El exasesor estrella de Boris Johnson asegura que el primer ministro minti¨® al Parlamento sobre las fiestas prohibidas
El l¨ªder conservador insiste en su convicci¨®n de que el evento al que acudi¨® era una ¡°reuni¨®n de trabajo¡±. El antiguo colaborador Dominic Cummings, dispuesto a testificar que Johnson fue advertido de la ilegalidad de esas celebraciones
La soberan¨ªa del Reino Unido reside en su Parlamento, a diferencia de pa¨ªses como Espa?a o Francia, cuyas constituciones establecen claramente que reside en el pueblo. La C¨¢mara de los Comunes, con esos debates en los que mezcla tonos de taberna con ret¨®rica de Senado romano, es la instituci¨®n sobre la que orbita la pol¨ªtica brit¨¢nica, y la idea de que el primer ministro haya faltado a la verdad en su comparecencia ante Westminster supone un hecho muy grave. Su exasesor estrella, Dominic Cummings, est¨¢ dispuesto a testificar bajo juramento que Boris Johnson fue advertido de la ilegalidad de celebrar una fiesta en medio de las restricciones por la pandemia.
El primer ministro compareci¨® ante los diputados el pasado 12 de enero para pedir perd¨®n por las fiestas prohibidas que se hab¨ªan celebrado en Downing Street durante la fase m¨¢s dura del confinamiento. En especial, intent¨® descargar sus culpas sobre una fiesta particular a la que asisti¨® ¨¦l mismo: la del 20 de mayo de 2020. La que convoc¨® su propio secretario privado, Martin Reynolds, a trav¨¦s de un correo que lleg¨® a 100 personas. Las risas de la bancada de la oposici¨®n se oyeron claramente, pero Johnson asegur¨® que pens¨® en todo momento que se trataba de un ¡°evento de trabajo¡± convocado en el jard¨ªn de la residencia y sede de trabajo del primer ministro.
Acudi¨®, explic¨® entonces a la C¨¢mara, para dar las gracias a su equipo por el esfuerzo realizado durante esos duros d¨ªas de pandemia; no estuvo con ellos m¨¢s de 25 minutos, y se retir¨® a continuaci¨®n a su despacho. ¡°Visto en perspectiva, creo que deb¨ª haber pedido a todos que volvieran dentro. Deb¨ª haber dado con otro modo de darles las gracias. Deb¨ª darme cuenta de que, aunque t¨¦cnicamente se estaban cumpliendo las recomendaciones oficiales, millones de ciudadanos ser¨ªan incapaces de verlo de ese modo¡±, se lament¨® el primer ministro desde su tribuna.
Pero Dominic Cummings, el ide¨®logo del Brexit y asesor estrella de Johnson, ha planeado a conciencia la venganza contra su antiguo jefe. Entr¨® con ¨¦l en Downing Street, con la misi¨®n de darle un vuelco al Reino Unido del siglo XXI, y sali¨® humillado por la puerta trasera, despu¨¦s de ser derrotado en una guerra de poder con la pareja y actual esposa del primer ministro, Carrie Symonds. A trav¨¦s de su blog en la p¨¢gina web Substack, que permite a sus autores cobrar suscripci¨®n por sus publicaciones, Cummings est¨¢ realizando una tarea de acoso y derribo contra Johnson con voluntad de termita.
¡°No solo yo, sino tambi¨¦n otros testigos que presenciaron aquellos momentos, estamos dispuestos a afirmar bajo juramento que eso fue lo que ocurri¨®¡±, ha escrito Cummings, al referirse a las diversas advertencias que recibieron Johnson y su secretario sobre la improcedencia de la fiesta. ¡°Una autoridad muy relevante respondi¨® a Reynolds a trav¨¦s de un correo indic¨¢ndole que la invitaci¨®n iba contra las normas¡±, relata en su blog. ¡°El PPS [secretario privado parlamentario, en sus siglas en ingl¨¦s] acudi¨® a la oficina de esa persona para discutir el asunto, y se neg¨® a retirar la invitaci¨®n. Yo mismo le advert¨ª de que estaba violando las normas¡±, describe Cummings, dando a entender que escuch¨® de primera mano esa discusi¨®n. Pero la advertencia sigui¨® ascendiendo en el escalaf¨®n, y lleg¨® al propio Johnson. ¡°Le dije al primer ministro algo as¨ª como: ¡®Martin est¨¢ invitando a todo el edificio a tomar unas copas. Creo que debes poner freno a esta locura¡±, escribe el exasesor que pidi¨® a su jefe. ¡°El primer ministro le rest¨® importancia al asunto¡±, a?ade.
La vicesecretaria permanente de la Oficina del Gabinete, Sue Gray, la alta funcionaria que tiene la responsabilidad de investigar las fiestas prohibidas en Downing Street, podr¨¢ acceder ¡ªsi no lo ha hecho ya¡ª a ese intercambio de correos, as¨ª como interrogar a todos los funcionarios implicados y al propio Johnson. Y al propio Cummings, seg¨²n ha adelantado SkyNews. Si las pruebas se acumulan, el primer ministro tendr¨ªa dif¨ªcil mantener su afirmaci¨®n de que no minti¨® al Parlamento.
Bajo la mascarilla, y con un tono sombr¨ªo muy poco habitual en un pol¨ªtico tan exuberante, el primer ministro ha vuelto a insistir este martes en que nunca pens¨® que aquello era una fiesta. ¡°Nadie me lo dijo, nadie me dijo que aquello contraven¨ªa las normas, nadie me sugiri¨® que aquello no era otra cosa que un evento de trabajo, porque, de lo contrario, me resulta dif¨ªcil imaginar que se hubiera seguido adelante con aquello¡±, ha explicado Johnson a SkyNews.
Resultaba revelador, sin embargo, el modo comedido y con red de seguridad con que dos de sus principales ministros sal¨ªan a defenderle. Dominic Raab, titular de Justicia, hac¨ªa m¨¢s ¨¦nfasis en la claridad del C¨®digo de Buen Gobierno (Ministerial Code) sobre las consecuencias de mentir al Parlamento, que sobre la honestidad de las explicaciones de su jefe: ¡°Las reglas son muy claras. No puedes enga?ar al Parlamento. Desde luego, no puedes hacerlo de un modo deliberado y no corregirlo de inmediato si descubres que los hechos fueron otros¡±, matizaba Raab en la televisi¨®n ITV.
Pero mucho m¨¢s llamativas eran las declaraciones esquivas de Rishi Sunak, el ministro de Econom¨ªa y gran esperanza de muchos conservadores para reemplazar a Johnson. Se ha limitado a asegurar que aceptaba sus explicaciones, y a pedir paciencia ¡ªcomo ha hecho el propio primer ministro¡ª a la espera de las explicaciones de Sue Gray. Cuando le han preguntado si su jefe deber¨ªa dimitir, en el caso de que se demostrara que minti¨® a los diputados, Sunak ha respondido: ¡°No voy a entrar en hip¨®tesis, pero el C¨®digo de Buen Gobierno es muy claro en esta materia¡±. Al insistir el periodista en preguntar si respaldaba a Johnson, el ministro se ha levantado sin quitarse siquiera el micr¨®fono de la solapa.
¡°Es de la mayor importancia que los ministros [y eso incluye al primer ministro] den informaci¨®n precisa y honesta al Parlamento, y corrijan a la mayor oportunidad cualquier error inadvertido. De los ministros que enga?en a sabiendas al Parlamento se espera que presenten su dimisi¨®n al primer ministro¡±, afirma el C¨®digo de Buen Gobierno del Reino Unido, prorrogado y firmado por Johnson en agosto de 2019.
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