Los comunistas van a las urnas en Portugal aferrados a la vieja lucha
El Partido Comunista, que cumple 100 a?os en declive, es una fuerza respetada por su historia y su arraigo social. En su ortodoxia pol¨ªtica no caben nuevas causas como la regulaci¨®n de la eutanasia
El para¨ªso veraniego que frecuenta cierta ¨¦lite mundial es comunista. Comporta, a una hora de Lisboa, ofrece exclusividad y belleza. Lo que buscan gentes como Rania de Jordania, Nicolas Sarkozy, Carla Bruni o el dise?ador de zapatos Christian Louboutin. Comporta pertenece al Ayuntamiento de Alc¨¢cer do Sal, donde tambi¨¦n residen un millar de familias desfavorecidas que este a?o no pagan la tasa del agua por decisi¨®n del Gobierno municipal. Portugal, a menudo, muestra esos contrastes. El pa¨ªs de moda entre los jubilados de la Europa rica es tambi¨¦n el pa¨ªs donde casi la quinta parte de la poblaci¨®n estaba en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social en 2020.
En Alc¨¢cer do Sal gobierna el comunista Vitor Proen?a, que revalid¨® su tercera mayor¨ªa absoluta en las elecciones de septiembre. Proen?a es ese tipo de alcaldes sobre los que se apuntala el poder local del Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP), que acudir¨¢ a las urnas el 30 de enero con sus se?as obreras de siempre y la responsabilidad de haber contribuido a acortar la legislatura, finalizada este domingo con la firma del decreto de disoluci¨®n de la Asamblea por parte del presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa.
Los comunistas, aliados con Los Verdes, siguen siendo la tercera fuerza municipal en Portugal, aunque en declive. En dos d¨¦cadas han perdido m¨¢s de 100.000 votos locales. ¡°La vida est¨¢ hecha de avances y retrocesos¡±, se?ala Proen?a en su despacho una ma?ana soleada de oto?o. El Ayuntamiento da al r¨ªo Sado, un canal por el que entraron a estas tierras del Alentejo litoral diferentes civilizaciones mediterr¨¢neas. ¡°Se exige mucho m¨¢s a los representantes del Partido Comunista que a los dem¨¢s¡±, plantea. ?Y qu¨¦ les diferencia de los dem¨¢s? ¡°Nuestros candidatos no deben salir perjudicados en su vida profesional, pero tampoco pueden ser beneficiados en su paso por la pol¨ªtica. Es un principio que nos distingue; el otro es que procuramos combatir las injusticias sociales. Yo trato de estar cerca de la gente, entender sus necesidades y hacerles felices¡±, explica el regidor.
El PCP cumpli¨® en marzo 100 a?os. ¡°Es uno de los pocos descendientes que restan en el mundo de la Internacional Comunista¡±, observa Mafalda Anjos, directora de la revista Vis?o. El aniversario se celebra con una inesperada convocatoria electoral provocada en parte porque el PCP rechaz¨® bendecir los presupuestos. ¡°No podemos apoyar algo que sabemos que va a degradar las condiciones de vida de los portugueses y no podemos arrepentirnos cuando la realidad est¨¢ confirmando el acierto de la decisi¨®n que tomamos¡±, expone Jo?o Ferreira, el bi¨®logo al que todos apuntan como el sucesor de Jer¨®nimo de Sousa en la secretar¨ªa general del partido. Ferreira alude a las carencias que est¨¢n aflorando en las ¨²ltimas semanas sobre falta de profesores o recursos sanitarios.
El s¨¢bado 20 de noviembre una manifestaci¨®n, convocada por la Confedera??o Geral dos Trabalhadores Portugueses, un sindicato muy vinculado al PCP desde su fundaci¨®n en 1970, recorri¨® la avenida da Liberdade de Lisboa con cr¨ªticas a la pol¨ªtica laboral del Partido Socialista. Sus demandas (salario m¨ªnimo de 850 euros, aumento de las pensiones o refuerzo de servicios p¨²blicos) son las mismas que De Sousa exigi¨® en la Asamblea de la Rep¨²blica el d¨ªa que vot¨® contra los presupuestos. El sindical es el otro cord¨®n umbilical que conecta al partido con la sociedad portuguesa. ¡°Se mantiene fiel a los ideales originales, la lucha por los derechos de los trabajadores y la clase obrera, la defensa de los pobres y los oprimidos son sus banderas y su base electoral. No adopta como causas propias los nuevos problemas globales como la defensa del medio ambiente, o nuevas tem¨¢ticas como la igualdad de g¨¦nero o la lucha contra el racismo. Es un partido que intenta parar el viento con las manos, preso de un ideal conceptual que se desmoron¨®¡±, reflexiona la directora de Vis?o. Una muestra de este conservadurismo, para la periodista, es su voto en contra de la ley de la eutanasia, que finalmente no se aprobar¨¢ en esta legislatura tras el veto de Marcelo Rebelo de Sousa.
Libre de las emociones que arrastran los espa?oles por la Guerra Civil, el comunismo portugu¨¦s cuenta con un historial marcado por destierros, c¨¢rceles y represiones. Una inmaculada hoja de servicios de perseguido. ¡°Integra el patrimonio de la lucha por la democracia, por su largo combate contra la dictadura con una entrega generosa. Y contribuy¨® decisivamente a consagrar en la Constituci¨®n de la Rep¨²blica un avanzado conjunto de derechos sociales y pol¨ªticos¡±, sostiene el historiador Jo?o Madeira, que particip¨® en su d¨ªa en la fundaci¨®n del Bloco de Esquerda, alimentado en parte por disidentes comunistas y con mejor conexi¨®n con clases medias, intelectuales y j¨®venes.
Durante a?os la dictadura de Salazar le dio por extinguido, as¨ª que es un partido resiliente curtido en las adversidades. Tras sus d¨ªas de gloria despu¨¦s de la Revoluci¨®n de los Claveles en 1974, atraviesa una fase de repliegue electoral. La calle le responde mejor que las urnas. ¡°Hay una influencia social que va m¨¢s all¨¢ de la electoral¡±, matiza Ferreira durante una entrevista en la sede nacional del PCP en Lisboa. Este a?o Jo?o Ferreira fue el candidato comunista a la presidencia de la Rep¨²blica y tambi¨¦n el cabeza de lista en Lisboa de la Coalici¨®n Democr¨¢tica Unitaria (CDU, tradicional alianza entre el PCP y el Partido de Los Verdes). La segunda cita le dio m¨¢s alegr¨ªas que la primera, donde perdi¨® votos respecto a 2016 y fue sobrepasado por el l¨ªder de Chega, Andr¨¦ Ventura. En Lisboa, sin embargo, cosech¨® un mejor resultado que en 2017. Reivindica las aportaciones de su partido a la democracia portuguesa: ¡°No hay una transformaci¨®n relevante que no haya encontrado al lado la lucha de los comunistas portugueses¡±.
La principal fue la contribuci¨®n a la Constituci¨®n, que a¨²n tiene al PCP como uno de sus principales valedores, pero Ferreira tambi¨¦n reivindica para su partido el ¨¦xito de la geringon?a [alianza parlamentaria de izquierdas] en 2015: ¡°El Partido Socialista hab¨ªa tirado la toalla, reconociendo que hab¨ªa perdido las elecciones y que la derecha continuar¨ªa gobernando. Fue el PCP el que cre¨® las condiciones para impedir la continuidad del Gobierno de la troika [el Gabinete del conservador Passos Coelho]¡±. Aquel fue el a?o que Afonso Saben?a se afili¨®. Hoy, con 22 a?os, es miembro del secretariado de la direcci¨®n nacional de las Juventudes Comunistas. Sostiene que se acerc¨® de forma gradual. ¡°Ven¨ªamos del Gobierno de la austeridad. Muchos j¨®venes recuerdan que sus padres no ten¨ªan dinero para comprar medicamentos en aquella ¨¦poca. Cuando tenemos un problema concreto, de amianto en el tejado por ejemplo, es el PCP el que nos apoya. Es la ¨²nica fuerza que est¨¢ a la puerta de los colegios y de las empresas¡±, asegura.
La ¨²ltima gran disputa ideol¨®gica se vivi¨® a prop¨®sito del marxismo-leninismo. Gan¨® la ortodoxia, se expuls¨® a los cr¨ªticos. ¡°Recientemente, se ha discutido si el PCP es un partido de la izquierda radical o de extrema izquierda, pero en esta correlaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas y sociales, no parecen subsistir dudas sobre su integraci¨®n en el r¨¦gimen democr¨¢tico. No es visto como un partido antisistema¡±, indica el historiador Jo?o Madeira.
Otra cosa es su visi¨®n sobre reg¨ªmenes no democr¨¢ticos. ¡°El PCP repudi¨® el estalinismo, es cierto, pero desculpabiliza inadmisiblemente lo que est¨¢ ocurriendo en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Rusia, China, Venezuela o Cuba¡±, puntualiza Mafalda Anjos. Lo que dice al respecto Jo?o Ferreira es esto: ¡°No creemos que existan modelos universales ni una ¨²nica forma de expresi¨®n institucional. Nunca tuvimos tampoco la intenci¨®n de copiar modelos, defendemos nuestro camino adaptado a nuestro pa¨ªs y nuestra experiencia hist¨®rica¡±.
¡®Geringon?a¡¯, ?para qu¨¦?
El PCP, junto al Bloco de Esquerda, facilitó los últimos cinco años de gobierno en minoría de los socialistas, mediante su apoyo parlamentario y sin la integración en el Gabinete de António Costa. Las encuestas dibujan un escenario electoral similar al actual: una geringonça después de la geringonça. Esto obligaría de nuevo al PS a buscar respaldos en otras formaciones. Costa parece que esta vez miraría a izquierda y derecha antes de decantarse. En cuanto al PCP, nada está dicho. “Antes de responder a la pregunta de con quién se va a hacer el gobierno, hay que responder para qué y por quién”, puntualiza João Ferreira, el biólogo que podría suceder a Jerónimo de Sousa en la secretaría general del partido. “Si fuera un Gobierno para hacer una distribución más justa de la riqueza, garantizar la apuesta por la producción nacional que haga al país menos dependiente y fortalecer los servicios públicos, el PCP no faltaría con su fuerza para dar ninguna de estas respuestas. Pero ahora es el momento de ver qué fuerza tiene cada uno, eso determinará las condiciones que existen para formar o no un Gobierno que responda a los problemas de las personas”, añade.
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