones que recibimos superan a las subastas que se organizan espor¨¢dicamente. La soluci¨®n a este problema pasa, no obstante, por la aprobaci¨®n de normas que regulen que estos restos acaben en lugares adecuados para su estudio como Yad Vashem¡±, enfatiz¨® en las redes sociales.
La pugna legal que ha revivido ahora la memoria del Holocausto en Israel evoca la trama de la obra de la escritora australiana Heather Morris El tatuador de Auschwitz (editado por Espasa en espa?ol). La novela est¨¢ basada en el testimonio del jud¨ªo eslovaco Lale Sokolov, internado en el campo de concentraci¨®n nazi en Polonia en 1942. En medio de una pol¨¦mica sobre su exactitud hist¨®rica, el texto fue descrito por sus editores como ¡°un h¨ªbrido poco com¨²n entre una biograf¨ªa y una ficci¨®n hist¨®rica¡± en declaraciones a The New York Times.
Para sobrevivir, Sokolov tuvo que tatuar a miles de prisioneros que ingresaban en el centro de exterminio, como la tambi¨¦n eslovaca Gita Furman. Ambos se casaron y emigraron a Australia tras la Segunda Guerra Mundial en un ¨¦xodo descrito en la novela. En una entrevista concedida a la prensa australiana en 1996, antes de su muerte, el que fuera tatuador en Auschwitz reconoci¨® que tuvo que intercambiar bienes con los guardianes y jefes nazis del campo concentraci¨®n para poder seguir con vida.
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