Elecciones regionales en Venezuela
EE UU y sus aliados occidentales han sustentado su pol¨ªtica de sanciones al Gobierno venezolano en las acusaciones de fraude electoral. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si las misiones de observaci¨®n concluyen que los comicios de este domingo han sido transparentes?
En condiciones normales, las elecciones regionales y municipales en Venezuela no ocupar¨ªan titulares en las noticias internacionales. Sin embargo, puede que los comicios de este domingo sean unos de los m¨¢s importantes de la historia reciente del pa¨ªs. No tanto por el resultado que puedan arrojar sino por el proceso en s¨ª mismo, pues de ¨¦l depender¨¢ tanto el camino que tomar¨¢ el pa¨ªs como la naturaleza de su relaci¨®n con la llamada comunidad internacional.
Durante a?os, las potencias occidentales han supeditado la normalizaci¨®n de sus relaciones con el Gobierno venezolano a la realizaci¨®n de elecciones libres y justas. Ahora que la Uni¨®n Europea y Naciones Unidas han enviado sendas misiones de observaci¨®n electoral a Caracas ?Qu¨¦ pasar¨¢ si estas concluyen que el proceso ha sido transparente? ?Tendr¨¢n los Estados Unidos y sus aliados la madurez suficiente para respetar y aceptar los resultados y sus consecuencias, incluso si son favorables al chavismo y a Maduro?
Estados Unidos y algunos de sus aliados occidentales han utilizado las acusaciones de fraude electoral como base de su pol¨ªtica de sanciones unilaterales contra Venezuela durante los ¨²ltimos a?os. La iron¨ªa de esto no pasa desapercibida para nadie, pues buena parte del partido republicano en Estados Unidos considera hasta hoy que la elecci¨®n del presidente de su propio pa¨ªs, Joe Biden, fue producto de un proceso electoral ama?ado. Quienes est¨¢n dispuestos a cantar fraude en Estados Unidos s¨®lo porque el resultado de las urnas les ha sido adverso deber¨ªan al menos abstenerse de darle lecciones al mundo en materia de pulcritud electoral.
Por lo pronto, la noticia m¨¢s destacable de este proceso electoral venezolano es que absolutamente todos los partidos pol¨ªticos han decidido participar. Adem¨¢s de las ya mencionadas misiones enviadas por la UE y la ONU, fundaciones estadounidenses como el Centro Carter o agrupaciones partidistas latinoamericanas como COPPAL acompa?ar¨¢n el proceso. Tal avance ha sido posible gracias a la designaci¨®n, a principios de a?o, de un Consejo Nacional Electoral (CNE) con representaci¨®n del chavismo y de la oposici¨®n, fruto de un acuerdo logrado en el seno de la nueva Asamblea Nacional venezolana, la cual sin embargo los occidentales se han negado a reconocer.
Estas elecciones, junto a un proceso de di¨¢logo que abarca desde la oposici¨®n pol¨ªtica hasta el empresariado privado agremiado en Fedecamaras, marcan un punto de inflexi¨®n. Y en todo caso demuestran el rechazo generalizado de la sociedad venezolana a la pol¨ªtica de sanciones unilaterales, confrontaci¨®n y boicot con la que se ha abordado desde el exterior el tema venezolano.
Antes de que se haya emitido el primer voto, las elecciones ya est¨¢n siendo criticadas por saboteadores de oficio que, desde Estados Unidos, han dejado claro que no aceptar¨¢n los resultados a menos que sean conformes a sus intereses. Se trata de los mismos que abogan por imponer m¨¢s sanciones, intensificar el bloqueo econ¨®mico, y a veces incluso sue?an con una intervenci¨®n militar. Algunos de estos extremistas no han dudado en amenazar a la propia Uni¨®n Europea por atreverse a tomar el camino de la reconciliaci¨®n y el compromiso.
El presidente Nicol¨¢s Maduro, por su parte, ha dado se?ales claras de querer pasar la p¨¢gina y superar sus diferencias con los pa¨ªses que han impulsado la pol¨ªtica de ¡°cambio de r¨¦gimen¡± en Venezuela. La organizaci¨®n de unas elecciones universalmente aceptadas es parte esencial de este proceso y busca dar garant¨ªas de que no se trata de un compromiso ret¨®rico.
M¨¢s all¨¢ de la diatriba pol¨ªtica, el derecho del pueblo venezolano a vivir una vida normal tiene que ser respetado. Venezuela jam¨¢s ha representado una amenaza para la seguridad ni la paz regional o mundial y, por el contrario, contribuir¨ªa grandemente al equilibrio y a la prosperidad en Am¨¦rica Latina si tan solo se le permitiese normalizar su situaci¨®n. El fracaso de la pol¨ªtica actual es evidente, y este es claramente el momento de operar un cambio de rumbo.
Las sanciones unilaterales de Estados Unidos proh¨ªben la financiaci¨®n o refinanciaci¨®n de cualquier entidad gubernamental venezolana, as¨ª como las exportaciones p¨²blicas de petr¨®leo, recurso que ha representado hist¨®ricamente la inmensa mayor¨ªa de los ingresos del Estado. Las sanciones no s¨®lo han tenido un efecto devastador sobre la econom¨ªa del pa¨ªs, sino que han hecho imposible la financiaci¨®n de sectores fundamentales para el bienestar de los venezolanos como la salud o la educaci¨®n. Por su parte, los excesos en el cumplimiento de dichas medidas por instituciones europeas, en teor¨ªa no sujetas a la legislaci¨®n estadounidense, han agravado el aislamiento del pa¨ªs del sistema financiero mundial.
Por m¨¢s que se les busque justificar con otros argumentos, las sanciones fueron impuestas con el objetivo de generar un colapso econ¨®mico bajo el supuesto de que este provocar¨ªa un cambio de r¨¦gimen. Una pol¨ªtica dise?ada por aprendices de brujo a expensas de los venezolanos, quienes hemos tenido que cargar con las consecuencias de su descabellada hip¨®tesis de laboratorio.
Los efectos negativos de la coerci¨®n impuesta por estas medidas tambi¨¦n se han visto significativamente agravados por la pandemia de Coronavirus. Hasta la fecha de hoy, a Venezuela no se le ha permitido recibir un centavo de la financiaci¨®n de emergencia desplegada por el FMI, ni ha podido acceder de manera efectiva a los 5.000 millones de d¨®lares en Derechos Especiales de Giro que le corresponden, como parte de la emisi¨®n recientemente efectuada por el Fondo para aliviar la carga financiera de la pandemia sobre los Estados miembros. Mientras en los pa¨ªses desarrollados los niveles de deuda p¨²blica y de creaci¨®n monetaria han alcanzado r¨¦cords hist¨®ricos, Venezuela ha tenido que encarar la pandemia sola, sin siquiera poder exportar normalmente sus materias primas.
Los venezolanos, principales afectados por esta situaci¨®n absurda, clamamos por una vuelta a la normalidad de la cual las elecciones de este 21 de noviembre han de participar. Si la Comunidad Internacional quiere contribuir a que las elecciones se desarrollen de la mejor manera posible, debe por supuesto asumir el compromiso de aceptar sus resultados, independientemente de a quien favorezcan. S¨®lo as¨ª empezar¨¢ a alinear su pol¨ªtica con la voluntad soberana expresada democr¨¢ticamente por los venezolanos.
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