Las coaliciones definen el camino a la presidencia de Colombia

El momento de las alianzas ha llegado a la precampa?a electoral de Colombia, que se encamina a un pulso de coaliciones. Los tres grandes bloques en ciernes definir¨¢n el todav¨ªa largo camino a la Casa de Nari?o, el palacio presidencial. Con el izquierdista Gustavo Petro como el rival a batir en cabeza del llamado Pacto Hist¨®rico, la llegada del exministro de Salud Alejandro Gaviria a la rebautizada Coalici¨®n Centro Esperanza, en la que competir¨¢ con Sergio Fajardo, empieza a despejar el panorama de cara a la primera vuelta de las presidenciales, el 29 de mayo de 2022. El Equipo Colombia, todav¨ªa sin favorito claro y m¨¢s escorado a la derecha, a¨²n duda si abrirle la puerta a Oscar Iv¨¢n Zuluaga, el candidato de un uribismo en horas bajas que quiere seguir siendo Gobierno a pesar de la impopularidad del presidente Iv¨¢n Duque.

Con m¨¢s de una docena de aspirantes a presidente solo entre estas tres grandes alianzas, las elecciones para el Congreso del 13 de marzo, que anteceden a las generales, ser¨¢n tambi¨¦n una suerte de primarias para definir a los candidatos y un term¨®metro de la fuerza de cada coalici¨®n.

El rival a batir

En un panorama pol¨ªtico atomizado, Petro es desde hace tiempo el favorito en las encuestas, con m¨¢s del 20% de los apoyos en todas las mediciones. El exalcalde de Bogot¨¢, que hace cuatro a?os perdi¨® en la segunda vuelta ante Duque, ha forjado el Pacto Hist¨®rico a su medida, aunque formalmente competir¨¢ con otras precandidaturas como las del senador Roy Barreras y la l¨ªder ambiental Francia M¨¢rquez.

¡°Es la ¨²nica candidatura consolidada en las encuestas y es una ventaja, porque mientras las otras coaliciones se est¨¢n desgastando en discusiones y negociaciones, Petro est¨¢ haciendo campa?a, visitando pueblos¡±, se?ala el analista Yann Basset. Sin embargo, el izquierdista a¨²n genera muchas resistencias. ¡°Tiene un techo bajo, como dicen los encuestadores, y para ir m¨¢s all¨¢ de este techo necesita mostrar pruebas de respetabilidad¡±, apunta el profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad del Rosario. Por eso ha integrado en su coalici¨®n a varios personajes de la pol¨ªtica tradicional, ajenos a los sectores de izquierda, e incluso a un pastor evang¨¦lico opuesto a las causas progresistas. ¡°Es una necesidad pero al mismo tiempo le trae problemas ante la opini¨®n p¨²blica, que ha cuestionado la vocaci¨®n de renovaci¨®n que tiene esta coalici¨®n. Corre el peligro de perder el rumbo y la identidad¡±, a?ade el acad¨¦mico.

En el ejemplo m¨¢s reciente, el Pacto Hist¨®rico se ha acercado esta semana a Luis P¨¦rez, un cuestionado exgobernador de Antioquia que ha sido elogioso con el expresidente ?lvaro Uribe, adalid de la derecha, y tiene encima diversos cuestionamientos sobre una operaci¨®n militar que se present¨® durante su gesti¨®n en Medell¨ªn, antecedentes muy dif¨ªciles de digerir para los votantes de izquierda. Las cr¨ªticas le han llovido desde distintos sectores, incluso sus propios militantes. ¡°El Pacto Hist¨®rico es entre diferentes, si no, no es Pacto¡±, defendi¨® Petro en sus redes sociales al invocar un ¡°momento excepcional de perd¨®n social¡±.

El potencial de los ¡°nini¡±

Luego de superar meses de desencuentros, en la Coalici¨®n Centro Esperanza est¨¢n convencidos de que este es su momento. En el llamado ¡°c¨®nclave¡± del fin de semana por fin hubo humo blanco. Sus mayores esperanzas est¨¢n depositadas en Sergio Fajardo, que ha sido gobernador de Antioquia y alcalde de Medell¨ªn, y Alejandro Gaviria, que renunci¨® como rector de la Universidad de Los Andes para buscar la presidencia. Ellos parten como favoritos para disputarse la candidatura ¨²nica en la consulta de marzo, mientras Juan Manuel Gal¨¢n, Jorge Enrique Robledo, Carlos Amaya y Juan Fernando Cristo buscan dar la sorpresa. Los seis debatir¨¢n y har¨¢n campa?a juntos, de manera ¡°fraterna y leal¡±, sin ¡°guerra sucia¡±, seg¨²n lo acordado.

Todos invocan la unidad del centro, muy conscientes del precedente de 2018. En ese entonces, Fajardo no quiso medirse en unas primarias ni consigui¨® sellar un acuerdo con Humberto de la Calle ¨Cpor entonces candidato del Partido Liberal, hoy parte de la Coalici¨®n Centro Esperanza¨C y se qued¨® por fuera de la segunda vuelta por apenas 250.000 votos. ¡°Este voluntarismo de no volver a caer en los errores del pasado es bastante fuerte, es lo que permite que a pesar de las diferencias, los egos y dem¨¢s, esta coalici¨®n finalmente haya logrado salir adelante¡±, apunta Basset. El centro puede cortejar el llamado voto de opini¨®n, particularmente de los sectores urbanos, pues muchas de sus figuras han tenido una carrera marcada por el discurso anticorrupci¨®n ¨Cpor momentos antipol¨ªtico¨C. Pero esas mismas trayectorias, alejadas de los partidos, los enfrenta al desaf¨ªo de organizarse y llegar a todo el territorio colombiano.

En un pa¨ªs que lleva a?os atrapado en la polarizaci¨®n, representa un enorme potencial electoral, pues ¡°recoge de todo este electorado que son los desilusionados del mandato Duque, que no van a seguir votando por el Centro Democr¨¢tico [el partido de Gobierno fundado por el expresidente Uribe] pero que tampoco quiere votar por Petro¡±, valora Eug¨¦nie Richard, docente e investigadora de la Universidad Externado de Colombia. ¡°Es una opci¨®n a los dos extremos, que puede convocar a los que est¨¢n en la l¨®gica del nini [Ni Uribe ni Petro]¡±.

Una derecha con alcance regional

En la derecha, el Centro Democr¨¢tico ya escogi¨® a su candidato, el exministro de Hacienda ?scar Iv¨¢n Zuluaga. Aunque ahora mismo es el partido con mayor representaci¨®n en el Senado, sobre la aspiraci¨®n de Zuluaga pesa como una losa tanto la impopularidad del presidente Duque ¨Cun 72% de los encuestados desaprueba su labor, seg¨²n la medici¨®n de Invamer¨C como el desgaste de la imagen de Uribe, el m¨¢s f¨¦rreo opositor a los acuerdos de paz. Sin embargo, al escoger a Zuluaga por encima de la senadora Mar¨ªa Fernanda Cabal, representante de los sectores m¨¢s radicales, el uribismo mantiene abierta la posibilidad de converger con otros aspirantes de corte conservador.

En la centro-derecha, el llamado del exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry para construir una ¡°coalici¨®n de la experiencia¡± ha tomado forma junto a varios l¨ªderes de distintas regiones. Esa idea acab¨® por absorber la incipiente alianza que se insinuaba entre los exalcaldes de las ciudades de Bogot¨¢, Enrique Pe?alosa; Medell¨ªn, Federico Guti¨¦rrez; y Barranquilla, Alejandro Char. Junto a la exgobernadora del departamento del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, y el precandidato del Partido Conservador, el senador David Barguil, sellaron una alianza que denominaron Equipo Colombia y de la que saldr¨¢ un ¨²nico candidato. Despu¨¦s de reunirse el lunes en la residencia de Pe?alosa en la capital colombiana, no llegaron a definir la llegada de Zuluaga, que los ubicar¨ªa m¨¢s decididamente a la derecha, aunque tampoco la descartaron.

Los analistas coinciden en que cualquier alianza de derecha necesita el apoyo del Centro Democr¨¢tico, de modo que tarde o temprano terminar¨¢ por pactar un mecanismo para incorporar a Zuluaga, as¨ª sea como vag¨®n m¨¢s que como locomotora. El Equipo Colombia ¡°suma a l¨ªderes locales, regionales, con un gran poder de convocatoria en regi¨®n, lo que sigue siendo muy importante para ganar una elecci¨®n presidencial, m¨¢s que todo en segunda vuelta¡±, destaca Richard. ¡°Es el oficialismo que no quiere aparecer como oficialismo, con mucha organizaci¨®n detr¨¢s, una capacidad fuerte ligada a todo el territorio, un apoyo impl¨ªcito de la administraci¨®n saliente, con un financiamiento importante porque llega f¨¢cilmente a las elites del pa¨ªs, pero una coalici¨®n que finalmente tiene la desventaja de no tener a un precandidato tan llamativo como las otras¡±, resume Basset.

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